¿Pelo corto o largo a partir de los 50? Adiós a la tiranía del peinado de señora mayor

  • Cada vez más mujeres desafían las reglas que marcan el límite de la melena a la altura del hombro

  • "Cualquier largo de cabello es válido si está bien cuidado y en equilibrio con la imagen que queremos transmitir", alega la estilista Inma Espizua

  • El dermatólogo David Saceda asegura que no hay un criterio médico a favor o en contra, si bien la pérdida de volumen y densidad a veces hace aconsejable un tijerazo

Ni Ángela Molina (67 años) ni Sarah Jessica Parker (58) tienen aspecto de frecuentar esas páginas femeninas que sugieren cortes de pelo para mujeres mayores de 50 con la promesa de rejuvenecer a golpe de tijerazo. Hace años, el pelo largo a estas edades era casi un quebranto al buen gusto o a la sensatez, pero la tiranía del pelo corto ya ha quedado atrás. Quienes más lo aplauden son aquellas que nunca tuvieron la pericia suficiente para evitar que ese corte de peluquería con capas y desfilados tan desenfadado y rockero acabase, al cabo de unos días, en un mom hair (pelo de madre) y y con una década más frente al espejo.

Es fácil saber qué se lleva ahora

La tendencia ahora para mujeres mayores es un corte pixie (corto), a lo garçon (más corto en la espalda y en las sienes), rapado en los laterales y con tupé (para las más atrevidas), bob (media melena) con flequillo, sin él, liso, ondulado, graduado o cuadrado… Si vamos alargando, tendremos melena larga, de las más pulidas a las más desenfadas, y llegaremos hasta la extralarga, como la que lleva Ángela Molina. Suelta, al natural, sin tintes y sin complejos. Todo un derroche de fuerza.

Es decir, a partir de los 50 el corte adecuado es el que una decide. "Nos hemos librado de etiquetas o imposiciones. La mujer debe llevar el corte que le haga sentirse bien consigo misma, que le aporte seguridad, comodidad y naturalidad", indica Inma Espizua, consultora de imagen y fundadora de Abasedestilo.

No obstante, su primera advertencia es que las excusas de la comodidad, la naturalidad o el gusto personal no justifican el desaliño en el que cae alguna gente al dejar que crezca su melena de manera casi salvaje. La de Ángela Molina es impecable, pero ella no se parece a ninguna otra. Su cabellera negra y plateada, a juego con su magnetismo, la intensidad de sus ojos y la voz quebrada, es irrepetible. "No significa -matiza Espizua- que solo a ella le favorezca, sino que debemos perseguir siempre un estilo personal con el que de verdad nos sintamos favorecidas y sin perder de vista que hasta las melenas más desenfadas y frescas tienen que estar exquisitamente cuidadas".

Igual ocurre, dice, con las canas. "Hoy se consideran un rasgo de belleza y cada vez más mujeres se animan a lucirlas con orgullo, pero necesitan unos cuidados muy específicos para que el resultado sea favorecedor y aporte estilazo, no dejadez".

Algo está a punto de cambiar

Entiende que exista tal preocupación porque hay una conexión muy íntima entre el cabello y las emociones. Coco Chanel sostenía que una mujer que se corta el cabello está a punto de cambiar su vida. Espizua confirma que el cabello tiene un componente psicológico muy fuerte y decisivo en nuestro estado de ánimo y en la autoestima. "Si nos identificamos con el corte o el peinado nos hará sentirnos a gusto y poderosas. Por el contrario, si no nos vemos bien, nos provocará inseguridad y malestar. Es importante, por eso, que encaje en nuestra personalidad y nuestro estilo de vida y de vestir". Lo que no vale son sentencias aplastantes, como la de la diseñadora venezolana que tanto revuelo causó cuando la publicó: "Solo las mujeres sin clase llevan el pelo largo a partir de los 40". También incluyó la minifalda y el bikini como opciones poco acertadas a partir de ciertas edades.

El pelo no es inmune a la edad

Aunque no existe límite a la hora de dejarlo crecer, Espizua no pasa por alto el envejecimiento. "Cambian las facciones, la textura del cabello y el color de nuestra piel. Son aspectos que debemos tener en cuenta cuando optamos por un largo u otro y el consejo de los profesionales puede ser muy valioso. Hay que probar qué corte te sienta mejor o cuál te puede endurecer los rasgos o acentuar las arrugas Un flequillo, por ejemplo, suele resultar muy favorecedor".

También el cabello envejece, aunque, igual que sucede con el resto del cuerpo, no al mismo ritmo en todas las personas. "El pelo es vulnerable a las alteraciones hormonales, al estrés y a los diferentes periodos. Esto no significa que no podamos lucirlo brillante y bonito, sino que será más necesario que nunca hidratarlo y tratarlo con productos específicos".

¿Existe alguna indicación desde el punto de vista médico?

David Saceda, dermatólogo de la Unidad de Tricología y Trasplante Capilar del Grupo Pedro Jaén, asegura que no hay una recomendación específica o una necesidad basada en criterios científicos para llevar el cabello corto. "Lo que ocurre -dice- es que a partir de cierta edad se producen una serie de cambios en el cabello que hace que muchas mujeres prefieran llevarlo corto porque consideran que el pelo largo no está tan bonito y no les favorece tanto".

Estos cambios son, por ejemplo, un acortamiento de la fase de crecimiento del pelo (fase anágena), que hace que la melena sea más corta. "Se altera también la composición de la grasa que interviene en la lubricación natural del tallo piloso, haciendo que el cabello sea más frágil, más áspero y tenga menos lustre. De esta forma, es más práctico y más cómodo cortarlo para renovar las puntas a menudo", añade Saceda.

Un buen corte disimula la pérdida

El doctor menciona, por último, los cambios que se producen, generalmente alrededor de los 50, en el volumen y densidad de la melena, derivados de que la raíz capilar en lugar de dos o tres tallos empieza a producir solo uno. "En definitiva, se van evidenciando fases incipientes de alopecia androgénica o va avanzando la llamada alopecia senescente o involutiva, que es una alopecia asociada a la edad sin una causa médica concreta". La aparición de esta alopecia explica, según Saceda, que la gente tienda a llevar el pelo más corto. "Con una melena más larga es más difícil disimular esa pérdida de volumen".

Largo o corto, lo más valioso es que, una vez roto el cliché de corte de señora mayor, solo habrá que preocuparse de mantenerlo con aspecto saludable y bonito y en equilibrio con la imagen que deseamos transmitir.

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