Reformar una vivienda para alquilarla: todo lo que debes saber para sacarle el máximo partido

  • Los seis puntos esenciales para que la reforma tenga éxito

  • Home Staging es una técnica para acondicionar una vivienda y que se venda lo más rápido posible y al mejor precio

  • Cómo pasar de nuestra casa de toda la vida, a un producto sobre el que aplicar técnicas de marketing

Heredar un piso y ponerlo en alquiler puede proporcionar una fuente de ingresos estable que mejore nuestra situación económica de cara a la jubilación. Además, los pisos de nuestros padres o familiares suelen estar en zonas céntricas, y de alto valor inmobiliario. Pero si quieres alquilarles pronto y a buen precio, hay que lavarles la cara en el mejor de los casos, o reformarlos de arriba a abajo, en el peor. En Estados Unidos llaman a ese proceso home staging, lo llevan haciendo desde los años 30, y funciona. Te contamos de qué se trata y cómo aplicarlo a tu vivienda para alquilar.

Qué es el home staging

home stagingHome Staging significa literalmente puesta en escena de la casa, y es un conjunto de técnicas que permiten realzar una vivienda y darle un aspecto más atractivo para los posibles compradores. El objetivo del home staging es acondicionar una vivienda para que se venda lo más rápido posible y al mejor precio.

Se trata de resaltar los puntos fuertes y minimizar los puntos débiles de un inmueble. Por lo tanto, no se trata de esconder los defectos, sino de arreglarlos. Tampoco se trata de decorar la casa, ya que la decoración es algo muy personal y el objetivo es convertir la vivienda en un sitio neutro y acogedor en el que la mayoría de los visitantes se sientan cómodos. Estas técnicas pueden resumirse en seis puntos principales.

1.- Fuera efectos personales

El futuro propietario o inquilino debe imaginarse cómo va a ser su vida en la vivienda, cómo va a disfrutar del sol en el salón, debe verse escuchando música, o cocinando... pero esto resulta muy complicado cuando por todas partes encuentra elementos personales que le dicen que esa casa todavía es de alguien. Es un obstáculo para su mente. Incluso muchas veces genera incomodidad y esa incomodidad no le permite disfrutar o poder ver más allá de eso.

¡Fuera! Coge varias cajas, bolsas o cestos y retira todos los elementos personales:

  • Fotos donde aparezcan caras, hijos, personas.
  • Cuadros de marcado carácter o estilo decorativo.
  • Decoración muy marcada.
  • Peluches sobre camas, juguetes, colchas infantiles.
  • Champús, cepillos de dientes.
  • Toallas usadas o ropa de cama muy usada y llamativa.
  • Recuerdos de boda, de viajes, etcétera.

2.- Ordena, que algo queda

Uno de los principales puntos que todos tenemos en cuenta a la hora de decantarnos por una vivienda es el espacio. Necesitamos espacios para guardar cosas. Y muchas veces las viviendas se olvidan de contemplar eso. Por ello, el comprador o inquilino mirará con lupa si tiene sitio suficiente para todas sus cosas. El orden crea espacio. Un armario repleto y desordenado da sensación de ser más pequeño y transmite de todo menos sensaciones positivas. Ordena y vacía un poco los armarios para que respiren y se vean más limpios y amplios. Tanto en los armarios de ropa como en la cocina. También es aplicable a estanterías o muebles repletos de cosas. Todo se verá más amplio y luminoso con menos elementos.

3.- Pinta de arriba a abajo

Puedes hacerlo por tu cuenta o contratando a un profesional. Elimina paredes de colores chillones u oscuros, pinta en tonos neutros y luminosos y sanea grietas, manchas de uso, de humedad, etcétera. Incluso una pared blanca se oscurece y ensucia con el tiempo. Pintar de nuevo consigue una limpieza visual y una sensación de nuevo y luminoso que se agradece.

4.- Limpia a fondo y arregla los desperfectos

El posible comprador verá cualquier desperfecto o algo que esté roto o en malas condiciones como una inversión extra que tendrá que hacer con lo que es un punto a su favor para que le rebajes el alquiler. Arréglalo todo: grietas, azulejos, manchas de humedad, agujeros en las paredes, ralladuras de suelo o en los muebles, lámparas que no funcionan, electrodomésticos (si van incluidos) mobiliario de cocina, puertas, persianas, grifos, desagües, cajones, interruptores… que todo esté impecable.

Después de pintar y reorganizar hay que limpiar a fondo. Cuando te alojas en un hotel o una casa rural, a la mínima que ves algo sucio no te resulta agradable ¿verdad? Debes cuidar mucho la imagen y la limpieza. Ponte en el lugar del futuro inquilino. Haz hincapié en los baños, que no haya cal, humedad, juntas negras, suciedad en la mampara... En la cocina la limpieza también es clave: la vitro tiene que estar como nueva, no debe de haber grasa en armarios, azulejos ni el extractor, ni restos de comida ni olores. Limpia todo: suelos, muebles, interruptores, lámparas, los textiles que vas a tener puestos, etcetera. Y no te olvides de los cristales.

5.- Es la luz, idiota

Generalmente se descuida mucho la iluminación, y es crucial. Nunca presentes las estancias poco iluminadas o con una iluminación mal elegida o mal distribuida. Los errores en la iluminación hacen que percibamos los espacios más oscuros y más pequeños. Por el contrario un espacio bien iluminado se percibe como más grande, incluso más limpio, hablando tanto de iluminación natural como artificial.

Aumenta la potencia de las bombillas, cambia ese fluorescente o lámpara de campana que no ilumina bien tu cocina o baño, hazte con led y plafones modernos y potentes. Busca la manera de iluminar de manera puntual ciertas zonas para dar ambiente, y ante todo, olvídate de la luz azulada blanca, es una aberración cromática de todo lo que ilumina, una sensación de frialdad y poco confort además las fotos salen luego con una luz extraña y nada apetecible.

6.- Contrata a un fotógrafo profesional

Y hablando de fotos, son el primer escaparate de tu vivienda en los portales inmobiliarios y solo tienes una posibilidad para causar una buena impresión con ellas. Son la clave y la diferencia entre que te llamen o no. Tener una cámara profesional o un móvil con una buena cámara no es suficiente, contrata a un buen profesional, te saldrá rentable. Asegúrate de que busca el encuadre adecuado para describir mejor el espacio y los puntos fuertes de cada estancia. Pídele escenas en las que el inquilino pueda verse reflejado, como un desayuno en la terraza, un rincón de lectura, una imagen de las vistas desde una ventana, etcétera. Y por nada del mundo pongas fotos torcidas, rápidas, mal iluminadas, a contraluz, o de baja resolución.