¿Te has planteado pasarte al autoconsumo eléctrico? Tu vivienda puede revalorizarse en unos años

  • La biomasa es el autoconsumo más acessible al bolsillo, seguida por la aerotermia y, por último, la instalación fotovoltaica.

  • En ocho años se puede amortizar la inversión en nuestra casa autosuficiente

Los que se plantean el hogar y sus activos inmobiliarios como una inversión con enormes posibilidades de revalorización no son tontos, solo están viendo el potencial de una serie de tecnologías y usos del ahorro energético, también llamado ahorro fotovoltaico, que todavía están por desarrollarse masivamente en España.

Una de esas formas de anticiparse al futuro y sacarle cierta rentabilidad económica a nuestra casa en propiedad es el autoconsumo eléctrico, minoritario hasta hace algún tiempo. ¿La razón? El polémico impuesto al sol que puso en marcha el Partido Popular y que hace dos años fue derogado por el Gobierno. Eliminada la principal traba administrativa y económica, esa tasa abusiva que los escasos usuarios de las instalaciones fotovoltaicas estaban obligados a pagar por generar su propia energía, ya no hay muchas excusas para no valorar esta posibilidad de ahorro y sacarle rédito a nuestro patrimonio. ¿Quién no quiere multiplicar el precio de su casa?

Instalaciones fotovoltaicas en el hogar

La instalación fotovoltaica es una de las principales vías por las que podemos transformar nuestro hogar en una casa sostenible que reduzca considerablemente la huella de carbono, nos ahorre un buen pellizco y revalorice en el mercado el valor de nuestra vivienda. Los usuarios, además, reciben compensación económica de su distribuidora eléctrica por los excedentes de energía que generan y que vierten al sistema.

Otras formas de autoconsumo cada vez más extendidas son la aerotermia (instalación de una bomba de calor con una eficiencia cuatro veces mayor que la de un sistema de climatización, calefacción y consumo de agua tradicional), y la biomasa, que es la más demandada y la más accesible para el usuario medio. La instalación es mucho más sencilla.

El precio de una instalación fotovoltaica

El precio de la instalación de placas solares en un hogar y el tiempo invertido en trabas administrativas (legalización) ha descendido drásticamente en los últimos años. Hay dos factores principales en esta caída: la derogación del impuesto al sol, la bajada de precio de los paneles y la simplificación del papeleo.

A día de hoy, revalorizar nuestra casa con una instalación fotovoltáica cuesta casi seis veces menos que hace cinco años, sin contar con la facilidad de la tramitación. Apenas se necesita registrar un nuevo certificado eléctrico para que podamos verter a la red los excedentes.

En cifras se aprecia mucho mejor la filosofía ‘verde’ a la que se dirige España. De los 30.000 euros, y los escasos incentivos gubernamentales para pasarse a las energías renovables, hemos evolucionado a un gasto mucho más asumible para una familia que se planteara esta clase de inversión: unos 8000 euros, cifra en la que coinciden la mayoría de expertos, entre el ahorro eléctrico por autoconsumo y los excedentes que vuelven a la red y que se compensan a los propietarios de la red fotovoltaica.

¿Cuánto cuesta una instalación fotovoltaica para nuestra casa?

Influyen varios factores en el cómputo final de gasto.

En primer lugar, tendrás que tener en cuenta el gasto energético y el precio de tus facturas. La Red Eléctrica de España ha calculado el consumo medio anual para una vivienda en la que vivan tres personas. 8240 kWh/año. Tan fácil como reunir tus facturas y revisarlas para calcular cuál es tu gasto energético y, en consecuencia, cuánta energía vas a pedirle a tus paneles. En el estudio de tus facturas tienes que tener en cuenta cuánto estás pagando por kW. 14 céntimos es el precio medio por hogar español, que, con impuestos, llega casi a los 19 céntimos, incluyendo el gravamen.

En segundo lugar, tendrás que estudiar con un técnico especializado el tamaño, tipo y número de paneles solares implicados en la generación de la energía que producirá tu hogar (la energía teórica que suministrará el panel vs la energía real que te dé, pues siempre es algo menor); también cuenta en el cálculo del precio de la instalación fotovoltaica el aislamiento térmico de la casa, su orientación y el espacio disponible para instalar los paneles solares. Se calcula que se necesitan 2x2m como mínimo en el tejado o la cubierta.

Instalar un mayor número de paneles, y más baratos, no tiene por qué significar pagar menos. Aunque los paneles con más potencia son más caros, en el cálculo final de la factura puede merecerte la pena su instalación. Si tu casa no está bien aislada, demandarás más energía de la célula fotovoltaica y los paneles que hayas instalado. El precio medio por metro de placa solar está en 900 euros, pero depende mucho del tipo de panel y su potencia.

Los expertos recomiendan que, al diseñar la instalación con un técnico especializado, no sobredimensiones tu consumo teórico con más paneles solares de los necesarios, un error muy común en los que se pasan a las energías verdes. Ni te quedes corto esos 3,3 kW ni te pases rebasando los 5,6 kW, ya que estarías pagando un sobreprecio por un sistema fotovoltáico al que no vas a demandarle tanta energía. Si sobredimensionas la instalación, tampoco sacarás un rendimiento económico suficiente como para que te merezca la pena. Cierta parte de la energía que viertas al sistema no se te compensará económicamente.

La amortización de toda nuestra inversión, teniendo en cuenta la vida útil de los paneles solares (25 años), eliminando los consumos fantasma y utilizando un sistema de ahorro energético estricto, puede recuperarse en 7 u 8 años de sobra. A eso hay que añadir el ahorro medio energético respecto al sistema tradicional de consumo energético del hogar: entre un 25 y un 30%.