Cualquier circuito de gas dispone de una serie de válvulas cuya función es dejar paso a la circulación de este combustible o cortar su circulación. Desde Uppers, ya que en breve comenzará el frío y será necesario poner en marcha la calefacción, hemos consultado con un servicio especializado cómo saber si la válvula de gas está en buen estado y por tanto cuándo cambiar la válvula de gas.
Independientemente del sistema empleado en un hogar para calentar el agua y las estancias, ya sea a través del gas, del gasóleo, de pelets, electricidad…, cada año se debe llevar a cabo una revisión completa por profesionales en la materia incluyendo caldera, termos, estufas, chimeneas, tuberías o radiadores, entre otros, además de sus componentes y piezas, entre las que se encuentran las citadas válvulas. Cada sistema tiene sus puntos a revisar y comprobar por seguridad, control del consumo, eficacia y eficiencia.
En lo que se refiere a los circuitos de gas y a sus válvulas, son componentes que dan paso o impiden el paso del gas al contador y a continuación del combustible a la caldera y a las tuberías de conexión o a los distintos equipos de la instalación.
Lo habitual es que esas válvulas sean fácilmente reconocibles ya que cuentan con un distintivo amarillo, ya sea una funda amarilla en la palanca o una maneta amarilla. En realidad, se trata de una llave de paso y la más empleada es la de bola. Tiene este nombre debido a que en su interior existe un mecanismo de cierre con forma de esfera con una perforación alineada con la tubería, cuando esa perforación se coloca en el punto de apertura permite el paso del gas por ella.
Por ese motivo, para abrir la válvula de gas es necesario girar esa palanca o manilla amarilla que está unida a esa esfera interior siempre en el sentido contrario a las agujas del reloj. El cierre de la válvula se consigue girando en sentido contrario de modo que la perforación de la válvula deja de estar alineada con la tubería y se coloca en posición perpendicular.
Estas válvulas de gas se instalan en distintos sitios:
Por otra parte, además de permitir o impedir el paso del gas, existen otras válvulas limitadoras de gas. Son válvulas de seguridad que se encuentran en el interior de los tubos y que su función es regular el exceso de flujo de forma automática. Cuando se supera el valor del caudal predeterminado instantáneamente bloquean el flujo de gas en el interior del tubo, garantizando un mayor nivel de seguridad. Estas válvulas se colocan al principio de cada instalación colectiva e individual, después del regulador y es preferible que se encuentren en zonas exteriores. Gracias a ellas se minimiza la posibilidad de una explosión o de otros problemas igualmente graves porque sirven de protección ante posibles roturas imprevistas de la canalización.
La manera de comprobar el estado de las válvulas de gas es realizando un cierre: no deben ofrecer resistencia o al contrario parecer flojas en su movimiento de media vuelta. Como recordatorio, explicar que están abiertas cuando sus extremos están paralelos al tubo o cerradas cuando se encuentran en una posición perpendicular al mismo.
Está claro que la importancia del combustible que transita por el sistema conlleva realizar las revisiones anuales por parte de profesionales especializados. No obstante, las personas que habitan la vivienda deben comprobar visualmente, nunca manipular, el estado del circuito de forma habitual, que las válvulas de casa cierran perfectamente y que el contador del gas no corre cuando no hay nada funcionando.
Esto significa que, si la calefacción está apagada, los grifos del agua caliente cerrados y no se está cocinando, no hay consumo y por tanto el contador del gas no debe correr. Una fuga se podría percibir por un silbido tenue o un olor muy característico que genera el mercaptano, un componente químico del gas. Ante esta situación o ante la duda, se deben cerrar todas las llaves o cortar el paso del gas de la vivienda, abrir las ventanas y las puertas y llamar a un profesional inmediatamente o a la compañía distribuidora.