Carlos Sobera: "Con canas estoy mejor, me encanta ver a gente con el pelo blanco en la tele"

Reconvertidas en símbolo de plenitud y naturalidad, los uppers abanderan el movimiento de liberación de la cana. Y aquí no podemos estar más de acuerdo. Ha sido un año difícil y a esta generación bisagra le ha tocado hacer honor a su nombre. Han sido sostén para sus padres y brújula para sus hijos, y volverán a serlo en estas fiestas. Ahora toca rendirles homenaje y celebrar también lo bueno que llega cuando se van sumando años. En 'Santa Cana' hemos entrevistado a cuatro representantes de este nuevo sentir del peinar canas para que nos cuenten cómo viven (¡y disfrutan!) esta etapa plateada. La modelo Pino Montesdeoca, la actriz Alicia Sánchez, el escritor y guionista Óscar García Blesa y el primero de todos ellos, Carlos Sobera, que ha seguido arqueando ceja y arrancando carcajadas desde la pantalla cuando más lo necesitábamos.

"Ha sido muy bonito estar delante de la cámara e intentar que la gente se entretuviera mientras estaba en casa pasándolo mal y transmitir un poquito de ánimo. Es una forma también de sentirte útil", explica. Acostumbrado a jornadas maratonianas de grabación y al ruido de los platós de First Dates, Volverte a ver o el debate de La Isla de las Tentaciones 2, hacer el camino a los estudios en pleno estado de alarma con las calles vacías le parecía cosa de "ciencia ficción". Quizás por eso llega a su cita para grabar este reportaje antes de tiempo.

Son algo menos de las 10 de la mañana y ya está colocado delante del objetivo de Alberto Van Stokkum, uno de los mejores y más irreverentes fotógrafos de moda de España y quien capturó para Rolling Stone el que probablemente sea el mejor retrato de Alex Turner (Artic Monkeys). Esta elección no es casualidad: hemos querido que nuestros cuatro uppers saquen su alma más rockera para esta sesión.

Con una cabellera blanca que resplandece aún más a la luz de los focos y el traje de Santa Claus al hombro, Carlos canturrea y nos regala su repertorio de gestos 'made in Sobera'. El propio presentador confirmará más tarde que, a sus 60 años, se siente más a gusto que nunca con quien es. "Me gusta la imagen que tengo con el pelo blanco, y creo que la he mejorado. Yo antes era muy feo y ahora soy simplemente feo".

¿Cómo es eso de verse madurar a través de la pantalla? Ya sentado en el sofá del estudio Cayena y tras varios intentos por coger una postura que le permita ponerse a sus anchas para la charla que viene, Sobera cuenta que, en su caso, lo de echar canas en plató ha sido literal. "Tengo canas desde los 30. Recuerdo que en Al salir de clase me las tenía que pintar por el papel que hacía. Ya con 40, cuando empecé a presentar ¿Quién quiere ser millonario? (¿Quién quiere ser millonario?Telecinco". Corría entonces el año 99 y este era su primer gran formato como presentador en un canal nacional; la responsabilidad pesaba. "Debió ser el estrés por las audiencias. A Obama le pasó cuando fue nombrado presidente de los Estados Unidos, salvando las distancias, encaneció tremendamente".

Una transformación física que es sinónimo de haber hecho un buen viaje. Tener mechones plateados en 2020 es un valor añadido. Las redes sociales y los medios de comunicación se han encargado de abrir espacio a nuevos paradigmas de belleza y aspiración que huyen de cánones estrictos en busca de lo natural. Lo blanco ahora representa lo real, la aceptación y celebración de la experiencia. Sin que eso signifique abandonarse, todo lo contrario: el blanco es el nuevo negro.

De hecho, el 'Silver Chic', que evoca a las melenas color plata resplandecientes, fue elegido el color de tinte del año por la marca L'Oréal en 2019. Si los centennials y millennials liberan su acné, su celulitis y sus curvas, los centennialsmillennialsuppers tirando de hashtags que acumulan cientos de miles de publicaciones, como #goinggray, #grayhair o #goinggray #grayhair#grombre Vamos, que celebran sus canas por todo lo alto.

Lo hemos visto durante estos últimos meses también en televisión. En la etapa de confinamiento más duro, la parrilla Mediasetera, dominada por comunicadores con canas y experiencia como el propio Carlos Sobera, Pedro Piqueras, David Cantero, Jorge Javier Vázquez o Javier Ruiz, ha batido récords de audiencia. Abril fue el mes de mayor consumo televisivo de la historia en nuestro país, un mes en el que Mediaset lideró con el 28,2 % de audiencia, según un estudio de Kantar Media.

Demostrando así lo que tantas otras veces el propio Sobera ha reivindicado: la confianza y compañía que se puede generar a través de una pantalla. "La televisión puede ser muy educativa, puede ser pedagógica, instructiva, informativa, puede ser cultural, puede crear valores. Incluso se convierte en una compañía. Entretener a la gente, que no es otra cosa que luchar contra el aburrimiento y la soledad, es provocar felicidad. Y eso no es fácil. La televisión lo consigue con muchos programas. ¡Viva la televisión!".

