Los seis errores que sigues cometiendo a la hora de poner el lavavajillas

Pocos electrodomésticos han facilitado más las tareas del hogar que el lavavajillas, un artilugio fundamental en cualquier cocina bien equipada. Este aparato nos permite limpiar los platos y utensilios que utilizamos para cocinar y comer de forma rápida y económica. Además, en los últimos años su funcionamiento ha mejorado sustancialmente y hoy es más ecológico y efectivo. El problema es que a veces no lo utilizamos como deberíamos.

Según diversos estudios, el uso del lavavajillas puede suponer un ahorro de hasta un 16% de agua respecto al tradicional método de lavar los cacharros a mano. Sin embargo, seguimos cometiendo errores triviales que pueden comprometer su uso o incluso hacer que el aparato se estropee. Veamos los seis fallos fundamentales que hay que evitar al utilizar este electrodoméstico:

Enjuagar los platos antes de introducirlos

Es el principal error que comete la gente al usar este electrodoméstico. No tiene sentido retirar los restos de comida de la vajilla metiéndola debajo del grifo antes de entrar en el lavaplatos porque se termina gastando el doble de agua de la que ahorra el aparato. Además, para que los detergentes actúen de forma correcta necesitan algo de grasa o suciedad. Si la vajilla está ya limpia, las enzimas del jabón actúan con menos eficacia.

Esto no quiere decir que haya que introducir los platos muy sucios, porque aunque el lavavajillas puede con las manchas y con la grasa no es una trituradora de residuos. Si los restos de comida más gruesos entran y se acumulan dentro pueden obturarlo.

Cargar el lavavajillas de forma incorrecta

El lugar en el que colocas la vajilla y los utensilios es más importante de lo que crees y puede ayudar a que el lavado sea mucho más eficaz. Está bien hacer una carga completa, pero con demasiada frecuencia superponemos los platos y no dejamos el espacio adecuado. Esto impide que la vajilla se limpie correctamente y que pueda dañarse al chocar entre sí.

Distribuye la vajilla de manera que cada plato tenga el espacio que necesita. Por su parte, los cubiertos se deben colocar de manera uniforme en su cubilete y con el mango hacia abajo para lograr un correcto lavado de las partes más sucias.

Usar demasiado detergente

Es importante elegir el mejor detergente para el lavavajillas, pero también es esencial seguir las recomendaciones del fabricante. No hay que pensar que usar más detergente va a hacer que la vajilla esté más limpia. La cantidad correcta de detergente para la cantidad correcta de platos te ayudará a sacarle partido a todo el potencial de este electrodoméstico. Por cierto, no es nada aconsejable que en el lavavajillas entre detergente destinado a lavar los platos a mano.

Abrirlo inmediatamente tras acabar el ciclo

Puede que no sepas cuál es el momento adecuado para sacar los platos y los vasos, pero lo conveniente es dejar pasar un rato tras acabar el ciclo hasta que todo esté seco y limpio. En el interior del aparato todavía hay aire caliente que puede seguir secando la carga, así que puedes aprovecharte de ello. Además, cuando la temperatura baje será posible volver a colocar cada pieza en su sitio sin riesgo de quemarte. Recuerda también que la vajilla caliente es más sensible a golpes.

Meter dentro todos los utensilios de cocina

El lavavajillas puede lavar todo tipo de materiales , pero hay ciertos utensilios que pueden estropearse con el calor de lavado o dañar el aparato. Para evitar riesgos, es mejor lavar a mano los recipientes de plástico no aptos para altas temperaturas, la vajilla pintada a mano, los platos con decoraciones metálicas, los recipientes de vidrio soplado, de madera, de hierro fundido o de latón.

Tampoco se aconseja lavar las tapas de las ollas a presión para que las gomas no pierdan efectividad, ni las sartenes porque pueden perder sus cualidades. Y por supuesto, no introducir nunca un trapo de cocina que puede obturar el electrodoméstico.

Descuidar el filtro

Tener que hacer una lavado mensual con el aparato vacío para mantenerlo en buen estado es una leyenda urbana. Tampoco es necesario lavarlo con un vasito de vinagre, aunque es un desinfectante que tampoco hace daño. Lo que sí es recomendable es limpiar los filtros y difusores cada dos o tres semanas si solemos introducir muchos utensilios con gran suciedad. Conviene limpiarlos con agua y jabón y controlar que no se obturen con residuos como trozos de comida, palillos o films transparentes.