Bill Miller, el hombre que recuperó su fortuna gracias a Amazon y al Bitcoin

  • Nació en 1950 en Carolina del Norte y se graduó en Economía en la Universidad Washington & Lee

  • La crisis de 2008 se llevó por delante su fondo de inversión Legg Mason Value Trust

  • Era el presidente y principal inversor de Legg Mason, una de las mayores gestoras globales de activos del mundo

Muchas veces, cuando se apuesta por el mercado de valores, los beneficios no llegan cuando uno pretende porque se concentran demasiadas variables que influyen en el éxito. Bill Miller es uno de esos hombres con una mente tocada por una varita para analizar los números e investigar los mercados a futuro. Aún así, en 2008 se arruinó, pero sigue siendo un afortunado al que se le ha concedido una segunda oportunidad, porque se ha vuelto a convertir en multimillonario gracias a Amazon y al Bitcoin.

En Uppers queríamos saber quién es Bill Miller. Los expertos del mundo de las finanzas lo definen como un icono de la inversión de valores. Un desconocido para el resto de los mortales, que dejamos la multiplicación de las monedas en sus manos sin saberlo. Las portadas de los medios de comunicación económicos de medio mundo se han hecho eco de cómo recuperó su fortuna Bill Miller, tras perder el 90% de ella en 2008.

Miller nació en Carolina del Norte en 1950 y se graduó en Economía en la Universidad Washington & Lee. Tras una buena trayectoria profesional entró a trabajar en Legg Mason, una de las mayores gestoras globales de activos del mundo con más de 100 años de experiencia. Después de un tiempo se convirtió en presidente e inversor de la compañía. La fama le llegó porque Legg Mason Value Trust, el fondo que gestionaba, registró uno de los mayores éxitos en la historia de los fondos mutuos al superar el índice S&P 500 durante 15 años seguidos.

El desplome de su fondo

Tal como detallan los especializados en la materia, todo cambió cuando Miller hizo “apuestas apalancadas en Bear Stearns, Freddie Mac y otros valores financieros” que estaban muy afectados debido a la crisis de 2008. Sus movimientos y predicciones le salieron mal y dilapidó toda su fortuna. Tal vez fue porque la Reserva Federal de Estados Unidos no intervino tanto como él esperaba. La consecuencia fue un desplome del 55% del fondo Legg Mason Value Trust y la marcha de los inversores, lo que provocó que los activos que gestionaba la compañía de unos 77.000 millones de dólares se quedaran en unos 800 millones. Estas espectaculares pérdidas se sumaron a su acuerdo de divorcio. Miller vio cómo en unos meses toda su fortuna se redujo en un 90%.

Un visionario que compró Amazon y Botcoin

Sin embargo, como buen analista de mercado, conservó parte de las acciones que había comprado de Amazon en 1997, muy poco tiempo después de que la compañía se estrenara en la bolsa. En noviembre de 2008 las acciones de esta grande del comercio electrónico valían menos de 40 dólares. Ahora, en las últimas sesiones, su cotización ronda los 3.300 dólares por acción. Hace poco tiempo, Miller confesó que su participación en Amazon suponía el 83% de su cartera personal y que seguramente se había convertido en el mayor accionista individual después de su dueño, Jeff Bezos, y sin contar con la exmujer de este MacKenzie Scott.

Además, gracias a su visión de futuro y a su intuición financiera, Miller comenzó a comprar bitcoin cuando la criptomoneda se debatía entre los 200 y los 300 dólares. Desde principios de 2020 la criptodivisa se ha disparado con cifras astronómicas. A principios de mayo, un bitcoin cotizaba a más de 48.000 euros, aunque ha ido bajando hasta situarse en los 31.285 euros. El retorno de la inversión que obtendría Miller si vendiera ahora lo que compró entonces le volvería a convertir en multimillonario.

De cara a un futuro próximo, es muy optimista con ambos activos. Espera que las acciones de Amazon se dupliquen en los próximos años cuando extienda sus redes al alojamiento en la nube o a la publicidad. En relación al bitcoin, está seguro de que se multiplicará por diez en el momento en el que “los inversores reconozcan que es muy superior al oro".