De luchar contra las adicciones a descubrir el secreto del bienestar: "Comer y respirar bien, soltar la mala energía y usar buena cosmética"

  • Tatu Cutillas, una de las artífices de la Neurocosmética, decidió emprender cerca de los 60 para "devolver al mundo todo lo que había aprendido como terapeuta"

  • "Dentro de 10 o 15 años todos serán neurocosméticos: con el nivel de información que hay no se puede seguir fabricando productos dañinos

  • "La edad ni la pienso; no quiero jubilarme porque disfruto mucho de la vida"

El cerebro y la piel se comunican mediante más de 800.000 receptores sensoriales que ayudan a activar procesos como la regeneración celular, la función inmune, la pigmentación... Sin embargo, cuando estos receptores sufren interferencias por el estrés, la edad o el medio ambiente, la piel comienza a envejecer y a perder elasticidad.

La relación entre cerebro y piel no le era ajena a Tatu Cutillas, terapeuta de adicciones. Desde hace más de 30 años, Cutillas ha ayudado a celebridades y a personas menos conocidas a superar sus problemas de adicción desde el Priory Hospital de Roehampton, un prestigioso centro ubicado en Londres. Para esta experta, que la fisiología humana está en permanente conversación es un hecho. Y un día pensó que esa conversación quizá podía dirigirse hacia el cuidado de la piel. Hace unos años empezó a investigar la Neurocosmética y creó la marca NeuroSkinFeeds, con el Micro-Oil como producto destacado, al que se han añadido la crema corporal y el próximo lanzamiento de la crema facial. Hablamos con Tatu Cutillas para descubrir que el bienestar de la piel puede ser la puerta de entrada del bienestar personal. Y de que nunca es tarde para emprender o para vivir una buena vida.

Eres terapeuta de adicciones y has trabajado con celebridades. ¿Cómo hiciste el cambio de las adicciones a la cosmética?

Para mí todos mis clientes son igual de importantes. Da igual si son conocidos o no porque todos vienen como seres humanos con problemas y entonces lo que hace falta es estar ahí. En lo que menos me fijo es en quiénes son. Pero sí es verdad que he tenido la suerte de trabajar con gente con muchísimo talento en muchos campos. Y he podido hacer las cosas bien, de manera que han podido salir adelante y progresar.

¿Cómo llegaste al concepto de Neurocosmética?

Al estar tantos años trabajando con adicciones me di cuenta cómo afectaba la química al cerebro, y me empecé a interesar por cómo afectaba otro tipo de química, como, por ejemplo, la de los perfumes o los jabones, incluso el humo. Yo soy súper sensible a los olores, sobre todo de los productos de limpieza. Empecé a notar que me desequilibraban bastante, notaba que me sentaban mal. Decidí entonces investigar.

¿Hubo algún descubrimiento que te impactara?

Mi hijo tomaba suplementos de Omega 3 en forma de aceite. En mi cocina de Londres, un día se me cayó un poco de ese aceite y vi cómo penetraba en la mesa. Me acordé del doctor Sebagh, que me ha cuidado la piel durante muchos años. Decía que la mayoría de los cosméticos tenían un defecto y era que no lograban atravesar la barrera de la piel. Vi la enorme capacidad de penetración del Omega 3 y pensé que podía funcionar también en la piel. Empecé a dármelo y comprobé que mi piel mejoró rápidamente. A partir de ahí, creé la neurocosmética. En realidad, ya existía, pero decidí que mi marca sería Neuroskinfeeds, alimento para la piel desde las neuronas basado en el Omega 3. Ahí surgió el primer producto, el micro-oil.

¿En tu experiencia, crees que hay una relación entre el estado emocional y la piel?

Totalmente. De las emociones y del nivel de glucosa. Los niveles de glucosa y los picos de glucosa afectan muchísimo. Cuando hay muchos altibajos de glucosa, se engorda, aunque comas las mismas calorías que si comes de manera sana. Podría extenderme mucho en este aspecto, pero este es otro tema. Lo cierto es que hay muchos cosméticos, muchos perfumes que te pones en la piel que alteran los niveles de glucosa. A veces pasa que hueles una lejía, por ejemplo, y al rato te encuentras decaída, somnolienta o, por el contrario, sientes hambre. Hay estudios de Harvard que ya demuestran esto. Yo quería crear un producto que no solo no nos afectara, sino que nos ayudara, que respetara y nutriera la parte exterior y la fisiología.

¿Fueron fáciles los comienzos?

