{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Gloria Fuertes hablaba mucho sobre el oficio del poeta y decía que a él correspondía "crear esa frase capaz de abrazar todo el mundo". Los niños españoles lo necesitaban después de conocer que Félix Rodríguez de la Fuente había fallecido repentinamente en un accidente. El helicóptero en el que viajaba se estrelló, el 20 de marzo de 1980 en Alaska, mientras rodaba uno de los episodios de 'El Hombre y la Tierra'. La noticia conmocionó a todo un país, pero de manera especial a su público infantil. ¿Cómo explicarles este fatal acontecimiento?
La poetisa, que sabía, igual que Rodríguez de la Fuente, que en el mundo animal "pasan las cosas más bellas de la vida", narró la noticia a aquellos niños estremecidos por la muerte haciendo que cada criatura, desde el gallo a la anaconda, desfilase por su poema hecho canción. Y cada una expresaba su más sentido pésame por la muerte de su benefactor. Así nació 'Amigo Félix', el tributo más perdurable y afectuoso a este hombre que tanto amó la naturaleza.
Fue el modo de comprender lo que a los niños les pasaba por dentro y de brindarles un aliento. La poesía de Gloria Fuertes era, más que nunca, obligatoria. Aquella generación, que aún empezaba a ver la televisión en color, tuvo la fortuna de disfrutar de una de las mejores poetisas infantiles y la más mediática. Ahora sería casi impensable que la dejaran colarse en las pantallas a contar poemas y cuentos a nuestros pequeños. Ella era nuestra poetisa de cabecera y por eso los padres se sintieron desahogados cuando sus hijos tocaron el tema de la muerte con la mágica naturalidad de su poesía.
Después de que Rodríguez de la Fuente nos inoculase el amor por la naturaleza y empezáramos a comprometernos con el medio ambiente y sus criaturas, a nuestra generación le alivió saber que una Osa Mayor cuidaría de él, por más 'cursi' que pueda resultar ahora, y más tarde agradecimos haber aprendido qué es una constelación boreal y cómo se disponen en el cielo ese conjunto de siete estrellas en forma de cucharón, cuatro dibujando una caja y tres la cola.
Quisimos saber mucho más y algunos padres recurrieron a la mitología para contarnos que fue Zeus quien transformó a su amante, la cazadora Calisto, en una osa para evitar que su aventura llegase a oídos de su celosa esposa Hera. Al morir, la colocó en el cielo otorgándole así la inmortalidad, pero muy lejos del horizonte del mar, donde él se bañaba, para evitar una nueva ira. Imaginamos entonces que nuestro ídolo televisivo se encontraría estupendamente en el regazo de la apasionada Calisto.
Ellos formaban la pareja musical infantil más exitosa de la época y fueron los elegidos para cantarla. Su voz sensiblera hacía de nexo fantástico entre Félix y Gloria Fuertes, entre el naturalista y la amante de las letras. 'Mi amigo Félix' se incluyó en el disco 'Canta con… Enrique y Ana' y enseguida pasó a ser todo un himno. Fue inevitable que se considerase una de las canciones con más éxito. En este mismo trabajo estaban también las famosas tablas de multiplicar con las que siguen aprendiendo los niños. Esta es la letra:
Esta mañana me ha contado el gallo
que el elefante le contó al castor
que la culebra dijo a la piraña
que esta mañana está más triste el sol.
Me ha dicho el pato que el diga al gato
que el lobo dice que contó al ratón
que la coneja dijo a la anaconda
que esta mañana está más triste el sol.
Amigo Félix,
cuando llegues al cielo,
amigo Félix,
hazme sólo un favor:
quiero ir contigo
a jugar un ratito
con el osito
de la Osa Mayor.
Dicen las focas que les dijo el cuco
que la ballena dijo al caracol
que la gaviota comentó al lagarto
que esta mañana está más triste el sol.
Esta mañana no ha comido el loro
ni el hipopótamo que está en el zoo.
Le ha comentado la tortuga al cuervo
que esta mañana está más triste el sol.
Amigo Félix,
cuando llegues al cielo,
amigo Félix,
hazme sólo un favor:
quiero ir contigo
a jugar un ratito
con el osito
de la Osa Mayor.
En principio, la canción pensada para cerrar el disco era 'Cantar y jugar', pero finalmente se coló 'Mi amigo Félix' como colofón al álbum. El single ya estaba arrasando en la calle y fue, con creces, el más popular de la historia del dúo. De los arreglos y la composición musical se ocuparon Francisco Dondiego y Alfredo Araujo. Ellos transformaron el poema en una balada con toques infantiles muy adecuada a la voz de Enrique y Ana. Tres años después, el dúo se disolvió y ambos tomaron caminos diferentes.
A pesar de la diferencia de edad de sus integrantes, el dúo funcionó marcando una época y la infancia de toda una generación ya cuarentona. La canción fue tachada de ñoña, cursi, oportunista, surrealista y muchos otros calificativos nada amables, pero hoy se sigue tatareando. Cumplió su cometido, que era arrancar la lágrima fácil, quizá demasiado, de mayores y pequeños. En 1980, la televisión española se desperezaba ya del todo del largo letargo postfranquista y nos recompensaba con figuras bastante más palpitantes que esta pareja, como Alaska y Miguel de la Quadra Salcedo.
En el panorama musical, Miguel Bosé triunfaba con 'Morir de amor', Pedro Marín enloquecía a las adolescentes con 'Aire' y Miguel Ríos sorprendía con su icónica 'Santa Lucía'. Fue también el año de Triana, con 'Tu frialdad', y 'The Buggles' con 'El video mató a la estrella de la radio'. Y en la radio no dejaba de sonar 'El muro', de Pink Floyd.
Pero Gloria Fuertes era imprescindible. Con su poesía jugábamos a las palabras y aprendimos a amarla. Sensible y con una sutileza fuera de lo común, en ‘Amigo Félix’ mostró su extraordinaria capacidad de describir una dura verdad con la belleza de la simplicidad. Su sencillez permitió entender la muerte de Rodríguez de la Fuente. De ahí que siga siendo importante que los niños lean poesía. “Y más que importante, es necesario”, replicaría ella.
Los documentales sobre la naturaleza de Rodríguez de la Fuente son legendarios en la historia de la televisión. Todavía hoy se le recuerda como uno de los pioneros en la defensa de la naturaleza y de la conservación de su flora y fauna. Su voz peculiar formaba un perfecto engranaje con aquellas disertaciones sobre los hábitos de los lobos o el vuelo de las rapaces. Su pasión contagiosa se ganó un lugar en el hogar de todos los españoles. También en nuestra memoria. Por eso, ese ‘Amigo Félix’ que todavía resuena nos recuerda su espíritu pionero y nos lleva de inmediato a la sintonía de ‘El hombre y la Tierra’.