Pactar una dimisión: un experto nos dice cómo tienes que hacerlo para irte bien

Boris Johnson ha aceptado marcharse. Pese a haberse aferrado al cargo y haber intentado aguantar hasta el último momento, el primer ministro británico ha terminado resignándose a dimitir, según avanzó la BBC, tras meses de escándalos y tras la avalancha de renuncias de miembros de su propio Gobierno en los últimos días. El líder 'tory', eso sí, seguirá interinamente en el cargo hasta el otoño.

Desde las celebraciones que se saltaron las reglas de la pandemia hasta la gestión de las acusaciones de acoso sexual contra un diputado conservador, los escándalos han inundado el mandato de Johnson hasta llegar a una situación insostenible pese a sobrevivir semanas atrás a una moción de censura impulsada desde su propio partido. “El trabajo de un primer ministro en tiempos difíciles es seguir adelante y eso es lo que voy a hacer", insistía hasta este mismo miércoles para justificar su negativa a marcharse.

Finalmente Johnson se ha dado por vencido, pero su caso reabre la eterna pregunta que sobrevuela cualquier ámbito político, empresarial o institucional en una situación de crisis: ¿cuándo debe dimitir un líder de su puesto? ¿y cuál es la mejor forma de hacerlo? Javier Blasco, director del Adecco Group Institute y experto en situaciones de crisis, nos da a Uppers las claves para saber cuándo una renuncia no puede aplazarse más y cómo debería hacerse.

La humildad es la base de la grandeza de un líder

"La calidad de un dirigente, aparte del talento, cada vez se mide más en clave de humildad. Y parte de esa humildad, que es la base de la grandeza y generosidad de los líderes, pasa por saber reconocer cuándo es el momento adecuado para dejar el cargo que se ostenta, en especial, si no se están cumpliendo las expectativas y compromisos adquiridos", explica el experto. En el caso de Johnson, acusado de fomentar la 'cultura del desprecio a las normas' tras descubrirse su participación en el denominado 'Partygate', quizás lo extraño sea haber aguantado tanto tiempo.

Lo cierto es que no hay una fórmula infalible que permita saber cuál es el momento exacto en el que decir adiós. Pero todo líder, directivo o manager debería "tener muy interiorizada la práctica de saber detectar cuándo es el mejor momento para dar paso a otros". Johnson es uno de esos casos en los que se ha forzado el 'timing' más allá de lo deseable. Para acertar con ello es importante ser honesto y "saber anteponer los intereses de la organización a la que te debes, de las personas que la componen, y de los colectivos que de ella dependen", añade Blasco.

Que más de 50 cargos del Gobierno británico hayan dimitido entre el martes y este jueves, incluidos el ministro de Economía, Rishi Sunak, y el ministro de Sanidad, Sajid Javid, dos pesos pesados del Partido Conservador, dan una idea muy clara de que Johnson había cruzado ya el punto de no retorno. Brandon Lewis, uno de sus ministros claves, aseguró ayer que "lamentaba profundamente" tener que dejar el Gobierno, pero que, de un Ejecutivo se espera "honestidad, integridad y mutuo respeto".

Marcharse con elegancia y cuidar las formas

Que la imagen profesional no salga excesivamente dañada de una crisis también es un elemento clave a la hora de tomar una decisión, añade Blasco: "Es mejor irse 'por la puerta grande' que esperar a que la organización te fuerce a que abandones". De nuevo, Johnson parece que llega tarde para salir bien parado en este aspecto, puesto que las presiones de su propio Gabinete para que renunciara han sido enormes. Incluso una delegación de media docena de ministros fue a Downing Street para pedírselo en persona.

Quizás ahora, una vez tomada la decisión, sea el momento para intentar paliar las graves consecuencias de imagen que para Johnson ha tenido esta crisis. En ese sentido, su aspiración de continuar en el cargo hasta otoño puede verse como un intento de facilitar o capitanear el proceso de transición. "Cuidar las formas, por más difíciles que sean las circunstancias, planificar la salida tanto como sea factible, cuidar -y exigir que la organización cuide- la estrategia de comunicacional interna y externa, y si la organización lo permite, proponer estrategias de salida, planteando escenarios que puedan satisfacer a ambas partes", debería ser la receta para planificar una salida airosa en cualquier ámbito directivo.

Al abandonar un cargo no es deseable mostrarse exaltado ni excesivamente compungido. Se trata de controlar las emociones para mantener la dignidad intacta. Y, por supuesto, "es el momento de agradecer y de reconocer, evitando volver al pasado para remarcar desacuerdos o recapitular enfrentamientos". Johnson aún está a tiempo para esto. Ahora se abre una carrera por la sucesión entre los ‘tories’ de cara a la conferencia del partido en octubre, cuando la persona elegida le sustituiría como primer ministro hasta las próximas elecciones generales, previstas en principio para 2024.