No gestionamos tiempo, sino energía: cuatro claves para ser más eficaces siendo seniors

  • Echar muchas horas en el trabajo no significa trabajar más, sino, en muchas ocasiones, peor

"De lo que se trata es de echar muchas horas". Durante muchos años estuve dando este consejo de manera errónea a muchas personas que me preguntaban por las claves al inicio de una carrera profesional. Incluso alardeaba diciendo que yo era capaz de trabajar catorce seguidas, cada día, de lunes a viernes. Realmente era la viva imagen de un hámster en una rueda. Mientras tanto, me deterioraba física y emocionalmente en silencio.

Si la fórmula mágica para ser un buen profesional, consistiera en dedicar largas jornadas de trabajo, sería algo relativamente sencillo. Pero se habla muy poco de la calidad de las mismas. Y ahí es cuando llegamos a la energía, la clave de la que quiero hablar: de nada sirve trabajar diez horas si a partir de la sexta tu eficiencia cae en picado.

Una persona es más productiva trabajando ocho horas, pero con calidad, que ese otro compañero, que siempre hay en una oficina, que llega antes que nadie y se va el último. Uno de los mayores expertos en productividad individual, Tony Swartz, lleva más de dos décadas concienciado a las organizaciones y a sus profesionales en que deben planificar sus niveles de energía, como uno de sus proyectos prioritarios, desviando la estéril discusión entre cantidad o calidad.

En un momento como el actual, donde en nuestro país empezamos a aceptar que la conciliación es un derecho al que todos debemos aspirar, esto tiene mucho más sentido. Me vienen a la mente los consejos de la enfermera Bronnie Ware en su famoso libro y estudio sobre los principales arrepentimientos que tienen las personas cuando se encuentran en su lecho de la muerte. Uno de ellos es el hecho de haber pasado demasiado tiempo en el trabajo.

Precisamente por todo esto, cuando me preguntan qué cualidades tienen las personas que mejor se organizan, siempre destaco la capacidad de gestionar su nivel de energía, que no es otra cosa que su verdadera capacidad de trabajo mantenida durante el día.

Los que ya somos seniors, lo hemos comprobado a medida que pasan los años. Después de algún viaje de trabajo o de alargar alguna cena más de la cuenta, nuestra energía se ve deteriorada y, como consecuencia de ello, nuestra efectividad al día siguiente. Por suerte, cada vez me encuentro a más personas que, aun siendo seniors, la edad no les está suponiendo un deterioro de su capacidad física. Casi todos cumplen unas reglas básicas para mantener la correcta y necesaria energía física.

Las resumiremos en estas cuatro.

Horas de sueño

Es el factor más importante. Reflexiona sobre cuántas necesita tu cuerpo (no todos somos iguales) y dáselas. No es broma, dáselas.

Deporte

Sí o sí. Practícalo como mínimo 3 o 4 veces a la semana. Si no lo haces no es por falta de tiempo, sino por dejadez. Planifícate por escrito y saca un hueco.

Alimentación e hidratación

El azúcar y los hidratos se tienen que controlar, pues provocan momentos de subidón de energía, pero también de bajón. Ojo con las comidas de trabajo copiosas (no serás eficaz en la digestión).

Recargas de pilas

Diarias o semanales. Todos tenemos mini actividades que nos recargan íntimamente las energías, ya sea algún hobby o alguna tontería que nos distraiga. Hazles un hueco. Planifícate un tiempo para el ocio también.

Los seniors tenemos alguna ventaja en este asunto. Quizá estamos algo peor a nivel físico, pero por lo general mucho mejor en la energía emocional, otro tipo igual o más importante y que influye de manera clara y directa en nuestra efectividad. Se supone que la sabiduría de los años nos ha dejado un poso, un conocimiento a nivel de gestión emocional que nos permite utilizar los sentimientos como elemento energizante y no como minimizador de nuestra capacidad de trabajo en momentos de estrés, ansiedad o temor a lo desconocido.

En definitiva, debemos sustituir la típica frase de ‘ya no tengo la fuerza que tenía con treinta’ por la de ‘me encuentro mejor que nunca’. Y esto nos convertirá en mejores profesionales y con mayor capacidad de disfrute.