Eccemas, acné e irritaciones en la cara: prevenir y curar los daños en la piel que provoca la mascarilla

  • Ya la hemos incorporado a nuestra rutina. Ahora hay que saber cómo evitar sus peores efectos sobre la epidermis. La cosmetóloga Eva Raya nos lo cuenta

Hemos superado el confinamiento y empezamos a convivir estrechamente con la mascarilla sanitaria, el complemento indispensable de la pandemia. Nuestra piel debe asumir este reto, bueno para evitar contagios y malo para la salud de la piel al favorecer la aparición de impurezas. Hombres y mujeres ya están sufriendo la aparición de granitos y eccemas. Para conocer cómo cuidar la epidermis bajo la mascarilla, ‘Uppers’ ha hablado con Eva Raya, cosmetóloga y co-creadora de la marca española de Alta Cosmética Natural Alice in Beautyland.

Primer paso: limpieza exhaustiva

Como en todo ritual de salud y belleza, el paso inexcusable es la limpieza. Más aún al detener la ventilación en una parte del rostro y con el probable uso de otros accesorios como gafas o sombreros. "No siempre será fácil hacerlo, pero lo más importante en nuestra relación con la mascarilla sanitaria es limpiar bien la piel al llegar a casa. Al respirar dentro, se crea un clima estanco con un exceso de humedad y microorganismos de desecho. A continuación, es necesario hidratar bien el rostro. Los activos respetuosos serán decisivos en esta nueva fase, y también la neurocosmética puesto que contribuye al bienestar de la piel", explica la experta.

Stop gérmenes

Tapar durante horas una parte de la cara puede dar lugar al desarrollo de gérmenes. "El uso de la mascarilla puede favorecer la proliferación de hongos y bacterias. Al exhalar emitimos dióxido de carbono y vapor de agua junto a microorganismos de desecho, de modo que se produce un clima cálido y húmedo muy adecuado para su desarrollo", señala Eva Raya, que también advierte de los peligros del verano en la piel que ocultamos. "Ahora con el calor va a ser todavía más acusado, por lo que en los momentos en los que podamos quitarnos la mascarilla, en el trabajo y muy especialmente al llegar a casa, lo ideal es ir directos a lavarnos la cara con un buen limpiador neutro que respete el equilibrio natural de la piel". Y la limpieza exhaustiva es necesaria tanto en hombres como en mujeres.

Todas las pieles se vuelven sensibles

El uso continuado de mascarillas sanitarias va a hacer que prácticamente todas las pieles se conviertan en pieles sensibles. Estamos creando un microclima húmedo, sin ventilación, y, además, estamos sometiendo a la epidermis al roce de distintos tejidos. Por eso, si a la hora de elegir tratamiento hay que priorizar, es mejor pensar en tratamientos para pieles sensibles. "Aunque ya era tendencia, ahora mismo se demanda y recomienda mucho más la cosmética indicada para pieles sensibles. Se empieza a observar un incremento de irritaciones y distintas patologías como el acné, derivado todo ello del uso continuado de las mascarillas. La piel está más desprotegida y algunos ingredientes activos pueden irritarla más, así que la cosmética indicada para pieles sensibles es ahora un 'must have”, explica Eva Raya.

Hidratación extra

La limpieza facial nos libra de impurezas y también de otras sustancias necesarias para una piel sana y bella. Dicho de otra manera, si nos pasamos limpiándonos la cara, podemos provocar agresiones, descamaciones, rojeces… Son los signos de una piel a la que le faltan agua y lípidos. Pero podemos compensarlo. Así lo explica la creadora de Alice in Beautyland: "por un lado, hay una necesidad de lavarnos más veces la cara, y por otro, el contacto directo de la mascarilla con la piel produce una absorción de la grasa lipídica natural, un desequilibrio que debemos compensar con un extra de hidratación". En ese extra de hidratación funcionan mejor, según la experta, "todos los ingredientes derivados de plantas xerófitas o moléculas que consigan retener agua y la liberen poco a poco a lo largo del día".

Atención al contorno de ojos y a la parte posterior de las orejas

Colocarse bien la mascarilla es imprescindible para que cumpla su función y su uso nos resulte cómodo. En caso contrario, habrá roces que darán lugar a agresiones cutáneas y, lo más importante, nos hará gesticular más, provocando más arrugas de expresión, y será menos eficaz porque estaremos manipulándola con las manos, una importante fuente de contagio. Para lo último, nada como llevar en el bolso gel hidroalcohólico.

Para las arrugas y roces, nuevamente, extra de hidratación. "No debemos olvidar el contorno de ojos y la parte de atrás de las orejas donde ahora ponemos un agente nuevo y extraño, la sujeción de la mascarilla. Hidratarnos más de lo habitual va a ser bueno para estas zonas. Hay que tener también especial cuidado también con las mascarillas demasiado tirantes que pueden llegar a ser muy molestas, incluso dolorosas e irritar mucho la zona", advierte Eva Raya.

Cambios también en el maquillaje

Inevitablemente, la mascarilla va a introducir algunos cambios en nuestra rutina de maquillaje, no solo de las mujeres, también en la de los hombres, cada vez más atraídos por las bases de maquillaje sutiles y saludables. En el momento-mascarilla, menos es más: un exceso de producto produciría un efecto 'emborronado' por el propio roce del tejido. "Nuestra propuesta es apostar por un maquillaje no oclusivo como el mineral y llevarlo siempre en el bolso. Así podrás retocarte o maquillarte cuando quieras", señala Raya.

La experta también recomienda pensar en los inevitables retoques. "Si además llevas un botecito de limpiadora e hidratante, tendrás el combo perfecto y estarás preparada para ponerlo en cualquier momento o ante cualquier descuido de tocarte la mascarilla sin querer".