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Era cuestión de tiempo. Si Instagram se han convertido en el altavoz de millennials y centennials que reivindican la belleza no normativa, ¿cómo no lo iba a hacer también una generación que ha escrito la historia a base de rebelión? Los uppers encabezan el movimiento de liberación de la cana por derecho propio. Resignificándola como símbolo de naturalidad y plenitud, son cada vez más las voces que no solo renuncian al tinte, sino que hablan fuerte y claro de todo lo bueno que tiene abrazarlas. Y aquí suscribimos. Lo hacemos con Santa Cana, un homenaje al pelo blanco, libre y natural para el que hemos entrevistado a cuatro representantes de este nuevo sentir de peinar canas: el presentador Carlos Sobera, la modelo Pino Montesdeoca, el escritor y guionista Óscar García Blesa y la actriz Alicia Sánchez. ¿Cómo se llevan ellos con sus melenas plateadas?
En un año en el que todos hemos echado en falta el calor humano, Carlos Sobera ha hecho de sus canas su virtud para brindar compañía a través del televisor. En sus más de dos décadas haciendo entretenimiento, cuenta que echó (literalmente) canas en plató. "Tengo canas desde los 30. Recuerdo que en Al salir de clase. Ya con 40, cuando empecé a presentar ¿Quién quiere ser millonario? (Telecinco), encanecí en cuestión de meses". Tiempo de experiencia y una familiaridad que lo hecho uno de los rostros más queridos y un icono intergeneracional.
A sus 60 años, dice sin perder el particular sentido del humor que le ha traído hasta aquí, se ve mejor que nunca. "Las canas me han gustado siempre. Me gusta la imagen que tengo con el pelo blanco, y creo que la he mejorado. Yo antes era muy feo y ahora soy simplemente feo".
Fuerte defensor de lo que hace, considera que ponerse tras la pantalla en tiempos difíciles ha sido un regalo: "Ha sido muy bonito estar delante de la cámara e intentar que la gente se entretuviera mientras estaba en casa pasándolo mal y transmitir un poquito de ánimo. Es una forma también de sentirte útil". Es por eso por lo que, mientra se acomoda en el sillón del estudio Cayena tras colocarse frente al objetivo de Alberto Van Stokumm -uno de los mejores y más irreverentes fotógrafos de moda de España-, hace un llamamiento a las melenas plateadas. "Ver gente en la tele que tiene que edad me gusta mucho, y me gustaría verla en todas partes".
Por ejemplo, que Joe Biden haya salido elegido presidente a sus 78 años, dice, le produce "un subidón". Un mensaje que, como la liberación de la cana, abandera toda su generación: adiós edadismos, el blanco es el nuevo negro.
Convertirse en modelo a los 53 no estaba en sus planes, pero Pino Montesdeoca se ha convertido en algo más que un maniquí desfilando para Duyos o Juan Vidal. A sus 58 forma parte de ese refrescado abanico de mujeres que personifican el nuevo sentir de cumplir años. "Eso de parecer más joven si me tiño, que posiblemente sea real, no me interesa. Yo ya fui joven. Esto es cómodo, me parece precioso y mucho más barato".
Habla de su melena plateada y de cómo floreció de manera natural mientras vivía y trabajaba en Bahamas: "Allí no me podía teñir, pero pensaba que no se me notaba nada, así que seguí para adelante. Hasta que mi hermano me dijo: 'Pino, tienes que hacer algo tía, porque estás viejísima". "No, me veo divinamente", le respondió. Y así hasta hoy.
No es casualidad que Pino haya trabajado como imagen para L'Oréal. La casa de belleza conocida por sus tintes y productos para el cabello eligió en 2019 el Silver Chic como color del año. Un guiño a la marea gris imparable que defiende la alegría de la cana y el pelo blanco desde internet con los hashtags #goinggray, #grayhair o #grombre, que acumulan cientos de miles de publicaciones.