"Ver gente en la tele que tiene que edad me gusta mucho, y me gustaría verla en todas partes". Por ejemplo, que Joe Biden haya salido elegido presidente a sus 78 años, dice, le produce "un subidón". Llamado a cambiar el nuevo orden mundial rozando la octava década y con una cabellera completamente blanca, Biden ha hecho historia convirtiéndose en el presidente electo más mayor de su democracia. Y la revista TIME ya lo ha coronado con título de 'Persona del año' por representar el giro de tuerca al populismo de Trump junto a la vicepresidenta Kamala Harris, que también hace historia como primera mujer en el puesto.

Sobera lo explica bien: "En la Grecia clásica solamente la gente muy mayor podía subir al poder y ser senadora. ¿Por qué tienes que tener 50 años para ser presidente de Estados Unidos y si tienes 80 ya dejas de ser válido?". Ha sido así como la figura de los expertos y científicos con conocimiento y experiencia se han revalorizado en estos meses de incertidumbre y búsqueda constante de respuestas. Ya saben: más sabe el sabio por viejo que por sabio.

El presentador baracaldés personifica además el nuevo modelo aspiracional. Uno en el que se elimina esa cosa rancia y edadista de que una vez se cumple la edad de la jubilación y se 'deja de producir', se deja de existir. Su imagen de pelo cano, sus marcas de expresión bien acentuadas y su particular sentido del humor -que no abandona tampoco respondiendo a las preguntas de esta entrevista- le convierte en un solicitadísimo reclamo publicitario para las marcas.

Con la silver economy al alza, los de su generación son los nuevos niños bonitos de la economía, ya que el 40 % del consumo mundial se concentra en ese sector de población. Pero Carlos Sobera es también en un icono intergeneracional: si hay algún centennial o millennial que no haya visto en internet los vídeos que compilan sus reacciones más míticas en First Dates o los de sus contagiosísimos ataques de risa en plató, es que no lo es de verdad.

Desde agosto, Carlos estrena sexta década y lo tiene todo puesto en orden. Si quisiera cambiar algo, contesta rotundo, ya se habría puesto a ello. "Si no me encontrara a gusto con lo que hago, con la familia que tengo o los amigos con los que salgo, cambiaría de vida radical. A la nueva década le pido seguir así".

Aunque un par de sustos importante de salud por el camino sí que han traído algunos cambios. El primero fue en el verano de 2018: "Fui al hospital creyendo que lo que tenía era una hemorroide y resultó ser una fístula infectada con un principio de gangrena de Fournier. De repente, en un minuto, me dicen: 'esto no es una cosa urgente, es una emergencia. Hay que introducirlo a usted en quirófano y puede pasar de todo porque tiene una infección muy grave".

"Fue un susto enorme, pero nada comparado con el que luego me llevé con mi mujer". Patricia Santamarina, la productora y abogada con la que lleva más de 15 años, "es la mujer de mi vida. La conocí con su hija, que era muy pequeñita, y me enamoré de las dos, de la madre y la hija (Arianna, de 23 años). Y luego ya, al cabo del tiempo, tuvimos a la segunda (Natalia, de 12)".

A Sobera se le agrava la voz y le cambia la energía cuando recuerda lo que pasó. Estaba grabando en el plato de First Dates y recibió una llamada que le dio mala espina desde el primer momento, a Patricia se la había llevado una ambulancia por lo que parecía una bajada de azúcar pero era en realidad un derrame cerebral. "De repente de imaginas tu vida de forma distinta. ¿Qué hago yo sin la mujer a la quiero, qué hacen mis hijas? Empiezas a pensar en eso y te da un vuelco el corazón, te vienes abajo. Porque te mueres tú y te mueres, pero alguien que quieres, ostras, eso te deja destrozado".

Esas experiencias y el hecho de haber pasado el Covid-19 durante el confinamiento de manera asintomática le han dejado un par de lecciones. "Te hace ser más previsor desde el punto de vista de salud", y también "más solidario". "Esto es muy importante porque vas cumpliendo años y, colonoscopias, hay que hacérselas, revisiones de próstata, hay que hacérselas, cualquier cosa anormal que notes en el cuerpo, hay que ir a vérsela". Pero todo eso, tiene claro y meridiano, sin perder de vista esa refrescada actitud generacional que bien encarna: la cana hay que saborearla. "Mañana te da un jamacuco y te vas, esto es así. Hay que vivir el día a día, lo que cuenta es el presente".

Cada melena blanca tiene su historia, por eso en Uppers hemos reunido a cuatro perfiles diferentes que nos cuentan cómo es abanderar esta revolución desde su propia experiencia. En este vídeo de aquí arriba puedes ver un resumen de todas ellas. El 23 de diciembre publicaremos la entrevista con Pino Montesdeoca, que empezó su carrera en la moda a los 53 años demostrando que la edad es solo una etiqueta y es referente del nuevo (y mucho más libre) paradigma de belleza.

El día 28 de diciembre hablamos con Óscar García Blesa. Sus 25 años en la industria de la música como escritor y guionista le dan autoridad para hablar de un idilio que desde aquí compartimos: el de la canas y el rock. El 30 de diciembre estrenamos nuestra conversación con Alicia Sánchez 'La Metichara'. Ella nos contará la parte más compleja del proceso: explicar a quien aún no se entera que la cana es alegría y seguir adelante creyendo en esta transición.