Shaquille O'Neal es una de las grandes leyendas del baloncesto mundial y de la NBA. En 2011 se retiró de la cancha, pero sigue siendo una de las personalidades más reconocidas del baloncesto mundial que, 11 años después de su retirada, amasa una fortuna aún mayor de la que tenía cuando estaba en activo, así que se ve que ha aprendido a administrar su dinero y a crear negocios que le den grandes beneficios fuera del ámbito deportivo. Y eso que, en sus inicios ahorrador, precisamente, no era.
A comienzos de los 90, cuando ya empezaba a despuntar en el baloncesto. Siendo un veinteañero, logró uno de sus primeros acuerdos de patrocinio por un millón de dólares, dinero que no le duró demasiado en la cuenta bancaria. "Mi agente me llamó y me dijo: 'Oye, tienes un millón de dólares'. En mi cabeza era todo muy simple y no tuve en cuenta los impuestos. Siempre quise un elegante Mercedes-Benz, así que fui al concesionario y compré uno. Valía 150.000 dólares, todavía me quedaban 850.000", contó hace un tiempo O'Neal.
"Compré uno igual para mi padre y una versión más económica para mi madre. Según mis cálculos me quedaban 600.000. Entonces hice lo mismo que los chicos de barrio: comprar anillos, diamantes y pendientes, y un par de días más tarde el gerente del banco me llamó y me dijo: 'te sigo y probablemente será un jugador fabuloso y ganarás mucho dinero, pero conozco a muchos que cuando terminan no tienen nada'", y tras ello, contó que le mostró que del millón de dólares solo quedaban 60.000. A partir de ahí tomó la decisión de dejar sus finanzas en manos de profesionales.
Ahora, con 50 años, se ha convertido en uno de los grandes hombres de negocios de Estados Unidos para hacer crecer su fortuna, que se estima en unos 400 millones de dólares, colocándose entre los jugadores de la NBA más ricos. O'Neal ha logrado un máster en Administración de Empresas por la Universidad de Phoenix y ha elegido las franquicias para invertir su dinero.
El exjugador es propietario de 155 establecimientos de la cadena de hamburguesas Five Guys, de 17 restaurantes de la cadena especializada en dulces, Auntie Anne's Pretzels, y de varios locales de la franquicia de pizzas Papa John's, esto solo en el ámbito hostelero. Otros de los negocios que ha puesto en marcha son unos 150 lavaderos de coches, 40 gimnasios que abren las 24 horas del día e incluso una sala de cine en la localidad en la que nació.
En 2018 fundó la cadena de sándwiches de pollo Big Chicken que en abril anunció que llegaría a Houston, el mismo mes que sacó su propio libro de recetas.
No obstante, al parecer también ha invertido en Amazon y en los 90 compró acciones de Google después de que se lo ofrecieran. A todo ello hay que sumar los patrocinios que ha hecho a lo largo de todos estos años con grandes compañías, como Oreo, Pepsi o Reebok, con las que ha logrado unos grandes ingresos a su fortuna.