Análisis del lado oscuro del teletrabajo: los agujeros negros de los que hay que huir

  • En España, el grueso de los 'teletrabajadores' tienen más de 55 años

  • El aislamiento laboral, los malentendidos en la comunicación y el estancamiento laboral son algunos de los problemas derivados del teletrabajo

El teletrabajo ha venido para quedarse. Lo que antes era una anomalía ahora se ha convertido forzosamente en la forma en que miles de trabajadores afrontarán de cara al futuro su trabajo. La forma en la que se ha instaurado -rápida, sin proceso alguno de adaptación- ha provocado complicaciones y, en algún caso, ansiedades. En España, el grueso de los 'teletrabajadores' tienen más de 55 años (el 9,9 % de las personas en esta edad teletrabajaron durante 2019) y más de 45 (el 9 % de los trabajadores de esta franja de edad), según el INE.

A pesar de los beneficios de trabajar en casa -conciliación familiar, inserción laboral de personas con diversidad funcional, ahorro temporal-, estas complicaciones se han manifestado en muchos trabajadores. Una encuesta de la web especialista en empleo Jobatus, realizada a 480 'teletrabajadores', ha concluido que el 83 % de los trabajadores sufre ansiedad laboral.

Estos problemas vienen ocasionados por la ausencia presencial de los integrantes de la empresa y se manifiesta de distintas formas, desde el empeoramiento de las relaciones con los compañeros hasta los malentendidos con respecto a la comunicación interna de la compañía. Esto se produce por la ausencia de contacto físico entre compañeros, debido a la naturaleza digital de esta nueva forma de trabajo.

Aislamiento laboral

Los ruidos, las conversaciones y el entorno normal de una oficina suelen provocar que el trabajador pierda concentración, pero se sienta menos solo al observar a más personas en su misma situación. A pesar de que esta circunstancia aumente la productividad, el trabajador se encuentra solo. La pérdida de contacto físico y visual con los compañeros enfría las relaciones y disminuye el espíritu de equipo y sentimiento de permanencia.

Este inconveniente, señalado por el 83 % de los encuestados, también puede desembocar en el enfriamento de las relaciones personales y el consecuente deterioro de las relaciones laborales.

Malentendidos en la comunicación

La mayoría de las conversaciones se desarrollan a través de un chat, lo que puede dar pie a múltiples interpretaciones y malentendidos. Un simple mensaje meramente informativo puede ser malinterpretado al existir la barrera tecnológica, por lo que puede ser percibido como una recriminación al uniformizarse el tono de los mensajes.

El 68 % de los encuestados explica que ha experimentado esta situación, solo aclarada por la conexión del audio de la plataforma que se utilice.

Subgrupos en el equipo de trabajo

El 47 % de los empleados que se han reubicado hacia esta alternatia laboral reconoce haber aumentado la confianza con cierta parte del equipo de trabajo. De esta forma, se han creado subgrupos que, pese mantener buenas relaciones con todo el grupo, priorizan la amistad con ciertas personas del equipo de trabajo. Esto contradice la realidad idónea de un grupo de trabajo, en el que todos los compañeros se suponen iguales y no más especiales por inclinaciones personales.

Estancamiento laboral

Quizá unos peores sentimientos en un trabajo es la sensación de quedarse estancado, sin horizonte de mejora en el futuro. El 36 % de los entravistados afirma que, desde que comenzó el teletrabajo forzoso por el confinamiento, no se han iniciado en nuevas tareas laborales ni han aprendido nuevas competencias tecnológicas. Esto se debe a una carencia de espacio adecuado para este fin en las plataformas digitales.

Críticas a compañeros

Las confusiones comunicativas y las preferencias personales por unos u otros miembros del equipo de trabajo pueden ser el detonante de críticas entre compañeros, bien sean en el ámbito público o en el privado. El 28 % de los encuestados afirma haber mantenido conversaciones negativas sobre el resto de sus compañeros, lo que termina afectando a la estabilidad emocional de los trabajadores y dañando la perspectiva profesional de cada trabajador sobre cada uno de sus integrantes. En el peor de los casos, estas críticas acaban evolucionando hacia conflictos, nada beneficiosos para el clima laboral y personal del equipo de trabajo.