Los conciertos en 'streaming' se han asentado como alternativa en la 'nueva normalidad'. Una nueva forma de entretenimiento a la que nos tendremos que acostumbrar, al menos a corto-medio plazo. Después del primer experimento mixto con Loquillo en el WiZink Center (que alternó entradas físicas con streaming), Nick Cave ha protagonizado un concierto desde Londres sin público, que ha podido seguirse únicamente en línea. Una actuación que ha emocionado a más de uno.
Cave entró solo en una de las salas del Alexandra Palace de Londres. En medio de ella, le esperaba un piano de cola y un micrófono. Con una potente puesta en escena, Cave repasó los grandes éxitos de su carrera. Tan sol él y su piano, inaugurando los conciertos en 'streaming' de pago. Comenzó por 'Idiot Prayer', de su álbum 'The Boatman Call'. Después de la primera canción, el artista interpretó canciones como 'Stranger than kindness', 'Into my arms', 'Black Hair' o 'Galleon Ship'. Al término de la actuación, se levantó de la butaca y su silueta se fue perdiendo entre la escasa luz del lugar.
La escritora Marianne Kirby no pudo reprimir las lágrimas. "Acabo de ver el concierto que Nick Cave grabó en lugar de irse de gira y sí, he llorado", escribió en redes sociales. Un concierto de hora y media que ha enternecido al público y que solo unos pocos pudieron disfrutar, en tanto que al finalizar, el vídeo desapareció de la red.
El artista australiano ha pasado por un vaivén emocional a lo largo de su vida. Tras convertirse en una estrella del rock indie junto a los Bad Seeds en la década de los 80, Cave admitió su adicción a la heroína y las anfetaminas en 1988, en una entrevista con el periodista Jack Barron. El episodio fue considerado como "la peor pesadilla de un periodista". Cave se arrepintió de haberle confesado a Barron sus adicciones y le pidió que borrara las cintas que había conseguido a cambio de una segunda entrevista. La velada terminó con el músico australiano intentando agredir a Barron y rompiendo las cintas que había grabado, después de acordar un encuentro de 24 horas junto a la banda.
La muerte de su hijo Arthur fue un episodio traumático. 18 meses después, la leyenda australiana se convenció a sí mismo de que el único camino para superarlo era seguir creando. Lo confirmó en una entrevista que concedió a GQ en febrero de 2017. A sus 62 años, ha estrechado vínculos con sus fans, a los que responde dudas en su espacio 'Conversations with Nick Cave'. Allí ha desvelado algunos misterios de su biografía, como el por quñe de su relación con PJ Harvey.
Hace unos meses, en Uppers contamos que los conciertos de pago por 'streaming' eran una realidad muy próxima. Al estilo de las retransmisiones de la Moto GP, en las que el usuario paga un precio y puede 'pinchar' la cámara que quiere para personalizar su visión, en los conciertos sucederá algo parecido. Pagando un precio (más reducido que la entrada de un festival), podemos difrutar de la realización que ofrece la productora por defecto o seleccionar tomas que, en un directo normal, no podríamos ver.