¿Los ventiladores de cuello son beneficiosos para nuestra salud? ¿Qué riesgos tienen?

Calor extremo con nombre de mito griego, sofoco, sudor, agobio… todas estas palabras nos son realmente familiares cuando el verano impacta brutalmente en nuestro cansancio. Las altísimas temperaturas que España ha sufrido en el último mes, con temperaturas récord en varias olas de calor consecutivas, han dejado nuestros cuerpos y espíritus completamente derretidos. 

La perspectiva del combatir el calor extremo con el aire acondicionado no es demasiado halagüeña cuando llega la factura mensual y toca buscar maneras de ahorrar. Muchas personas optan por un recurso sustancialmente más barato: un ventilador tradicional, más engorroso de transportar, o los de cuello, cada vez más de moda entre quienes quieren su chorro de aire directamente en la cara.

¿Qué beneficios y riesgos tienen estos aparatos?

Los mejores ventiladores de cuello

La primera y más obvia ventaja de este artilugio, que cada vez está más de moda, es su precio competitivo. Con la proliferación de distintos modelos y marcas que ofrecen aparatos cada vez más perfeccionados hemos visto cómo la oferta de ventiladores de cuello ha crecido muchísimo en los últimos meses. 

En Amazon, por ejemplo, es posible encontrar modelos de 10 euros como el de la marca Kternay, siendo los que están entre 50-60 euros los modelos pro, bastante más caros, ni mucho menos necesarios en nuestra conquista del frescor de cara y cuello. El precio medio de un modelo con multitud de reseñas positivas no sobrepasa los 20 euros, por lo que es una opción estupenda que no impactará demasiado en nuestra economía.

En el diseño, la ergonomía y el consumo también hay consenso. Frente a los modelos antiguos con las aspas descubiertas en los que existía un riesgo importante de que el pelo se enganchara, ya contamos con bastantes modelos con un diseño mucho más puntero, que además se carga con USB. Gran parte de los ventiladores de cuello mejor valorados son ergonómicos (se adaptan al cuello) y tienen las turbinas cubiertas con una rejilla. 

Además, ya no es necesario utilizar la mano para colocarlos continuamente frente a la cara, como le pasaba a los primeros modelos que se popularizaron. Los ventiladores de cuello con reseñas más positivas son bastante parecidos a unos auriculares sofisticados y no desentonan en absoluto con la ropa que nos ponemos en nuestro día a día.

¿Son malos para la salud?

Como sucede con los ventiladores tradicionales, hay un primer reparo que podríamos ponerle a este tipo de artilugios. El flujo de aire continuo en la cara suele contener ácaros, polvo y hasta pelos de mascota. Puede resecarnos la piel, pero sobre todo, los ojos.  

Además de todo ello, corremos el riesgo de que el chorro de aire fresco nos genere infecciones en las vías respiratorias, conjuntivitis y otitis, si lo utilizamos justo después de bañarnos o ducharnos y tenemos la cara y el cuerpo mojados. Los patógenos aparecen con más facilidad cuando hay humedad en la mucosa del conducto auditivo externo.

Lo mismo sucede si no limpiamos cada cierto tiempo el aparato y las aspas, pues podrían acumular polvo y micropartículas y enviarlas directamente a nuestros ojos y boca. Si sufrimos de alma o de alguna alergia respiratoria, es todavía más importante seguir las recomendaciones del fabricante en materia de salud. Existe un problema añadido: es posible que, si optamos por un modelo barato de diseño moderno, las turbinas estén cubiertas por una banda de plástico y no podamos realizar una limpieza adecuada y eliminar las partículas que se han quedado adheridas a las aspas.

[No se recomienda] a los que sufren de alergia, sobre todo en la nariz, se produce lo que se llama rinitis vasomotora. Esto va a producir mayor congestión de secreción de mocos y puede favorecer a infecciones y problemas de resfriados”, explica el neurólogo Renato Casanova, del Hospital Dos de Mayo, refiriéndose a algunos de los problemas derivados del uso de ventiladores tradicionales.

Las personas con una musculatura débil en el cuello o cierta sensibilidad deberían sopesar bien la decisión de hacerse con uno de estos ventiladores. El peso del aparato no es excesivo (ronda los 250 gramos), pero, como indica el doctor Martín Almendros en Saber Vivir, “hay personas, sobre todo las que tienen ya de base una tensión de la musculatura, y en especial los músculos de la base del cráneo, a las que los 250 gramos del aparato pueden suponer la gota que colma el vaso”, y habla también de un determinado tipo de usuarios de ventiladores, muy sensibles al peso en ciertas zonas de su cuerpo. “Se contracturan y generan dolor de cuello, cefaleas e incluso mareos”.