Las tres claves para que el bótox no se note en los hombres

  • Las inyecciones de bótox son seguras cuando se acude a buenos profesionales, pero las infiltraciones se hacen de manera distinta en hombres y mujeres

  • Usar dosis bajas y no tocar la frente son algunas de las claves

  • La más importante es acudir a profesionales que conozcan perfectamente la anatomía de los músculos de la cara y de los vasos sanguíneos

Algo de leyenda negra se cierne sobre el bótox o toxina botulínica. Pero la realidad es que en cada intervención se utilizan cantidades mínimas de la toxina y que es una técnica segura. En más del 50% de los casos se emplea para fines médicos, como para el tratamiento de migrañas, sudoración excesiva, tics o estrabismo, entre otros trastornos.

Sin embargo, al margen de los fines terapéuticos, cuando se utiliza en el campo de la estética, vemos intervenciones que no son acertadas; sobre todo, en el caso de los hombres. Aunque parezca raro, los hombres necesitan que el bótox se inyecte de otra manera. De hecho, hay tres claves para que nadie note que un hombre se ha puesto bótox en la cara: dosis bajas, no infiltrarse en los músculos de la frente y que el profesional encargado tenga un perfecto conocimiento de la anatomía de los músculos de la cara.

¿Por qué dosis bajas?

Utilizado en buenas manos, el bótox es una técnica buena para verse mejor y prevenir arrugas relajando determinados músculos faciales. En el caso de los hombres, si queremos que el resultado sea sutil (te ves y te ven mejor, pero no saben qué te has hecho), hay que utilizar dosis bajas, relajando más que paralizando los músculos con el fin de mantener la expresión del paciente.

Además de las dosis bajas, también es importante que el tipo de relleno no sea permanente. El envejecimiento es un proceso dinámico, impredecible y que depende de varios factores. Las facciones cambian con el paso del tiempo y lo que en un momento puede quedar bien, en otra etapa, con los cambios propios de la edad, puede ser grotesco. Cuando el relleno no es permanente, lo habitual es que el efecto de la inyección de bótox dure entre cuatro y seis meses.

¿Por qué no en la frente?

Las arrugas y la movilidad de la frente son fundamentales para mantener la naturalidad del rostro. Mientras que en el caso de las mujeres, sí es adecuado inyectar bótox en esa zona; en el de los hombres, rellenar la zona no es lo más conveniente.

Para conseguir resultados naturales, la distinta anatomía de cada uno hace que los sitios de inyección y las dosis deban ajustarse en cada caso. La técnica de infiltración en hombres y en mujeres es totalmente diferente. La frente es un caso claro de diferencia entre hombres y mujeres. Pero no es la única zona de la cara con peculiaridades. Por ejemplo, la forma de la ceja de la mujer, con la forma de acento circunflejo o ala de gaviota, como la definen algunos cirujanos, es distinta de la forma de la ceja masculina, recta y cercana al párpado.

¿Por qué es necesario contar con un buen profesional?

Es quizá el aspecto más importante. Contar con un buen profesional que conozca perfectamente la anatomía de los músculos de la cara y de los vasos sanguíneos para evitar hematomas indeseados o efectos secundarios graves.

A veces se insiste en que estos tratamientos son cómodos y exigen poco tiempo, a veces basta la hora de la comida para poder hacerse una infiltración (los famosos 'lunchtime botox'). Pero si lo que queremos es asegurarnos de que todo va a ir bien, es necesario contar con los mejores profesionales médicos y acudir a los centros que nos ofrezcan las mayores garantías.