De la cuota a sacar efectivo: siete fallos habituales al utilizar la tarjeta de crédito

  • Agotar el crédito de la tarjeta o sacar dinero en efectivo del cajero son errores comunes

  • Si sumas los intereses y las comisiones que genera no controlar el gasto seguro que te asustas

  • Ciertas tarjetas conllevan una cuota anual exorbitada que desconocemos hasta que el banco nos pasa el cargo

Las tarjetas de crédito son como una tabla de salvación. Permiten desde comprar el pan hasta recorrer casi todos los países del mundo sin cambiar de moneda. Sin embargo, esa tabla puede partirse y dejar que nos ahoguemos en las aguas más profundas de las deudas económicas. En Uppers hemos hecho una recopilación de cuáles son los fallos habituales al usar una tarjeta de crédito para que los evites. Entre ellos, te explicamos uno de los más comunes: qué pasa si te pasas del límite de la tarjeta de crédito.

El Banco de España apunta que en nuestro país hay en circulación 37 millones de tarjetas. Esta cifra que va en aumento por la comodidad que proporcionan y la necesidad de no tocar los billetes y las monedas a la hora de pagar para evitar el contagio por el Covid-19.

Dejando a un lado la practicidad de las tarjetas de crédito, te enumeramos los errores y “trampas” del acreedor más comunes, porque es éste quien siempre sale ganando y nosotros perdiendo como clientes:

1. Una cuota mínima mensual

Establecer el pago de una pequeña cantidad mensual sin mirar el gasto real: en el caso de que hayas establecido abonar cada mes una cuota fija muy baja en comparación con lo que gastas, la deuda y el interés que genera dicha deuda y que el acreedor te adelanta a crédito, irá creciendo sin parar. Lo más barato y aconsejable es finiquitar al final del periodo todo el gasto para empezar de cero todos los meses sin deudas ni intereses.

2. No leer la letra pequeña

Desconocer la letra pequeña de nuestra tarjeta: el segundo error más típico es que nunca revisamos la totalidad de las condiciones del contrato de la tarjeta. Por ejemplo, es imprescindible tomar nota de la fecha de corte, de modo que cuando tengas necesidad de realizar compras realmente significativas conozcas el gasto realizado hasta el momento. Si te pasas puedes terminar pagando de nuevo demoras y comisiones.

3. Cuota anual

Pagar la cuota de mantenimiento anual de la tarjeta: muchas de ellas incluyen una cláusula que elimina la cuota anual por cumplir una serie de requisitos. Si los conoces y los cumples te la podrás ahorrar. En caso contrario, estate pendiente de su fecha de renovación para localizar otra tarjeta que sea más ventajosa o gratuita. También hay ciertas tarjetas con cuotas anuales exageradas. Antes de solicitar una compara las condiciones con las de la competencia.

4. Agotar el crédito

Agotar el crédito de la tarjeta: si no prestas atención a la evolución del crédito cada mes y lo apuras al máximo no podrás utilizar la tarjeta en casos de emergencia. En las apps actuales es muy sencillo comprobar el gasto diario a través del móvil, al igual que la cuota total que se va generando y cómo se reduce el crédito. Parece un poco tedioso, pero es la mejor forma de evitar sustos.

5. Sacar dinero en efectivo

Sacar dinero en efectivo del cajero con la tarjeta de crédito: esto es un recurso para un apuro, pero nunca debe hacerse de forma habitual. Al retirar dinero del cajero con este tipo de tarjetas en vez de con las de débito, éste sale de la línea de crédito y no de la cuenta corriente. La consecuencia es que se asume una deuda que implica una nueva comisión del banco o acreedor.

6. Contratar más tarjetas de las necesarias

Disponer de más tarjetas de crédito de las necesarias: contar con más de una tarjeta de crédito es muy útil cuando se viaja al extranjero; una puede fallar o no ser aceptada en ciertos comercios. No obstante, para el día a día es un error. A la larga siempre se acaba gastando mucho más de lo que se tiene y se necesita.

7. No elaborar un presupuesto

Prescindir de un presupuesto: pagar con las tarjetas es muy fácil porque no vemos la moneda en circulación. A veces, por ejemplo, en temporada de rebajas, compramos demasiado sin prestar atención a nuestro presupuesto real. Sí o sí, al final de cada mes tendrás que hacer frente a la cuota total de lo abonado con la tarjeta de crédito. Ser consciente de la totalidad de tus ingresos y tus gastos evita los agobios. Te lo aseguro.