¿Por qué los frigoríficos tienen luz cuando se abren y los congeladores no?

  • La nevera y el congelador son dos electrodomésticos muy semejantes, pero con un par de diferencias significativas

  • A pesar de los avances para evitar la formación de hielo, la mayoría de los congeladores carecen de una luz como la de los frigoríficos

  • El motivo detrás de esta diferencia se encuentra en el principio de costo y beneficio

El frigorífico y el congelador son dos electrodomésticos imprescindibles en nuestras cocinas que suelen ir de la mano y que cumplen una función semejante. Su principal diferencia, de hecho, es la temperatura a la que pueden guardar los alimentos: mientras que uno conserva la comida congelada, con unas temperaturas por debajo de los 0ª, el otro mantiene los alimentos frescos, en un rango de entre 0º y 8º, siendo 4º el ideal que se debería buscar.

Además de la temperatura, existe otro pequeño detalle que distingue a ambos electrodomésticos: la luz. Cuando abrimos la puerta de nuestra nevera o frigorífico, siempre, salvo que haya algún error de por medio, se ilumina una lucecita. En cambio, cuando abrimos las puertas de nuestro congelador, tan solo nos recibe la oscuridad. ¿A qué se debe esto?

¿Por qué los frigoríficos tienen luz y los congeladores no?

A pesar de que hoy en día ya hay algún que otro modelo de congelador que sí lleva luz incorporada que se enciende cuando se abren las puertas, lo habitual es que estos electrodomésticos permanezcan a oscuras. Y aunque a primera vista no parezca que haya una respuesta justificada que explique esta decisión de diseño, lo cierto es que sí hay varios motivos que lo explican.

Uno de ellos es el propio uso que le damos al congelador. Al ser un electrodoméstico en el que se almacenan alimentos que no vamos a consumir en un periodo bastante considerable de tiempo y que no suele abrirse con demasiada frecuencia, resulta bastante innecesario disponer de una luz. Además, el propio hielo que se forma en el interior de los congeladores acabaría cubriendo el dispositivo luminoso, por lo que su utilidad sería, más bien, escasa.

Con los avances tecnológicos, sin embargo, este problema podría resolverse. De hecho, ya hay varios modelos de congelador que cuentan con un sistema capaz de evitar la formación de hielo. Aun así, la mayoría de congeladores que podemos comprar en las tiendas y almacenes siguen permaneciendo a oscuras. En estos casos, es probable que juegue un papel importante la tradición, la costumbre con la que se han fabricado este tipo de electrodomésticos a lo largo de todos los años, pero este factor no sería el único capaz de marcar a todo un mercado.

Entonces ¿cuál es? ¿A qué se debe? La respuesta, como en muchos otros casos, la encontramos en las ganancias, en los gastos y beneficios. A la hora de fabricar un congelador, equiparlos con una luz que se encienda y apague cada vez que abramos y cerremos las puertas supone un coste adicional que, en muchos casos, no resulta rentable ni para el propio fabricante ni para el consumidor.

Según explicó el economista Robert Frank en su espacio de la página PBS NewsHour, todo se resume en el principio de costo y beneficio. “En ambos electrodomésticos el coste de instalar una luz que se encienda de manera automática cuando abras la puerta es prácticamente el mismo”, aclaró. Sin embargo, las ventajas en uno y otro electrodoméstico son distintas.

“El principal beneficio de tener una luz dentro de un electrodoméstico es que te permite encontrar las cosas con mayor facilidad”, explicó. “Dado que la mayoría de las personas abren la nevera con más frecuencia que el congelador, los beneficios de tener una luz en este electrodoméstico son mayores, por lo que, teniendo en cuenta que el gasto de colocar estos dispositivos es el mismo, es probable que la relación entre el coste y el beneficio de añadir luz sea más beneficiosa en el refrigerador que en el congelador”, sentenció. Es decir: todo se debe a una cuestión de uso y beneficio económico.