Una celebración de las canas por todo lo alto que no se queda en anécdota ni mucho menos. Sino que ofrece nuevas posibilidades para liberarse e identificarse con infinidad de opciones. "Me escriben personas contándome momentos muy difíciles por los que están pasando. Y resulta que me vieron y eso les abrió una ventanita, un agujerito, una puertita, no lo sé. Pero definitivamente tiene más peso del que yo pensaba".
Será por actitud y también por timing, pero la cana implica anécdota y muchos tiros pegados. De esto nos habló Óscar García Blesa, que ha trabajado en la industria musical desde el 95 y se dedica a escribir libros y guiones documentales. Por codirigir Sanz: Lo que fui es lo que soy Sanz: Lo que fui es lo que soy(2018), un documental sobre el artista gaditano, se llevó un Grammy Latino.
Cumplir años haciendo lo que le gusta, dice, es todo un privilegio. Y ese disfrute está presente en cada uno de sus mechones plateados. "Me encantan las canas, ni por un segundo jamás se me ha pasado la idea de tapármelas, pintármelas o ponerme gorras. Son un atributo además que está asociado a mi persona, normalmente me dicen 'el del pelo blanco'. Ese soy yo", nos cuenta.
"Mi relación con mi envejecimiento es estupenda. Yo me encuentro -y esto no es ningún cliché- ahora mismo mejor que nunca. Estoy en un momento de absoluta plenitud". Una plenitud en la que la música lo impregna todo: su trabajo, su relación con sus hijos, sus desayunos -"lo primero que hago cada mañana es ponerme un disco"- y hasta su confinamiento.
Durante el tiempo de encierro en casa esta le volvió a salvar, lo que en estos tiempos complejos para la industria y los trabajadores que la componen le ha llevado a una conclusión: "Parece mentira que los que nos dan goce, que son los artistas, las estén pasando canutas. Sin cultura no somos nadie. Un país sin cultura es mucho más pobre".
"Yo siempre me había tintado el pelo de oscuro desde muy joven porque he tenido canitas desde una edad muy temprana", cuenta la actriz Alicia Sánchez. El cambio frente al espejo no fue fácil al principio. Esa transición que en redes se resume bajo la etiqueta #greytransition y de hacerse fuerte en la decisión frente a la crítica.Ella lo sabe bien.
Se dejó su mechón gris por petición de un director de cine, pero más allá de la oferta, el camino no fue del todo fácil. "En mi entorno me increpaban mucho con respecto a mis canas. Los primeros meses me llamaban por teléfono o me escribían diciendo: 'qué pena, Ali, con lo elegante y lo mona que tú eres y lo dejada que estás. Así no tevan a contratar, así no te va a salir trabajo, parece que te has abandonado'. Y yo ahí fui firme", cuenta. Y le fue bien, el mechón le ha dado trabajo y raíz para seguir con su proyecto. Ese de ser actriz que comenzó a los 49 y gracias al empujón de su hijo.
Porque, como dice, surge la duda: "¿Realmente estaré tan mal? ¿Realmente pareceré una persona dejada? ¿No me llamaran porque no tengo unbuen look?", se planteaba. "Pero yo hablando conmigo misma dije: 'sigue, no escuches a nadie'. Y me mantuve firme. No hice caso a las opiniones. Si la cana la tengo yo, no la tienes tú, ¿por qué te molesta tanto?".
Con ese peso sobre el físico que pesa en mayor medida en las mujeres, Alicia desmonta de un plumazo la idea de que la cana, como la edad, es dejadez o abandono. "Tú puedes tener una cana hidratada, una cana cuidada, unos buenos champús, unos buenos sérums y mascarillas. Porque a cada persona le va a salir la cana de una manera. A unos nos saldrán por mechones, a otras les cubrirá la cabellera entera... y es maravilloso, es diversidad. Qué maravilla que seamos todos diferentes, dentro de tener algo en común, que es desarrollar las canas de manera creativa".