Derribando mitos laborales: los séniors emprenden más y venden mejor

  • A partir de los 50, la probabilidad de introducir nuevos productos y servicios en el mercado es mucho más alta

  • Investigadores europeos acaban de publicar un estudio que muestran el potencial de innovación de los empresarios en sus últimos años de profesión

  • España va a la cabeza con emprendedores que aprovechan su capacidad económica, bagaje profesional y contactos para lanzar un proyecto

¿Juventud, divino tesoro? No le rebatiremos al poeta Rubén Darío, que inspiró a tantos escritores modernistas, pero hay una realidad que acaba de exponer un estudio liderado por Martín Murmann, profesor de la Universidad de Zúrich, con datos suficientemente convincentes: los empresarios de 50 o más años tienen mayores probabilidades de introducir nuevos productos y servicios en el mercado que sus colegas más jóvenes. Tiene su razón de ser si tenemos en cuenta el nivel de sus recursos financieros personales y su capacidad de innovar tras una vida de experiencias.

Desafío frente a una población envejecida

Basándose en las observaciones de casi 3.000 fundadores individuales de nuevas empresas en los últimos años, los autores han comprobado que, al contrario de lo que sugerían investigaciones anteriores, el número de nuevas empresas creadas por emprendedores al final de sus carreras ha crecido muy rápido y se empieza a entender como una medida política eficaz dentro del desafío que impone el envejecimiento de la población. La edad es, por tanto, clave para el éxito empresarial, pero también para cambios económicos y sociales más amplios.

Por cada diez años más de edad, aumenta hasta un 30% la probabilidad de que el empresario aporte una innovación

Por cada diez años más de edad, aumenta hasta un 30% la probabilidad de que el empresario aporte una innovación al mercado. Suelen ser cambios revolucionarios o bien desarrollos completamente nuevos de una tecnología ya existente. Tenemos el caso del popular Elon Musk. A sus 52 años, acaba de lanzar xIA, una nueva empresa centrada entender la naturaleza del universo a partir de la inteligencia artificial. Para ello ha fichado a ingenieros y profesionales de I+D de grandes compañías, como Microsoft y Google.

La trampa de los primeros ídolos tecnológicos

Es verdad que Bill Gates, Steve Jobs o Mark Zuckerberg fomentaron el mito de la juventud al crear las grandes tecnológicas cuando eran veinteañeros, pero no dejan de ser casos extraordinarios. Una investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) sitúa la edad promedio del emprendedor exitoso en startups tecnológicas en los 45 años. La presencia juvenil es todavía más débil en otros mercados, como el energético o el biotecnológico.

Lo que sospechan los investigadores estadounidenses, a raíz de estas conclusiones, es que los empresarios jóvenes tienen una mayor exposición en redes sociales y medios de comunicación. Esto alimentaría la quimera de la juventud. "Si tuvieses dos ideas idénticas y, sin saber nada más, una llegase de una persona muy joven y otra de una persona de mediana edad, deberías apostar por esta última", indica en este trabajo Pierre Azoulay, profesor de Innovación Tecnológica del MIT.

Si tuvieses dos ideas idénticas y, sin saber nada más, una llegase de una persona muy joven y otra de alguien de mediana edad, deberías apostar por esta última

Descubrieron que el éxito es 125% más alto si los empresarios han trabajado anteriormente en un sector vinculado al negocio que están iniciando. Entre las ventajas destacan el capital humano de la experiencia, los recursos financieros y los contactos sociales.

Todos estos hallazgos podrían tener implicaciones muy prácticas, según el primer estudio mencionado, en el que ha colaborado también la investigadora finlandesa Virva Salmivaara. Creen que, sobre todo en las sociedades que envejecen de forma acelerada, resultará útil cambiar la visión estereotipada de la vejez por esa nueva evidencia de la edad como factor decisivo que aumenta la posibilidad de seguir creando e introduciendo novedades en el mercado incluso más allá de la jubilación. Los autores mantienen la esperanza de inspirar el debate sobre cómo aprovechar mejor las habilidades y el conocimiento de las generaciones mayores en aquellos países que están experimentando un envejecimiento severo y sin precedentes. Mencionan Japón, Corea del Sur, Estados Unidos y parte de Europa.

España, a la cabeza en emprendimiento sénior

En España, con una proporción de mayores de 80 años casi duplicada desde 2001 y con 135 mayores de 64 por cada 100 menores de 16, el cambio demográfico es evidente. Cada vez es más frecuente encontrar a emprendedores valientes como la geógrafa Iciar Aresti, de 63 años, promotora de Añino Regina Merina, un proyecto que transforma lana de raza merina en un tejido de alta calidad para prendas y calzado. O Curro Solano, un cacereño de 62 años que ha creado una plataforma tecnológica que promueve un estilo de vida saludable basado en la alimentación. O Vicente Salinas, que dejó su puesto en la Sanidad pública a los 53 para montar Plus Vitech, una empresa biotecnológica, y seguir investigando el cáncer y tratamientos oncológicos. 56 tenía Antonio Banderas cuando debutó como diseñador de moda y lanzó su propia colección de moda masculina. Y 60 cuando lanzó el Teatro del Soho, un proyecto audiovisual aún más personal con el que da un empujón cultural a su ciudad, Málaga.

La edad como valor añadido

El Mapa de Talento sénior, elaborado por el Centro de Investigación Ageingnomics, nos sitúa como el país donde los mayores (entre 54 y 64 años) tienen mayor predisposición a emprender. Destacan, por ejemplo, en la creación de diferentes plataformas de formación y asesoramiento o empresas de venta de productos en las que su habilidad a la hora de negociar y sus conocimientos suponen un valor añadido.

Incluso en países de África y Oriente Medio, con poblaciones más jóvenes, la aceleración económica vendrá de la mano de personas mayores si reciben incentivos que alienten su participación en innovación y proyectos más arriesgados o la inversión en iniciativas de los emprendedores más jóvenes. "Se ha descubierto que la diversidad de edades en la composición de un equipo contribuye a la creación de innovaciones más importantes", concluye la investigación de Murmman y Salmivaara.