¿Qué recibos debes revisar mes a mes para intentar ahorrar?

Ponerse manos a la obra para rebajar el importe final de las facturas de los gastos fijos de casa implica tiempo y es tedioso, sin embargo, compensa. En Uppers hemos recopilado qué recibos revisar mes a mes para intentar ahorrar y cuál es el método más efectivo para conseguirlo.

Hay que tomárselo como un “curso de verificación de facturas” para adaptarlas a los recursos económicos disponibles en función de la nómina mensual. Toca sacar la lupa para comprobar que cada concepto de las facturas es correcto, que se corresponden con los servicios contratados y que no hay cargos indebidos. También se debe reflexionar ante la posibilidad de restringir por un tiempo o incluso cancelar definitivamente aquellos servicios que no son rentables, no compensan, no se usan tanto como se pensaba o son prescindibles. Igualmente es el momento de contrastar precios con la competencia, consultar sus ofertas y estudiar la posibilidades de un cambio de proveedor.

El primer paso es consultar el extracto de la cuenta del banco donde se cargan todos los recibos, es la mejor forma de crear un listado con nuestros proveedores. A partir de ahí, probablemente haya que ir buscando sus facturas en la cuenta de correo electrónico que les dimos como referencia para contactar. Un listado tipo lo componen los suministradores de agua, luz, gas y telefonía, el servicio de seguridad (alarma), las compañías de seguros del hogar, del coche o de la moto, el gimnasio...

Luz

La factura del suministro eléctrico es la que más quebraderos de cabeza genera. La disminución del precio del gas conlleva la bajada del precio de la luz, pero cuando se instaure el frío de verdad ya será otra cosa porque habrá mayor dependencia energética y la electricidad volverá a incrementar su coste. Algunos suministradores ofrecen ciertas opciones de tarifa libre que podrían ser interesantes en ese caso. El consejo es comparar opciones, precios y decantarse por el proveedor que obligue a una menor vinculación. En cambio, aquellos que tienen concedido el Bono social eléctrico no deben “mover un dedo” porque perderían sus bonificaciones. Por ejemplo, este Bono social ha aumentado hasta el 65% y el 80% hasta el 31 de diciembre de 2023 para los domicilios en los que viven personas con discapacidad o los para familias numerosas.

Gas

La factura de gas es igual de “odiosa” para aquellos que utilizan este combustible para calentar el agua caliente y la calefacción. A los consumidores en este caso les compensa cambiar a la Tarifa de Último Recurso (TUR) o tarifa regulada de gas natural en vez de continuar en el mercado libre principalmente cuando hay que calentar la casa. Se debe tener presente que la TUR de gas solo la tienen disponible las Comercializadoras de Referencia, ya que el precio es establecido por el mercado mayorista en función de la oferta y la demanda del suministro. La ofrecen Total Energies, Iberdrola, Gas Natural y Endesa.

Telefonía

Lo habitual es haber contratado unos servicios de telefonía muy sobredimensionados. Además, hay tantos proveedores que acribillan con su publicidad que abruman. No cabe más remedio que analizar cuántas líneas de móvil se necesitan y bajo qué premisas, qué uso se le da a cada una, qué capacidad de transmisión de datos es viable en casa, qué recursos y aparatos están instalados… Probablemente en la factura se reflejen conceptos de los que se puede prescindir u otro suministrador tenga una oferta más interesante. Lo significativo es que el mínimo ajuste conlleva un ahorro mensual.

 Agua

Con la factura del agua poco se puede hacer porque solo hay un suministrador. Sí que funciona ser consciente del consumo diario y analizar qué costumbres se pueden cambiar para gastar menos (ducharse en vez de bañarse o cerrar el grifo mientras dura el cepillado de los dientes o el afeitado). También cabe la posibilidad de instalar cisternas de doble vaciado o reductores de caudal en los grifos. En este caso el consumo mensual se va a reducir con nuevas rutinas en pro del respeto medioambiental.

Seguros

La casa es recomendable que disponga de un seguro, en cuanto a un vehículo es obligatorio para transitar y en muchas ocasiones se dispone de un seguro sanitario privado. Todos ellos se renuevan de forma anual, aunque se paguen cada mes, cada seis meses o una vez al año. Suelen estar muy ajustados, pero las cuotas suben si se han sucedido uno o varios siniestros, por tanto, antes del vencimiento conviene comparar garantías económicas y prestaciones para decantarse por el que más convenga.