Cuando empecé a decir hace años que el azúcar era un veneno, hace 30 años, todo el mundo se me echó encima. Y ahora todo el mundo lo reconoce. Con la neurocosmética pasa algo parecido: ya nunca más habrá cosméticos que sean dañinos. Dentro de 10 o 15 años todos serán neurocosméticos. Con el nivel de información que hay no se puede seguir fabricando productos dañinos.

Tus productos están hechos con la técnica de microemulsión. ¿Qué beneficios ofrece?

Como penetra tanto, no hace falta utilizar una gran cantidad de producto. Al estar tan emulsionados, penetra mucho mejor en la piel y, por lo tanto, tiene más efecto respecto a otros que actúan a nivel superficial. Afecta tanto al bolsillo como a la eficacia. Los productos duran muchísimo.

¿Tus productos están pensados para hombres y mujeres a partir de una edad?

Los pueden usar todas las personas a todas las edades. Pero sí es cierto que vas a notar más beneficios a partir de una edad porque realmente nutren y re-epitalizan la piel, la regenera y protegen del sol. A partir de los 50 se nota más porque, además de que la piel necesita más cuidados, eres mucho menos tolerante a los productos químicos y a todo lo que hace daño.

¿Cuáles son los principios activos que utilizas?

Para el aceite, como te decía, me fijé en el aceite de Omega 3 que tomaba mi hijo. La procedencia de ese aceite es pescado o algas. Y eso no me parecía que fuera sostenible y, además, tiene un olor imposible de quitar. En Austria, en la clínica Meier, descubrí el aceite de camelina sativa que tiene las mismas propiedades que las algas, pero es más sostenible y va a ser el aceite-estrella de los próximos años. También tiene escualeno, que es el aceite que le dan en la piel a las personas después de pasar por un proceso de quimioterapia.

¿También usas cannabidiol (CBD)?

Sí, en la crema corporal. El CBD es el extracto puro y sanador del aceite de cannabis. También tiene una serie de productos absolutamente maravillosos. Esta crema dura 24 horas, nutre muchísimo, calma los nervios y la piel responde. La micro-cream tiene un compuesto secreto suizo que utilizan algunas grandes marcas. También tiene camelina y aceite de camelia, un absoluto lujo que deja la piel radiante.

Hemos hablado de lo que es bueno para la piel. ¿Qué es lo que hay que evitar?

Todo esos productos de olores, por ejemplo, los ambientadores de cualquier tipo. Es una química que llega al cerebro y que, poco a poco, lo va maltratando. Todo eso es veneno, los productos abrasivos de limpieza. También es importante evitar la química en la comida, todos los procesados.

Tienes más de 60 y acabas de empezar a emprender...

Sí, he empezado a emprender muy tarde. Lo que pasa es que me siento tan joven y tan fenomenal que no tengo idea de retirarme ni nada por el estilo. La edad ni la pienso. Yo pienso seguir trabajando 30 años tan contenta. No pienso jubilarme porque disfruto mucho de la vida y creo que hay que ser creativos. Además, como tengo mucha experiencia con las adicciones, para mí es un poco devolver al mundo lo que he aprendido, que sirva para algo.

Además de cuidarse por fuera, ¿hay que cuidarse por dentro?

La gestión emocional es muy importante. Algo que funciona es prestar atención a la respiración. Siempre recomiendo que todas las personas, durante cinco minutos al día, se sienten y se fijen en su respiración. No hace falta cambiarla. Basta con ser conscientes durante esos cinco minutos de la respiración, de cómo sube y baja el pecho y el abdomen. Esa es la mejor terapia emocional que podemos tener. Es una técnica de meditación, pero ni siquiera tenemos que pensar si estamos meditando o no. Es abrir una ventana al descanso.

¿Qué otras cosas recomiendas?

Es importante compartir los sentimientos. Y si no tienes nadie con quien compartir, escribe un diario para deshacerte de toda la basura emocional con la que no te quieres quedar.

¿El bienestar puede alcanzarse solo con cosmética o es algo holístico?

Hay tres cosas que funcionan fenomenal. La primera es la cosmética, que es la más superficial. La segunda, la comida, poniendo énfasis en la fibra y en las verduras, intentando empezar cada comida con estos alimentos que nos van a evitar los picos de glucosa. Y la tercera parte importante es la emocional. Hay que respirar, escribir y soltar. O irse al monte a gritar o cantar a tope en el coche. Hay que sacarse la energía, muchas veces malsana, de ira, de irritación o de cansancio. No hay que dejarla dentro de uno.