"Pensé que me estaba volviendo loco": la intrahistoria de cómo Bosé dio un vuelco a su carrera con Amante Bandido

  • Su biógrafo, Menéndez Flores, nos explica cómo Bosé dejó atrás su imagen almibarada en 1984 y, tras una gran crisis, logró con el disco 'Bandido' que su carrera diera un giro

  • "Me sentía perdido, baldío", dijo en 2001 en conversaciones con Menéndez. Toda su discografía cambió cuando su productor le dijo que cantase con la misma voz que en la ducha, tan característica hoy

  • En la actualidad tiene cuatro hijos con Nacho Palau (dos de cada uno), pleitos por su custodia y polémicas por sus declaraciones negacionistas

Ocurrió en 1984. El año en el que Springsteen publicó el grandioso 'Born in the USA', el mismo en el que un tal Bon Jovi lanzó su álbum de debut y en el que se estrenaron en cines de todo el mundo tres películas que devinieron en mitos generacionales, 'Ghostbusters', 'Gremlins' y 'Karate Kid', Miguel Bosé, quien fuera el mayor exponente del fenómeno fans junto con Pecos, presentó su séptimo disco de estudio, 'Bandido'. Y la sorpresa fue mayúscula, puesto que no sólo las canciones que lo integraban y la manera de cantarlas revelaban un volantazo respecto a toda su obra anterior, sino que su aspecto era de igual modo una audaz y lograda reinvención.

Para su trabajo precedente, 'Made in Spain', cuya cubierta fue diseñada por Andy Warhol al módico precio de siete millones de pesetas (42.000 euros de la época), el hijo del torero y la actriz italiana había recurrido al talento de Carlos Berlanga, Nacho Canut, Santiago Auserón, José María Cano y Joe Borsani en un intento de subirse al carro de la Movida y apuntarse a la 'modernidad' imperante, pero la ambiciosa apuesta fracasó. Sin embargo, en vez de dejarse aplastar por el desánimo buscó en su interior, allí donde habitan los demonios de la creación, y tuvo la fortuna de hallar un nuevo lenguaje y unas coordenadas distintas que desembocaron en el primero de sus discos de madurez.

Volcó todas sus obsesiones

Grabado en Milán y mezclado en Nueva York, 'Bandido', que el propio Bosé llegó a definir como "un disco fundamental en la historia de la música pop española", fue una jugada maestra no exenta de obstáculos. El cantante volcó en él todas sus obsesiones, sin dejar de cuestionarse si aquellas extrañas melodías y letras eran algo normal o la certificación de que había perdido el juicio.

Dudas y un entorno en contra

Sin ser consciente de ello, por el mero hecho de hacerse esas preguntas, estaba poniendo de manifiesto su condición de artista. Pues sólo los creadores de raza son asediados por semejantes dudas. Bosé me refirió aquellas sensaciones y el rechazo inicial de la discográfica que lo editó:

"Ese disco es de una intuición y de un pronto brutales. Con él me pasó una cosa curiosísima: empecé a componer más que nunca, pero entendiendo lo que hacía a mi manera. Cuando escuchaba 'esas cosas' que me salían me desesperaba, pero pensaba que, sin embargo, eran mías, que salían de mí. Pero no entendía cómo podía haber una ruptura o una falla tan grande respecto a todo lo anterior, un terremoto así. Pensé que me estaba volviendo loco y estuve a punto de dejar la música, porque además la gente de la industria, de mi discográfica, me decía que aquello no tenía sentido. Y entré en una crisis muy grande. Me sentía incapaz de hacer lo que había estado haciendo hasta entonces, se me cerró una puerta a cal y canto. Fue la cosa más violenta, desagradable y desesperante que me ha pasado nunca. Me sentí perdido, baldío. Y de no ser por el empeño de Manolo Díaz, en aquella época en CBS Internacional, que lo defendió contra viento y marea frente al rechazo frontal de la compañía, no habría salido adelante".

'Amante bandido' y 'Sevilla', sus estandartes

De aquella crisis de la que Miguel me habló surgieron las dos mejores canciones del disco y dos clásicos de su discografía, 'Amante bandido' y 'Sevilla', en cuya escritura se apreciaba una palmaria evolución. La primera, que llegó al número uno de las listas españolas, era una oda a la ambigüedad.

"Yo seré un hombre por ti, / renunciaré a ser lo que fui. / […] Pasión privada, dorado enemigo, / huracán, huracán abatido. / Me perderé en un momento contigo / por siempre... / Seré tu héroe de amor".

