Los conciertos de antes, más cerca: ningún contagiado en el experimento de Sala Apolo con 500 personas

  • Un experimento en la Sala Apolo demuestra que pueden realizarse conciertos sin distancia social

  • El ensayo clínico todavía no ha sido validado por médicos independientes, pero los organizadores concluyen que las condiciones son "fácilmente reproducibles" para otro tipo de eventos

Este año hemos echado de menos muchas cosas. Abrazar y besar a nuestros amigos, salir sin ningún tipo de condicionante, viajar... También disfrutar de la música en vivo. Si bien hubo un 'break' veraniego en el que se realizaron algunos conciertos, esta situación no ha sido la tónica general del año. Hace unos meses contábamos que iba a realizarse un concierto piloto en la sala Apolo de Barcelona para determinar cuán posible era disfrutar de la música en vivo con mascarilla, pero de pie, bailando, y quitándola para comer y beber. Ahora han salido los resultados. Y la previsión es esperanzadora.

El ensayo clínico con tests de antígenos ha finalizado "con éxito" según los organizadores, que aseguran que ninguno de los asistentes al concierto del 12 de diciembre, organizado por Primavera Sound y la Fundación contra el SIDA y las Enfermedades Infecciosas se contagió de COVID-19. Esta es la conclusión de los autores del estudio 'Prima-Cov' e investigadores del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, Barcelona.

Test negativo y mascarilla obligatoria

"El estudio demuestra que es seguro llevar a cabo este tipo de eventos de ocio, siempre que se repitan las mismas condiciones", explica el doctor Josep Maria Llibre, uno de los investigadores a cargo del experimento. Las condiciones eran simples: test de antígenos en la entrada y mascarilla durante todo el concierto. Se trataba de establecer la eficacia de estos tests como estrategia de cribado en eventos en entornos cerrados.

Solo aquellas personas que dieron negativo en el test de antígenos pudieron entrar. Una vez dentro, se repartieron entre los asistentes mascarillas N95, obligatorias durante todo el concierto. La sala se ventiló, hubo una monitorización exhaustiva de la temperatura y se redujo el aforo a 500 personas. "El listado de condiciones incluidas en el estudio son fácilmente reproducibles y se podrían escalar a otros eventos", afirma el doctor Boris Revollo, el otro médico a cargo del ensayo clínico. Por el momento, ningún médico independiente al estudio ha validado estas afirmaciones.

Baile y contacto permitido

Estaba permitido el baile y contacto entre participantes, además del consumo de bebidas alcohólicas. También se habilitó un espacio delimitado al aire libre para fumadores, en el que se permitió la retirada de mascarilla solo para ingerir bebidas y fumar. Estas medidas no se han podido implementar en ninguno de los conciertos pandémicos que hemos ido viendo a lo largo de los últimos meses, donde los asistentes debían permanecer sentados y no se permitía la ingesta ni venta de bebidas alcohólicas.

La muestra fue de 1.047 personas sanas entre 18 y 59 años sin ninguna patología de riesgo. 496 de ellas fueron parte del grupo de control y se quedaron fuera de la sala, mientras que el otro grupo, de 463 personas, entró finalmente a la sala, donde pudo disfrutar de la música en vivo sin ningún tipo de problema, atendiendo a las condiciones impuestas.

Más cerca de los conciertos prepandémicos

Sobre el riesgo de infección, Revollo detalla que "ha sido exactamente el mismo en ambos grupos". "La asistencia a un concierto de música en vivo realizado bajo una serie de medidas de seguridad que incluían un test de antígenos negativo para SARS-CoV-2 realizado el mismo día, no se asoció a un incremento de las infecciones por COVID-19", explica. A falta de corroboración por parte de investigadores independientes al estudio, podemos decir que estamos un poco más cerca de volver a disfrutar de la música en vivo -casi- como antes de que comenzase la pandemia.