Silver Economy o cómo todos buscan seducir la cartera de los mayores de 65 por primera vez

  • En España hay más de ocho millones y medio de personas mayores de 65 años

  • La pirámide demográfica manda: la generación del 'Baby Boom' comienza a jubilarse

Los 50 traen canas, pero la vida continúa tal cual. Seguimos trabajando, creando, gastando y, cuando se puede, ahorrando. A las ganas le sumamos sabiduría. Llegamos a los 65 y la vida nos regala aún casi dos décadas extra. De nuevo, otro saco de sabiduría, pero también otras necesidades, otros gastos y algún achaque. Lo que está cambiando sin embargo es que, por primera vez de un modo tan masivo, esa franja de la pirámide demográfica, muy amplia en España por el Babyboom, es negocio. Y cada vez lo será más. Es decir, los mayores comienzan a ser objeto de la economía, que diseña productos adaptados a ellos y nuevas vías de negocio en busca de captar su atención. Y su dinero.

"Hasta no hace mucho, una herida infectada te mataba y si a los 65 años uno no estaba muerto, solo cabía vestirse de negro y esperar su hora con resignación. Hoy el 95% de la población supera esa edad y sigue cumpliendo años en plenas facultades", explica el economista Iñaki Ortega, director de Deusto Business School y coautor del libro 'La revolución de las canas'.

La llamada 'economía de las canas' dará origen a nuevos negocios

Con esta reflexión Ortega recibe a Uppers para presentarnos el I Congreso de Economía PlateadaICongreso de Economía Plateada, que se celebrará el próximo mes de marzo en Mérida. Definitivamente, sus palabras nos dejan claro que la longevidad es sinónimo de riqueza y hablar de la economía de las canas como oportunidad, frente al soliviantado debate de las pensiones, supone un auténtico alivio para todos.

Este plus de vida más allá de la edad de jubilación, posible gracias a los avances médicos, ha propiciado un nuevo escenario económico en el que los actores son, principalmente, hombres y mujeres entre los 50 y 70 años, bautizados como la generación silver. Y según Ortega, si hacemos las cosas bien, nuestro país reúne, por saludable y longevo, condiciones más que suficientes para liderar la llamada economía de las canas que dará origen a nuevos negocios, industrias que atenderán sus necesidades y oportunidades hasta ahora impensables. "El impacto económico y social es muy importante y tanto las administraciones públicas como el sector privado deben ser conscientes de que hay que aprovechar esta ocasión".

La OCDE ya habla de la llamada silver economy o economía plateada como el conjunto de oportunidades derivadas del impacto económico y social de las actividades realizadas y demandadas por la población mayor de 55 años. Y aporta datos muy significativos. Para empezar, más de ocho millones y medio de personas mayores de 65 años residen en España. Hay más: el 40 % del consumo mundial se concentra en ese sector de población y representa el 25% del PIB europeo. De aquí a cinco años supondrá casi el 38 % de los empleos en sectores como la salud, el ocio, la vivienda, el urbanismo, la educación, la tecnología, las finanzas y los seguros.

El 40 % del consumo mundial se concentra en mayores de 65 años

Tal y como expondrán los participantes del I Congreso de Economía Plateada, la tecnología jugará también un papel crucial en el progreso de esta economía del envejecimiento en sectores como la salud y el turismo, las finanzas y los seguros, el urbanismo y la vivienda. En él se presentarán algunos ejemplos de estas innovaciones que darán lugar a espacios transformados y adaptados a una longevidad prolongada. Entre otros, modelos financieros, rentas vitalicias e hipotecas inversas, alternativas en urbanismo, propuestas arquitectónicas para el hogar, tratamientos estéticos y clínicas de salud o el llamado 'lifelong learninng', que es un estilo de aprendizaje continuo, sobre todo en el ámbito tecnológico.

Lo que quedará claro es que a los 65 la vida no se detiene, pero se impone una realidad, hasta ahora inédita, con nuevos compromisos centrados en un mayor ahorro y una vida laboral que se no se agote precozmente. Resistirse será tanto como invocar el espíritu de Casandra, la sacerdotisa del templo de Apolo con poderes adivinatorios a la que nadie daba crédito. Cuando habla de trabajo, Ortega se refiere, sobre todo, a frenar el edadismo o discriminación que sufren los mayores en el mercado laboral. Para hacernos una idea, solo un 17,39% de los empleados de las empresas encuestadas por la consultora People Matters tiene más de 55 años.

La Fundación Adecco encontró que la mitad de las solicitudes de trabajo a partir de esta edad son descartadas. "Si conseguimos revertir ese proceso y acercarnos a tasas de actividad de los trabajadores mayores de 55 años de economías como Nueva Zelanda o Suecia, no solo lograremos mayores ingresos para afrontar el futuro, sino una economía más grande que soporte mejor nuestro sistema del bienestar", indica Ortega, quien destaca que los seniors disfrutan de unas cualidades excepcionales. "Son más disciplinados y se muestran dispuestos a aprender y a adaptarse. En general, son más leales y tienen más experiencia y valores éticos".

"Es muy viejo despreciar la edad y adorar la juventud", dejó escrito el economista Keynes

Son datos a tener en cuenta sabiendo que, en 2050, alrededor de un 5% de la población superará los 80 años; es decir, 420 millones de octogenarios vivirán en el planeta. Tendremos una sociedad muy madura, con tasas bajas de mortalidad, pero una fertilidad mínima. Y no hay expectativas de cambio, al menos a corto o medio plazo. De hecho, la venta de pañales para adultos ya supera al de los bebés, según la empresa de investigación de mercados Euromonitor.

La longevidad se impone como un desafío para la sociedad. Ortega recuerda que la ciencia ya ha conseguido en 50 años más que en los 50 siglos anteriores gracias a la triple revolución terapéutica, biológica y tecnológica. El siguiente reto es el económico y este empieza por ceder la voz a la edad madura y dejar escapar los antiguos dogmas que entorpecen las nuevas oportunidades. "Es muy viejo despreciar la edad y adorar la juventud", dejó escrito el economista Maynard Keynes. Por eso, entre butaca y butaca los participantes del Congreso dejarán que rezume el alma de Cervantes, que escribió la segunda parte de El Quijote a los 68, o de Nelson Mandela, que con 76 años fue elegido primer presidente de raza negra en la historia de Sudáfrica.