La vida después de un injerto capilar: el tiempo que pasa hasta que no se nota que te lo has hecho

  • El primer mes después del injerto tienes que cumplir algunas pautas importantes como, por ejemplo, evitar la presión del agua en la zona trasplantada

  • A partir de los 15 días, el cabello puede empezar a caerse

  • El entumecimiento de la zona afectada puede durar entre tres y cuatro meses

Lo has hecho. Ya te has sometido al deseado injerto capilar Lo cierto es que pensabas que el proceso era algo más fácil. Has hecho caso a todo lo que te han recomendado los expertos que llevan tu caso. El día de la operación hiciste todas y cada una de las recomendaciones de los médicos. Y ahora estás en el día o meses después. ¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que parezca que es tu pelo? Dicho de otra manera, ¿cuántos meses tienen que transcurrir para que parezca que no te has hecho nada? Nos lo explican los expertos de Hospital Capilar.

A partir de las 24 horas

El contador empieza a marcar. El médico te habrá dicho que evites agacharte (si hay que hacerlo, mantén el tronco y la cabeza erguidas) y evita igualmente todas las actividades que impliquen bajar la cabeza como, por ejemplo, ver el móvil o el ordenador. El objetivo es impedir un flujo sanguíneo abundante y repentino. La zona, de por sí, ya está inflamada a consecuencia de la intervención, así que no es conveniente un mayor aporte sanguíneo. Por esta misma razón, es posible que se inflame la frente y que la hinchazón baje a los ojos. No te preocupes; es normal y remitirá espontáneamente.

No consumas café, té ni otras bebidas excitantes. Tampoco tomes alcohol ni fume al menos durante unos días. Ahora toca que los nuevos folículos capilares se oxigenen y tanto el alcohol como el tabaco lo harían más difícil. Por otra parte, si tienes que tomar algún medicamento, el alcohol bloquearía los efectos.

¿Qué ocurre durante los 15 días posteriores?

En estos días es fundamental el cuidado del cuero cabelludo. Es importante lavarse el pelo con un champú específico y evitar que el chorro del agua no golpee directamente la zona trasplantada. Para ello, intenta que el agua llegue en forma de cascada para que la presión no dañe los folículos injertados. Sécate con una toalla quirúrgica o de microfibra, evitando las de rizo tradicionales, que tienen mayor capacidad de arrastre. Siempre que puedas, sécate al aire y no dejes de lavarte la cabeza ni un solo día.

A partir de los siete días, empezarás a lavarte la zona receptora del nuevo pelo realizando movimientos circulares con la yema de los dedos. Este lavado hará que las costras vayan desapareciendo progresivamente y de manera espontánea. Nunca deben arrancarse. En este sentido, tampoco es aconsejable manipular agresivamente la zona trasplantada (evita peines agresivos, cascos o ningún tipo de fricción). Tampoco es bueno hacer ejercicio y sudar en exceso. El sudor hace que el folículo se dilate y haya una mayor caída y la cicatrización de las micro-heridas empeoren.

A partir de los 15 días, el cabello injertado y el que ya existía puede caerse. No hay que preocuparse; es algo normal. Cuanto antes caiga el pelo injertado, antes crecerá el definitivo. El pelo nativo crecerá a la velocidad habitual. ¿Y el nuevo?

¿Cuándo el injerto dejará de ser un injerto?

Esa es la gran pregunta: ¿en qué momento no se notará que me he operado? Depende de cada caso, pero, como norma general, el pelo injertado tarda entre tres y cuatro meses en crecer.

En ese periodo, es posible que sientas entumecimiento o disminución de la sensibilidad en la zona injertada y, a veces, también en la zona donante. No te preocupes, está dentro de la dinámica habitual de cualquier injerto. Sigue manteniendo una buena higiene capilar (usa buenos productos y utiliza una técnica de lavado adecuada) y mima tanto el cabello como el cuero cabelludo. Mantenerlo en buen estado hará que tu nuevo pelo irradie belleza y salud.