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Es un documento que nadie quiere escribir pero que todos, tarde o temprano, deberemos redactar. El testamento es el texto que acompaña a la muerte, el escrito donde se recogen las últimas voluntades de una persona y que reparte sus bienes y posesiones entre sus herederos. Sin embargo, a pesar de ser uno de esos documentos presentes en la vida de casi cualquier persona, a la hora de redactarlo suelen surgir una gran cantidad de preguntas, y más en estos tiempos de pandemia. ¿Necesito testigos? ¿Es necesario que acuda ante notario? ¿Puedo hacerlo online? ¿Qué validez tiene? Si te preocupa hacer tu testamento en época de coronavirus, estas son algunas respuestas que podrían ayudarte.
A menudo, nuestro ajetreado ritmo de vida nos impide sacar tiempo para realizar trámites burocráticos que, si bien no suelen ser urgentes, si son importantes para nuestras vidas. Uno de ellos es la redacción del testamento, un documento que, por lo general, no nos planteamos escribir hasta que sentimos que el tiempo se nos echa encima. Y es que, seamos sinceros, ¿a quién le apetece aprovechar su día libre para ir a la notoria a tratar un tema tan incómodo como el reparto de bienes tras su defunción? Por suerte, los avances tecnológicos han hecho que ya no sea necesario que nos desplacemos para redactar nuestro testamento. Y es que si tenemos teléfono, un ordenador e internet, podemos hacerlo perfectamente desde casa y, sí, con total validez.
El proceso para hacer un testamento vía telemática es asequible y muy sencillo. Lo primero que debemos hacer es localizar los despachos notariales que tienen habilitada esta opción en su página web. Una vez lo hayamos hecho, tendremos que registrarnos y rellenar una serie de formularios con nuestros datos. Esto hará que nuestro caso se le asigne a un experto, con el que recopilaremos los datos necesarios para escribir el testamento y que podrá asistirnos telefónicamente en caso de que nos surjan dudas o problemas en el proceso.
Con la información recopilada, un abogado especialista redactara nuestro testamento que, finalmente, tendremos que firmar. En este último paso tenemos dos opciones: la primera, solicitar una cita para firmarlo en la notaría; la segunda, copiar el documento con nuestra letra y entregarlo en el despacho, donde permanecerá hasta el momento de nuestro fallecimiento.
A pesar de que internet sea la opción más cómoda a la hora de redactar un documento desde nuestra casa, también es posible hacerlo vía telefónica, aunque, eso sí, el proceso será mucho más laborioso. Además, en caso de extrema necesidad, sería posible que el abogado o notario acudiese al domicilio u hospital donde se encuentra el testador.
La pandemia del coronavirus ha creado una crisis sanitaria sin precedentes que puede complicarnos, y mucho, la redacción de un testamento. ¿Cómo podemos hacer nuestro testamento si estamos confinados en casa? ¿Y si estamos hospitalizados? Afortunadamente, para estas situaciones la ley contempla dos alternativas en las que no necesitaremos acudir ante notario para repartir nuestros bienes.
La primera de ellas regula, precisamente, cómo hacer un testamento en situaciones de pandemia. Esta alternativa, que surgió en 1889 como consecuencia de las epidemias de cólera que asolaron España, establece que en caso de emergencia sanitaria podremos hacer nuestro testamento sin notario siempre y cuando lo hagamos en presencia de tres testigos mayores de 16 años que no estén incluidos en el reparto de bienes.
Sin embargo, a diferencia del testamento online, este documento perderá su validez en el momento en el que la pandemia cese o en caso de que el testador sobreviva. Además, si la persona que ha hecho el testamento fallece durante la pandemia, los testigos solo dispondrán de tres meses para acudir ante notario, por lo que, siempre que puedas, recomendamos que te decantes por otras opciones a la hora de hacer tu testamento.
La otra alternativa es el testamento ológrafo, un documento que debemos redactar con nuestra propia letra y sin tachaduras o borrones. A diferencia del testamento por epidemia, en estos casos no es necesario que tengamos testigos a la hora de escribir el documento, aunque, eso sí, nuestros herederos tendrán un plazo de diez días tras nuestro fallecimiento para llevar nuestro testamento a la notaria, donde deberán acreditar que el fallecido y el autor del texto son la misma persona.