El experto español que ahora factura millones, sobre emprender a los 50: "A los 20 no tienes ni idea de nada"
Fran Villalba, fundador de Internxt, ha escrito ‘ADN emprendedor’ para intentar que la gente no cometa sus mismos errores
Asegura que el emprendimiento está mitificado y que la realidad es bien distinta: “Es como comer vidrio todo el rato”
Fue a Silicon Valley y regresó pensando que está sobrevalorado y que el mejor lugar para emprender hoy en día es España
¿Por qué no intentarlo? Si tienes una idea en la cabeza para desarrollar un negocio y te has hecho alguna vez esa pregunta, tal vez sea el momento de lanzarte a la piscina. No importa la edad. Para emprender, los años pueden ser un valor añadido.
Eso al menos nos explica Fran Villalba, emprendedor español que ha logrado sacar adelante Internxt, una empresa de la que es fundador y director y que a día de hoy factura millones. Él es el autor de ‘ADN emprendedor’ (Penguin), una guía con la que quien se aproxime al mundo del emprendimiento puede evitar caer en más de un error.
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En su caso, todo empezó por accidente: “Lo que dicen que es un cisne negro, algo que no tienes previsto que te ocurra y que te cambia tu trayectoria, es lo que me ocurrió a mí. Me rompí una pierna jugando a rugby y a raíz de eso aprendí a programar y con ello a otras muchas cosas que fueron el origen de todo”, comienza.
Fran no vende el emprendimiento como un camino de rosas. Más bien todo lo contrario: “Emprender es complejo a cualquier edad, aunque también siento que cuanto mayor eres tienes más experiencia y eso es muy positivo. Emprender es como comer vidrio todo el rato y sólo un porcentaje muy pequeñito de gente llega a tener relativo éxito”.
“Llegar donde yo he llegado es muy complejo. La clave de emprender y que te vaya bien es la perseverancia para dar con uno que funcione. La gente no sabe la cantidad de veces que algo no funciona y se queda sólo con cuando sí lo hace”, continúa para dejar claro que si se quiere y se trabaja, se puede.
Pero hay que querer mucho y trabajar mucho. “Hay que desmitificar el emprendimiento. La realidad es que lo normal es que no te comas una mierda durante muchos años y, si tienes suerte, quizás en algún momento te la comas. Es un camino muy complejo para convertirte en un gran empresario y muy pocos lo logran”, zanja Fran.
Hay que desmitificar el emprendimiento. La realidad es que lo normal es que no te comas una mierda durante muchos años
El lugar común en el que todo el mundo piensa cuando se imagina a un emprendedor es la edad. Gente joven y sin responsabilidades. Pero la edad no es una condición indispensable para sacar un proyecto adelante. “Con 50 años tienes una gran ventaja en el mundo del emprendimiento y en todos, que es la experiencia. Con 20 años no tienes ni idea de nada y con 50 sí. Cuando fallas con 20, las equivocaciones suelen ser muy caras, mientras que con 50 puedes evitarlas e ir a tiro fijo. Cuando tienes 20 eres más inconsciente porque no tienes a nadie detrás, tienes más flexibilidad pero careces de ‘know how’. Lo ideal sería encontrar el equilibrio entre lo bueno de cada edad”, nos explica Fran.
En su libro ‘ADN emprendedor’ explica en varias oportunidades una de las claves y en la charla con Uppers insiste: “Hay que tener una alta capacidad para resolver problemas cada vez más importantes. Si no la tienes, es mejor que no te plantees dedicar cinco o diez años de tu vida a esto. Es importante tener la foto completa y en esa salen muchos problemas. Con 45 ó 50 años tu capacidad para resolver problemas es mucho mayor. Quizá tu mayor carencia pueda ser la flexibilidad, pero si tus circunstancias personales te lo permiten porque tienes ahorros y el piso pagado, adelante”.
Fran acude a los ejemplos prácticos: “Muchas veces se pone la figura del emprendedor como alguien de 20 ó 22 años, pero la realidad es que muchos grandes empresarios han montado su empresa pasados los 40, con unas habilidades que la gente con 20 años no tiene”.
Decepcionado con Silicon Valley
Y si de desmitificar se trata, este valenciano no se queda sólo en el emprendimiento sino que va más allá y apunta a un lugar, desde su punto de vista, idealizado: “Silicon Valley está sobrevalorado. No tengo duda. Se vive bien y está bien para empezar un negocio, pero todo cuesta un dineral y cuando estás empezando el dinero no te sobra. Tiene más sentido llegar allí en un estadio más avanzado”.