En cuanto a 'Sevilla', su autor la definió así: "Una de las más bonitas canciones que he hecho. La historia de un crimen pasional entre un hombre y una mujer". Es decir, un caso de violencia machista disfrazado de canto a la ciudad del embrujo andaluz, tan envolvente.

Mucha gente no sabe que 'Sevilla' retrata un caso de violencia machista disfrazado de canto a la ciudad

El 'verdadero' Miguel

Pero el mérito de ese disco no fue exclusivamente suyo. Miguel me confesó que Roberto Colombo, su arreglista y productor, fue la persona que le dio la confianza necesaria para romper con su hasta entonces almibarada imagen y sacar a la superficie al "verdadero" Miguel.

"Fue el personaje clave en ese disco. El que me traduce y me marca la línea de lo que es un productor, que es alguien que tiene que enamorarse del proyecto del artista y saber traducirlo poniendo todas sus artes tecnológicas y musicales para que lo amparen y magnifiquen".

Cambió el tono a más grave

Miguel me contó que en el estudio de grabación estaba cantando las canciones como las había cantado en los discos anteriores –"con ese tono, esa octava, digamos, que era la única tara que me quedaba y que no me pertenecía, porque yo siempre he tenido una voz barítona"–, y que entonces ocurrió algo que alteró por completo, y para bien, el curso de aquel disco.

Toda su discografía cambió cuando su productor le dijo que cantase con la misma voz que en la ducha, tan característica hoy

"Estaba meando en los baños del estudio y me puse a cantar 'Fiesta siberiana' igual que la cantaría en la ducha: 'Fiesta… siberiana. / Hielo… de mañana…', y Roberto, que entró al baño en ese momento, golpeó de pronto la puerta y me gritó: '¡Cretino! ¡Es así como tienes que cantar!'. Y eso, fíjate qué cosa más tonta, le dio la vuelta a todo el álbum". En efecto, es en ese trabajo en donde por vez primera comenzó a cantar en un tono más grave que ya jamás abandonó. Una voz que pasaría a ser, ya para siempre, su voz.

¿Y la imagen?

Respecto a la imagen, el cambió se evidenció en la misma cubierta del álbum: Miguel recordaba extraordinariamente a Bowie. Aquel brusco giro estético lo alejó de una audiencia devoradora de iconos para acercarlo a otra que, aunque le concedía una mayor importancia a la música, al fondo, no obviaba el magnetismo de la presencia física.

Por ello, presentó sus flamantes canciones vestido como un matador del futuro, con chaqueta torera y una fina coleta teñida de rubio que triunfó por igual entre hombres y mujeres. Además, abandonó el tipo de espectáculo que había desarrollado hasta ese momento, en el que el baile era fundamental, por una puesta en escena más gestual, casi teatral, en la que casi hacía toreo de salón, y se diseñó un vestuario ad hoc, con chaquetas cortas y faldas largas. Una imagen influenciada, aseguró, por "la cultura japonesa, los primeros manga y la estética samurái".

36 años después: sonada separación de Nacho Palau

Han pasado 36 años del lanzamiento de Bandido, y Bosé vuelve a ser noticia por asuntos extraprofesionales. Primero generó polémica de alto voltaje por sus manifestaciones a la contra sobre la pandemia que nos asola, y hace tan sólo unos días los titulares surgieron por cuenta del juicio que lo enfrenta con Nacho Palau y en el que este trata de obtener la declaración de filiación de los cuatro hijos que fueron gestados por medio de vientres de alquiler (dos son hijos biológicos de Bosé y los otros dos, de Palau).

En el caso de que la demanda de Palau prosperase, los menores se convertirían legalmente en hermanos y los dos litigantes en padres de todos ellos. Pero el cantante negó en el juicio la paternidad de los cuatros niños. Los hombres ya han hablado, ahora la última palabra la tiene el juez.

A pesar de que en 'Amante bandido' Miguel cantase "yo y tú, / tú y yo, / sin misterio", 'Bandido' es un disco por cuyas venas galopa el misterio, y eso le otorgó siempre un atractivo añadido. Hoy, corazones malheridos por medio, ese misterio parece haberse desvanecido. Pero basta con escuchar 'Amante bandido' para que todo vuelva a ser como antes.

*Menéndez Flores es autor de la biografía sobre Bosé 'Con tu nombre de beso'