Toda la vida veraneando en Menorca o cómo una familia cumplió su sueño de trasladar la isla a Madrid

  • Ni la crisis ni la tierra, mar y aire que separan estas dos ciudades ha intimidado a la familia García Veiga para impulsar Pura Menorca, un lugar virtual y físico con los productos genuinos de la isla

  • A Javier, el segundo de cinco hermanos, la pandemia le sorprendió dando la vuelta al mundo en velero. Su regreso y el confinamiento fueron el punto de partida para emprender

  • El 95% de los nuevos emprendedores están convencidos de que esta crisis sanitaria puede aportar oportunidades y líneas de negocio, pero habrá que adaptarse a los nuevos comportamientos del consumidor

Hay lugares que se quedan para siempre en uno y desatan la inmediata necesidad de volver sin que importe donde nos encontremos. Para Javier García Veiga, farmacéutico madrileño y aventurero tenaz de 52 años, ese sitio es Menorca. Exactamente, Fornells, una pequeña villa marinera al norte de la isla con puerto pesquero y deportivo. Desde allí nos recibe telefónicamente y mirando al mar desde la terraza de una casa que reúne cada verano a su numerosa familia desde hace más de tres décadas. De buena gana amarraría sus aguas cristalinas, la caldereta de langosta, sus calas naturales, los atardeceres y algún que otro guijarro. Arramblaría con todo y lo llevaría a Madrid, donde la familia tiene su residencia habitual.

El confinamiento fue el punto de partida

Y como quien pasea por las nubes, Javier, el segundo de cinco hermanos, y su hermana Lola empezaron a pergeñar esta idea durante el confinamiento: Trasladar un trocito de Menorca a Madrid. "Pensamos que, igual que nos ocurre a nosotros cuando abandonamos la isla, hay mucha gente que siente nostalgia. ¿Por qué no ofrecer al menos la esencia menorquina? A este sueño se sumó el resto de la familia y empezamos a darle forma.

Cada uno aportó lo que sabe desde sus conocimientos y, poco a poco, se fue gestando Pura Menorca, un negocio que traslada los productos isleños más significativos a cualquier hogar y abre las puertas al mundo de 'sa Roqueta', que es el nombre afectuoso que recibe esta isla. Calzado, gastronomía, bisutería, ropa, toallas, arte local… todo lo que el enamorado de la isla puede encontrar en este espacio, tanto físico como virtual, tiene el sello genuinamente menorquín".

La grandeza del proyecto está en el amor que profesa a Menorca cada uno de los hermanos desde bien pequeños. "Descubrimos la isla casi por casualidad, gracias a un amigo menorquín de la familia que habló a mis padres de esta tierra y no pudieron resistirse a conocerla. En aquella época el trayecto hasta Menorca era lo más parecido a un viaje exótico. Sin vuelo directo y con familia numerosa, es fácil imaginar lo que era aquello, pero el destino valía la pena".

Descubrimos la isla casi por casualidad, gracias a un amigo menorquín de la familia

Antes de la aventura menorquina, el padre, amante de la navegación, ya compensaba la falta de mar en Madrid con una barca en el Pantano de San Juan. "Él nos inculcó el gusto por la pesca, el buceo y cualquier actividad relacionada con el agua. Menorca nos enamoró desde el inicio y se convirtió en nuestro destino vacacional imperdonable".

La pandemia le sorprendió en un velero y en plena crisis de los 50

A Javier la pandemia le sorprendió en alta mar, en Chile, mientras se disponía a dar la vuelta al mundo en un velero como recuerdo de la expedición de Magallanes y Elcano, que cumple ahora 500 años. "Con la crisis de los 50 decidí vender la farmacia que regenté durante casi dos décadas en Menorca y cumplir mi sueño".

El confinamiento nos llevó a madurar la idea y decidimos seguir adelante. Era el momento de reinventarse

El coronavirus interrumpió el proyecto y Javier regresó a su casa de Madrid. "El momento pedía un cambio y el runrún de Pura Menorca llevaba tiempo en nuestras cabezas. El confinamiento nos llevó a madurar la idea y decidimos seguir adelante. Era el momento de reinventarse y de hacerlo realidad". Aunque todos echan una mano, quienes llevan el negocio son él, su hermana Lola y los hijos de esta, Fernando y Lola.

Mientras tanto, veían que muchos comercios iban echando el cierre, pero ni siquiera eso les amilanó. "Encontramos un local en la Avenida de Europa de Pozuelo y Lola, aparejadora y licenciada en Bellas Artes, se encargó de toda la parte creativa y trasladar a la tienda esa imagen tan característica de Menorca, con toda su magia y luminosidad".

Gracias a la ayuda final de toda la familia, amigos y conocidos que acudieron a dar el último toque de gracia, Pura Menorca abrió el día previsto, el viernes de Dolores de este año, un auténtico homenaje para las tres generaciones de Lola en la familia: madre, hermana y sobrina de Javier. Y una Lola más, la barca.

Romper las reglas y animar a la industria

El 95% de los nuevos emprendedores está convencido de que esta crisis sanitaria está aportando nuevas oportunidades para crear una empresa o abrir una nueva línea de negocio, según el Observatorio de Emprendimiento de España. Estos hermanos se suman a quienes piensan así, a pesar de la gran incertidumbre en cuanto al futuro y las dificultades que plantea el presente.

Para Javier, que afronta la vida con un carácter irreductible, emprender, innovar, crear en un entorno inestable e incierto y cuando la pandemia está golpeando tan fuerte a todos los sectores ha supuesto un reto apasionante. Además, supone una manera de animar a esa industria que, en sectores como el textil, registró en 2020 una caída de casi el 20%, según la patronal Acotex.

Como cualquier otro emprendedor en pandemia, estos empresarios son conscientes de los cambios de actitudes en los consumidores a partir del temor al contagio. Por eso, el comercio on line se presentó como una opción muy interesante que no han dejado escapar.

"Sabíamos que había que romper las reglas del comercio tradicional y hemos cedido buena parte del protagonismo de Pura Menorca al escaparate virtual y la digitalización". Por otra parte, tenían muy claro el producto, siempre genuino de Menorca. "Son productos exclusivos de calidad a precios muy competitivos. En buena parte son diseños atemporales y muy versátiles".

Productos con denominación de origen

Uno de los artículos más solicitados son las abarcas, ese calzado artesanal que tanta proyección internacional ha dado a Menorca. Se han convertido en un complemento muy actual y tienen muchísimo reclamo entre royals y celebrities. Trabajan con firmas como Pretty Ballerinas y Mascaró. Javier insiste en que todo lo que entra en la tienda son firmas menorquinas.

"Queremos que sea nuestro sello de identidad". En cuanto a gastronomía, su consejo es un queso con denominación de origen de Mahón; la manzanilla, clasificada en la isla como una especie autóctona; o el Gin de Menorca, una variedad de ginebra que se elabora allí.

Con estas propuestas, en pocos meses se han ganado una clientela enamorada de Menorca que quiere disfrutar de la isla en cualquier época del año y de muchas de las cosas que los visitantes se quedan con ganas de comprar a su paso por la isla. "Otros entran por curiosidad y acaban fidelizándose. Tenemos también menorquines que viven en Madrid y se acercan por aquí cada vez que tienen nostalgia de la tierra y del mar".