De hecho, él tiene claro dónde podría focalizarse el emprendimiento ahora. “España es el mejor sitio para empezar porque es económico, hay talento, la calidad de vida es buena y se está apostando desde algunos sectores por el emprendimiento y luego la globalización te permite contratar gente de todos los sitios y conocer a gente de todos los países que te interesen. Aquí estamos montando iniciativas privadas muy chulas, como la lanzadera de Juan Roig, que está apoyando mucho y es algo que, a día de hoy, no encuentras ni en California ni en ningún otro sitio. Valencia podría ser el próximo Silicon Valley”.
España es el mejor sitio para empezar porque es económico, hay talento, la calidad de vida es buena y se está apostando desde algunos sectores por el emprendimiento. Valencia podría ser el próximo Silicon Valley
Aun así, a pesar de que Valencia sea una opción cercana y barata, Fran cree que el emprendimiento es un mundo para el que no todos valen. “Es complicado recomendar el emprendimiento cuando sabes que la probabilidad de éxito es próxima a cero, tiene que estar en tu ADN esa inquietud, ir con tu personalidad. Si a mí me fuese mal con Internxt estoy seguro de que intentaría otra cosa porque es lo que me gusta. Si coges la lista Forbes y ves los 100 más ricos del mundo no verás ni a ningún deportista, a ningún empleado, a ningún actor… Son todo empresarios. Si quieres tener la oportunidad, aunque ínfima, de poder aspirar a tener ese impacto económico, la única forma de conseguirlo pasa por ser empresario”.
Si te animas también debes saber que no sólo debes dominar tu área: “Un emprendedor es un hombre orquesta. Cuando estás empezando y no generas dinero quieres y tienes que poder cubrir la mayor cantidad de cosas posibles tú solo. No puedes contratar un abogado, un contable, un programador, alguien de marketing… Te tienes que saber buscar la vida y con 50 sabes. Tienes que ser lo suficientemente hábil como para buscarte la vida y, sin ser contable, abogado o programador, ser capaz de montártelo tú, ser resolutivo”.
El error, imprescindible
Con todas estas premisas, lo que parece garantizado es que te vas a equivocar una y mil veces. Si no, es que no lo estás haciendo bien. “En el emprendimiento no existe éxito sin error, es imposible, o sea de hecho si te va bien y no te has equivocado, aún es porque no lo estás intentando lo suficientemente fuerte. Equivocarse es totalmente normal y significa que estás intentando salir de la zona de confort. Con el libro trato de que la gente pueda minimizar esos errores que vayan a cometer porque ya los he cometido yo”, argumenta Fran.
Pero no se queda ahí: “Si no te equivocas, aprendes y rectificas, emprendiendo no vas a durar ni un telediario. Por eso es importante la autocrítica. Conozco mucha gente que es imposible que le vaya bien porque no son autocríticos y, si no eres autocrítico y la culpa siempre es de otro, vas a estar estancado toda la vida”.
Los padres tienen una misión difícil
En definitiva, hay que encontrar el equilibrio entre la autocrítica y la capacidad para fliparse: “Para emprender hay que ser autocrítico pero también tener un nivel de autoestima muy alto. Tienes que ser un flipado y pensar que tú puedes ser parte del 1% que triunfa en este mundo. Y flipado puedes ser a los 20 o a los 50. Tienes que creértelo. Cuando empecé a crear Internxt estaba flipadísimo y ahora me he relajado un poquito. Empezar un negocio a veces se convierte en una carrera a ver quién se complica más la vida y eso es un error. Hay que generar el mayor impacto posible de la forma más eficiente posible. Eso lo entendí después”.
Y si en lugar de estar pensando en emprender estás viendo cómo se lo plantea tu hijo, algún que otro consejo puedes encontrar también en las páginas escritas por Fran. “Mis padres no vienen de un background de emprendedores, son los dos funcionarios. Sin embargo, yo me buscaba un poco la vida y siempre muy independiente. Ellos me han dejado hacer porque siempre me ha ido un poco bien por mi cuenta. Eso sí, siempre les he hecho caso en las cosas importantes que me han planteado. No es fácil ser padre de un emprendedor, aunque te apoyen al 100%. Para ellos quizás hubiese sido más fácil que fuese médico o abogado”, concluye.