Por qué están tan caros el melón y la sandía

La cesta de la compra se ha convertido en un lujo para muchas familias españolas. Especialmente los productos frescos de temporada como el melón y la sandía, dos de las frutas que más consumimos en verano. Normalmente las podíamos comprar a un precio razonable pero este año el precio de estos dos productos se ha disparado considerablemente llegando a superar los 10 euros.

La consultora IRI reporta un incremento del precio de la sandía del 68,2% y del melón del 29,4% en mayo de este año en comparación con mayo de 2021. Y las frutas en general se incrementaron un 10,4%, es decir, casi cinco puntos por encima del resto de productos frescos. El debate ha llegado incluso al Congreso de los Diputados, pero ¿a qué se debe esta subida desatada de precios?

Se hunde el precio que se paga a los agricultores

En principio puede parecer que la inflación es el único motivo, pero son varias las razones que han provocado que estemos pagando a precio de oro algo que antes no costaba más de dos euros. Debido al incremento de los costes de los supermercados, los precios de la sandía y el melón han alcanzado los 2,23 euros por kilo de media en el primer caso y los 2,41 euros en el segundo. Teniendo en cuenta que son frutas que pesan varios kilos, el precio de una sandía puede llegar a los 10 euros, algo desorbitado que ha provocado un descenso del consumo, lo que a su vez está hundiendo el precio que se paga a los agricultores.

Según explica Andrés Góngora, responsable de frutas y hortalizas del sindicato agrario Coag, a El Economista, "el melón ha pasado de pagarse a 1,05 euros por kilo en el campo el pasado mes de mayo a tan solo 0,30 euros, dependiendo del tipo y la sandía, que se pagaba a 0,87 se está abonando ahora a entre 0,10 y 0,30 euros". Es decir, el agricultor está cobrando ya hasta 11 veces menos del precio al que están vendiendo el producto los supermercados.

Malas condiciones meteorológicas

En mayo los precios subieron debido a que la producción cayó como consecuencia de las malas condiciones meteoreológicas, con lluvias intensas en zonas agrícolas donde habitualmente no sucede, y a fenómenos como el de la calima, según explica Góngora. A eso hay que sumarle factores como el encarecimiento de los materiales de envasado, de la energía o del transporte.

Ahora, sin embargo, "debido al desplome del consumo de sandías o melones, que según nuestras estimaciones podría haberse hundido hasta un 50% debido a la fuerte subida de los precios en las tiendas, hay un exceso de oferta en origen que esta provocando que se pague mucho menos al agricultor".

Los casos de la sandía y del melón no son los únicos. La diferencia de precios entre lo que se paga en origen y en las tiendas alcanza el 765% en el caso de la naranja -1,47 euros el kilo en los supermercados y 0,17 en el campo; se eleva al 383% en el de la pera -2,61 euros frente a 0,54- y hasta el 322% en el de la nectarina -4,81 euros frente a 1,14 euros-.