Consejos para poner a punto tu piscina antes del primer chapuzón

  • Si ya estás dispuesto a disfrutar de la piscina, antes que nada tienes que prepararla para que no te dé ningún problema durante los meses estivales

  • Con los mecanismos funcionando correctamente y todo limpio con los productos idóneos, nada te impedirá comenzar a disfrutar de la refrescante agua cristalina

El buen tiempo este año no se ha hecho de rogar demasiado y, aunque seguimos en primavera, en muchos lugares ya se han alcanzado temperaturas propias del verano, por lo que no es de extrañar que comience a apetecer ese primer chapuzón del año. Por eso mismo, si eres de los afortunados que cuentan con una piscina, debes ponerla a punto para empezar a disfrutarla al máximo y coger ese moreno que has perdido en los meses de invierno.

Pero antes de cualquier chapuzón, lo primero es prepararla para la temporada de baño y dejarla limpia para disfrutarla al máximo los próximos meses. Básicamente hay dos formas de dejarla en condiciones dependiendo de las circunstancias de cada una. Si la has estado cuidando durante el invierno, en principio no tendrás que vaciarla para cambiar el agua, pero si tienes que hacerlo, el proceso será algo distinto.

La limpieza superficial, el primer paso

El buen mantenimiento durante el invierno puede serte de gran ayuda para no tener que cambiar el agua, ya que se podría seguir usando unas cinco temporadas siempre que se esté en correctas condiciones, por lo que con los cuidados te libras del gran gasto que supone el vaciarla, limpiarla y volverla a llenar. Tenerla a punto para comenzar a disfrutar de ella requiere de unas tareas básicas de limpieza que te tendrán, como mínimo, una tarde bien entretenido. Eso sí, antes de ponerte manos a la obra, observa bien si hay alguna grieta o fuga que le haga perder agua, pues tendrías que repararlo antes de empezar.

Lo primero es, si la tienes llena de agua, retirar todos esos elementos que han podido caer al agua, como hojas o insectos, para comenzar a trabajar. Ahora sí, te toca limpiar el revestimiento o las paredes de la piscina. Si está vacía, métete en ella y deja las paredes como una patena. Pero si está llena, debes usar un cepillo para la zona que queda descubierta, mientras que para el fondo y las paredes cubiertas de agua el limpiafondos será tu mejor aliado.

Revisa el funcionamiento de los mecanismos

El aspecto de tu piscina, ahora que está limpia, te está llamando a tirarte de cabeza a ese primer baño, pero frena un poco, antes te toca revisar los mecanismos. Los filtros, las cestas de los skimmers o las boquillas de impulsión están presentes en el proceso de limpieza de la piscina, por lo que debes lavarlos y quitar toda la suciedad que han acumulado de otros procesos para que puedan seguir haciendo su trabajo. De todas formas, si ves que algún cestillo o filtro, aún lavándolo, ya no está en condiciones es que debes sustituirlo por uno nuevo.

Tras esa limpieza, comprueba que el mecanismo de filtrado funciona, así como la bomba, que con el tiempo puede que haya acumulado aire y necesite sacarlo para que haga su función correctamente. Después de haber limpiado los skimmers y colocarlos, confirma que el agua de la piscina llega por lo menos a la mitad de ellos sin sobrepasar los tres cuartos, pues si el nivel es muy bajo o muy alto no podrá limpiar la suciedad del agua.

Prepara el agua

A pesar de todo el proceso de depuración que hace el mecanismo, el agua necesita un tratamiento específico para poder seguir utilizándola. Lo primero para conocer su estado es ver el nivel de pH, que debería rondar entre el 7,2 y el 7,6 para estar en valores idóneos. Hay reguladores manuales y electrónicos para medirlo y así saber si está bien o vas a tener que reducir o aumentar el pH con algún producto especializado.

Ahora que el pH está en un nivel adecuado te toca echar el cloro para que se establezca en unos valores entre 0,5 y 1,5 mg/l. Si existen medidores para el pH, también los hay para saber si el cloro está en sus niveles adecuados para el disfrute de la piscina. Además, para que no aparezcan algas que ensucien la estética de la piscina y luego sea complicado deshacerse de ellas, se aconseja aplicar algún producto que pueda prevenirlas y así puedas bañarte tranquilamente.

Pues con todo esto, tu piscina ya está lista para ese primer chapuzón del año que tanto deseabas, aunque no debes despistarte. Ahora que está limpia debes continuar con su mantenimiento básico para que la suciedad no se acumule y el proceso de depuración diario sea el correcto. Con un poco de dedicación y los productos idóneos tu piscina estará lista en menos de lo que canta un gallo si además durante el invierno la has mantenido en condiciones. Así que ya no queda otra que ponerse moreno, refrescarse, y disfrutar de ella junto a la familia y los amigos.