{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Las jubilaciones de las 'clases pasivas' han aumentado en enero y febrero de 2021 un 26% con respecto a los mismos meses de 2019, rompiendo una tendencia de contención mantenida en los últimos años antes de la pandemia. Las últimas medidas del Gobierno endureciendo las jubilaciones anticipadas voluntarias habían frenado las intenciones de adelantar su retiro a los sanitarios, profesores, militares y funcionarios, las llamadas 'clases pasivas', pero la pandemia y la reforma de las pensiones que prepara el Gobierno han dado la vuelta a la situación.
En 2019, (el último año con cifras normales, ya que en 2020 las altas y bajas en las jubilaciones se han visto muy afectadas por la pandemia tanto en su registro y tramitación), se jubilaron en los meses de enero y febrero 6.500 trabajadores de clases pasivas. En los mismos meses de 2021 ya van 8.200, un 26% más. De seguir esta proporción, a finales de año el número de jubilaciones de clases pasivas habrá aumentado en más de 10.200 personas, según los datos de la Subdirección General de Gestión de Clases Pasivas consultados por este medio.
Hay dos razones que explican este aumento en las jubilaciones de clases pasivas. Primero la pandemia, que ha afectado a estos trabajadores que están expuestos al contacto con otras personas, fundamentalmente los sanitarios, pero también los profesores y el personal funcionario de atención directa con el público. "El desgaste producido por el estrés que supuso la pandemia ha hecho que muchas personas se pensaran si merecía la pena aguantar unos años más o jubilarse ahora" comentan fuentes de la Seguridad Social. Por otra parte, los retrasos en la tramitación de solicitudes de jubilación durante el parón de la pandemia ha hecho que se acumulen expedientes a los que ahora se están dando salida.
La otra explicación a esta tendencia a la jubilación anticipada de los funcionarios, es que uno de los puntos esenciales en la reforma de las pensiones que está afrontando el Gobierno es el de mantener a los trabajadores en el mercado laboral durante más tiempo. Esto implica endurecer las condiciones de acceso a la jubilación anticipada, y muchos se temen que si posponen su jubilación ahora, después saldrán perdiendo.
Si estás adscrito al Régimen de Clases Pasivas puedes jubilarse con 60 años si acreditas 30 años de servicios al Estado, o tienes 30 años cotizados y los 5 últimos han sido en el régimen de clases pasivas. Recibirás el 100% del haber regulador, (la base reguladora de los funcionarios que establece cada año los Presupuestos Generales del Estado en función de tu categoría profesional), por lo tanto cobrarás la pensión máxima que te corresponde y no tendrás penalización por anticipo de la edad.
Las clases pasivas tienen un acceso a la jubilación más temprano que ningún otro grupo de trabajadores, y esto no va a cambiar. Si tienes menos de 60 años y decides dejar de trabajar, tendrás que apuntarte al paro y esperar a los 60 años. Eso sí, para no perder una parte importante de tu pensión vitalicia, deberás suscribir un convenio especial con la Seguridad Social que complete las cotizaciones por desempleo hasta la base máxima, hasta que cumplas los 60. Entonces podrás jubilarte sin penalización ninguna.
En este punto hay un poco de confusión. La idea el Gobierno no es endurecer todas las jubilaciones anticipadas. Sólo las voluntarias, y las de las pensiones más altas. Se pretende subir los coeficientes reductores en las jubilaciones anticipadas voluntarias que se produzcan en los meses siguientes al cumplimiento de la edad de acceso, es decir a los 64 años en 2021, en función de los años cotizados. Lo que se busca es desincentivar que la gente se jubile anticipadamente en cuanto la Ley se lo permita.
Y por otra parte se quiere poner más difícil el retiro anticipado de quienes han cotizado por bases más altas. Ahora, los coeficientes reductores se aplican a la base reguladora, no a la pensión final que reciben estos trabajadores, por lo que siguen recibiendo la pensión máxima aunque se jubilen anticipadamente, por lo no les compensa seguir trabajando. Lo que se plantea es aplicar los coeficientes reductores sobre la pensión que se recibe finalmente. Al aplicar la reducción sobre el total de lo que se cobra, y no sobre la base reguladora, estos trabajadores verían disminuida su pensión y no les compensaría jubilarse anticipadamente.
En todo caso, esta casuística no afecta a los trabajadores del régimen de clases pasivas, que como hemos visto, disfrutan de condiciones ventajosas de acceso a la jubilación antes de tiempo. En plena negociación de la reforma de las pensiones con patronal y sindicatos, lo último que querría el ministro Escrivá sería crear un conflicto con los cerca de 3.000.000 millones de funcionarios, modificando sus condiciones de acceso a la jubilación.
El acceso de los funcionarios a la jubilación es un asusto de calado, ya que de los 2,6 millones de funcionarios, más de un millón tiene entre 50 y 59 años. La Administración Central tiene un 40% de trabajadores con más de 50 años, mientras en la Seguridad Social el 76% de sus empleados tiene más de 50 años.
Si en el sector privado la edad media de jubilación está en los 64,6 años, en los funcionarios está en los 61,97 años, dos años y medio menos. Hasta 19.500 funcionarios, el 68% del total que se jubilaron el año pasado, lo hizo antes de los 65 años.
Las administraciones perderán hasta 2025 casi 331.000 funcionarios por jubilación y cerca de 900.000 en la próxima década, gran parte de ellos entraron en la Administración en los años 80 y 90, por el desarrollo del Estado de las Autonomías y el crecimiento del Estado de bienestar en nuestro país.