Soluciones WiFi fuera de la ciudad: pasar el invierno en la segunda residencia y seguir conectados

  • Irse a trabajar a la segunda residencia está en auge, pero en ocasiones la conexión a internet de la zona y de la casa no es la óptima para teletrabajar

  • Durante el estado de alarma, un 48% de los negocios utilizó el teletrabajo para seguir funcionando, y muchos aún siguen apostando por esta modalidad segura contra la COVID-19

Estás viendo a tus compañeros cómo se han ido a teletrabajar desde su segunda residencia, más tranquila que la habitual, más seguros del covid-19, y te estás preguntando por qué no haces tú lo mismo y sales de la ciudad. Al fin y al cabo, solo tienes que avisar a tu empresa, coger los bártulos, y hacerlo.

Si el problema es que allí no tienes internet para poder conectarte a tu entorno laboral, aquí te damos una serie de soluciones ordenadas desde la más sencilla hasta la más laboriosa en función de lo rural que sea el lugar desde donde vayas a teletrabajar los próximos meses.

WiFi a través del teléfono móvil

Esta es la opción más portable de todas porque no te hace falta ningún gadget adicional. Tan solo un receptor con WiFi (ordenador, televisión, otro móvil...) y el emisor, que es tu propio dispositivo. Eso sí, la velocidad dependerá de dos factores: la cobertura 4G que tengas en el lugar desde donde te conectes y la tarifa que tengas contratada con tu teleoperadora, aunque, hoy en día, muchas de ellas ya ofrecen datos ilimitados.

En teléfonos con el sistema operativo Android puedes encontrar la opción de compartir WiFi desde ajustes > WiFi e internet > Zona WiFi / Compartir conexión > Punto de acceso WiFi, mientras que en los dispositivos con el sistema operativo de Apple puedes encontrarlo en configuración > compartir internet - activar > solo WiFi y USB > seleccionar contraseña WiFi > OK.

En el dispositivo que recibe la señal únicamente tendrás que seleccionar la red WiFi que hayas creado, con el nombre y la contraseña que hayas configurado previamente.

Ofertas de segunda residencia de las teleoperadoras

En los lugares más poblados y en donde, al menos, llega una línea de teléfono estándar, las teleoperadoras están ofreciendo la opción de activar internet para las segundas residencias. Para ello, lo primero es ser titular de una línea principal en la primera residencia y, después, tener una buena cobertura en el lugar donde la quieras instalar.

Por ejemplo, Movistar ofrece internet con fibra óptica a 10Mb o ADSL a máxima velocidad, desde 15€ + 50€ de instalación siempre y cuando se tenga Movistar Fusión contratado en la primera vivienda. Orange, por su parte, dispone de una oferta de ADSL asimétrico (20 Mb bajada - 1 Mb de subida) o fibra de 100, 600 o 1000 Mb de velocidad. Por 24,95€ a partir del tercer mes y siempre que se tenga contratado también el parque Love.

Router portátil con tarjeta 4G

Si quieres llevarte internet a tu segunda residencia pero no quieres fundirte los datos 4G de tu tarifa del móvil ni estar esperando para que te vayan a instalar el ADSL (en muchas zonas rurales ni siquiera llega el ADSL), algunas teleoperadoras te dan la opción de utilizar un router portátil con una tarjeta SIM con 4G.

Este es el caso por ejemplo de Vodafone, que te ofrece un router 4G para meter una SIM y poder navegar a 150 Mbps simétricos. Tiene un precio de 24€ al mes con 12 meses de permanencia o, si lo prefieres sin permanencia, con un pago fijo de 75€ por la compra del router. Movistar, por ejemplo, ofrece ya en esta modalidad tarifas de datos ilimitados.

No obstante, siempre puedes comprarte un router de Huawei o TP-Link por tu cuenta e introducir una tarjeta SIM que hayas comprado a alguna teleoperadora. Así evitarás ataduras de permanencias.

WiMAX, la potente conexión rural por microondas

Pero, ¿y cuándo el ADSL no llega a tu zona o cuando esa conexión de router 4G (llamada comúnmente Internet por radio) no tiene suficiente potencia?

Otra tecnología que está teniendo una gran implementación en zonas rurales de nuestro país es el WiMAX. A través de microondas, se establece una conexión entre una pequeña antena instalada en la fachada o en el tejado de la vivienda y el repetidor más cercano de la compañía telefónica (que puede estar incluso a 70km de distancia). La instalación suele ir a cargo de la compañía, así como el coste de la antena, router etc. Y los precios de este servicio son, casi siempre, mucho más competitivos que los de las grandes operadoras. Tal vez, un inconveniente que cabe mencionar es que al estar orientada directamente al repetidor, la antena necesita espacio libre a su alrededor. Una casa absolutamente rodeada de árboles altos en todas direcciones podría tener alguna merma en la velocidad de conexión con esta modalidad. No obstante, normalmente, las zonas rurales se caracterizan por no tener grandes masas de edificios altos alrededor, que sí serían un problema mayor para esta conexión.

Hemos hecho la prueba con una conexión en una zona rural de la provincia de Segovia, muy cerca del límite con Madrid. Durante unos meses, hemos probado la conexión por router 4G de una gran operadora y apenas ha superado los 3MB por segundo en ningún momento. Cambiando a tecnología WiMAX y contratando solo 10MB, la conexión mantiene esa velocidad en todo momento. Compañías como AkiWifi, Jetnet o Tngo son algunas de las más conocidas que operan en España.

Internet por satélite

Una de las opciones más viables para los entornos rurales es la conexión a internet a través de satélite. De hecho, la principal distribuidora de esta modalidad, Eurona, lanzó un comunicado en el que anunciaba que había incrementado "un 60% las altas de internet por satélite en los pueblos de la 'España Vaciada' durante el estado de alarma".

En esencia, es parecido al WiMAX, salvo que en esta ocasión la fuente de la señal será un satélite y no un repetidor. En el WiMAX, se orienta la pequeña antena al repetidor directamente. La instalación es aparatosa, necesitarás una antena parabólica en el tejado de casa para enviar y recibir la señal (mucho más grande que la de conexión WiMAX), con el coste económico adicional (unos 100€) que supone instalarla. No obstante, muchas compañías te subvencionan el coste si firmas una permanencia con ellas.

Además, puede que la velocidad de transmisión no sea tan rápida como esperas, pues tienes a un satélite como intermediario y no un repetidor al que orientas la antena directamente.