Alberto Caballero: "El poliamor es como el comunismo, solo en la teoría funciona"

Quiso ser tenista. Se le dio regular y lo dejó. Pudo ser músico. Su padre le transmitió el oído pero él prefirió dedicarse a las letras, no a las notas, y siente que la guitarra ha quedado como "una larga cuenta pendiente". Quien ha creado la comedia definitiva de la televisión española contemporánea, La que se avecina, podría darse por satisfecho, dedicarse a relatar sus éxitos. Pero no, Alberto Caballero sigue investigando sobre los temas que le interesan a la sociedad, que busca retratar desde el humor. Un humor que el guionista ha sabido convertir en imperecedero en un contexto verdaderamente difícil para el sector: muchos humoristas han perdido la gracia tras los reclamos de los movimientos feministas e inclusivos y son muchos los temas que si bien antes alimentaban esos chistes rancios, hoy no admiten risas.

Pero 'La que se avecina' no solo no ha perdido la gracia, sino que en su duodécima temporada sigue batiendo récords de audiencia. ¿Cuál es el secreto detrás del hombre que logra perpetuar una historia a lo largo de más de una década? Quizás una de las claves sea su amor por el trabajo. En diálogo con Uppers.es, el guionista y director dice que los que lo conocen le achacan ser un workaholic No parar. "Pero es que me lo paso bien. Lo que ellos no saben es lo preparado que estoy para no trabajar más", dice en su defensa.

O quizás sea el amor en su totalidad. Caballero ha tenido tres parejas a lo largo de sus años como guionista de comedias. Las tres, actrices que estuvieron bajo sus órdenes: primero María Adánez, luego Vanesa Romero, con quien se casó, y ahora, Miren Ibarguren, con quien espera su primer hijo o hija.

"Nunca prohibiría las parejas dentro de mi empresa”, responde sin sonrojarse. "Yo pienso en las personas que trabajan conmigo y lo que quiero es que sean felices. Y ahora mismo, algunos viven una historia de amor y ni les ha perjudicado el trabajo ni son más infelices. Decirles no os podéis enamorar… me parece que no se puede regular. Si mi empresa me prohibiera enamorarme en el trabajo, me voy", explica.

Sin embargo, también reconoce que es importante la implementación de protocolos de lucha contra la violencia machista dentro de los entornos laborales. "La tele de los 90 era una locura. Si se hubieran aplicado hace 20 años estos protocolos que tenemos todas las empresas serias, de comportamiento, que me parecen estupendos, estaría todo el mundo en la cárcel".

Dice Caballero que está a favor de usar juguetes sexuales, en contra de los toros, que ama cantar en la ducha y que Winston Churchill es su referente político. En esas respuestas no hay dudas. Pero el Uppertest que aquí presentamos lo pone un poco en problemas cuando se le consulta su opinión sobre el sexo poliamoroso: "Es como el comunismo, solo en la teoría funciona", bromea.

Aunque defender la monogamia le cuesta un buen debate interno que expresa ante la cámara de manera espontánea. Dice que nunca ensaya sus discursos y en esta charla se comprueba: "La monogamia es el sistema por defecto. Es complicada de mantener en el tiempo, es harto compleja. El componente afectivo y amoroso tiene una parte que no necesariamente es sana a nivel de posesión y de exclusividad”.

Entonces, ¿poliamor sí o no?: "Le veo muchos problemas, pero no lo he probado".

Para el guionista, su mayor temor es la muerte de los padres. "Están bien pero van teniendo una edad y yo voy teniendo una edad…". Pausa. Entonces, ¿te da miedo envejecer? "No, es un reto, una pelea que me mola. Quiero seguir cumpliendo años, porque la alternativa es peor, ¿cierto?".