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La relojería es una seña más de lujo que combina a la perfección la cotidianidad de este accesorio con la exclusividad y la elegancia de sus acabados y materiales. Todo ello hace que su valor aumente y la compra de uno de ellos sea solo para unas pocas personas. Aún así ese valor puede crecer con el tiempo, bien por su exclusividad en el momento de la venta o por la fama que puede ir ganando a lo largo del tiempo. Sea como sea, tener un reloj de lujo son palabras mayores y las marcas no dudan en sacar modelos clásicos o con un punto novedoso que los haga atractivos para sus compradores. ¿Quieres conocer algunos relojes que podrían convertirse en una inversión para el futuro?
Seiko lleva diseñando relojes desde 1881 y desde entonces no ha dejado indiferente a nadie innovando en cada modelo nuevo que presentaba ante su público. No es de extrañar que su elegancia sea una de las más admiradas entre el público. Prospex es una de sus líneas más reconocidas y demandadas, relojes ideales para lucirlos en la cena más top, así como perfectos para los deportes más arriesgados. La línea LX, de edición limitada a 200 unidades, es una de sus últimas joyas, siendo el modelo violeta uno de los más especiales por esa representación del mar iluminado por la luz del amanecer.
Uno de los relojes actuales capaces de unir lo clásico con lo novedoso es este Omega. Este modelo se fabricó para conmemorar el 70 aniversario del Seamaster con unas ediciones limitadas a 1948 ejemplares que cualquier amante de la relojería querría para su colección. Su diseño es absolutamente espectacular, añadiendo un segundero sobre las seis, con una correa de piel marrón y una hebilla de acero noble pulido. La parte trasera de la caja cuenta con un cristal plano de zafiro donde se ha grabado con láser el logo del 70 aniversario, además de una embarcación Chris-Craft y un caza Gloster Meteor como homenaje a los aviadores y navegantes de la Segunda Guerra Mundial.
Corría el año 1904 cuando Louis Cartier creó un reloj para cumplir el deseo de su amigo Santos Dumont de leer la hora en pleno vuelo, siendo un absoluto éxito y creando uno de los primeros relojes de pulsera. La forma geométrica de su caja, junto a esos tornillos visibles, han sido siempre parte de la seña de identidad del modelo, que se ha mantenido como uno de los favoritos de sus clientes a lo largo de más de 100 años como un icono en el mundo del reloj. Esta versión actualizada que no pierde su esencia es perfecta para cualquiera que quiera un clásico Cartier en su muñeca.
Una de las marcas más top no podía faltar en una selección tan minuciosa de relojes clásicos. El Oyster Perpetual Submariner es uno de los buques insignia de la marca y su nuevo modelo para 2020 puede que no ofrezca, aparentemente, nada nuevo al mercado y a los amantes de la firma. Pero su segundero cambia de color a un azul claro espectacular cuando cae la noche que será una perdición para todo aquel que lo quiera unir a su colección de relojes. Cualquier reloj de Rolex es una inversión para el futuro, pero este clásico es el ideal para aquellos que quieran innovar un poco más en su diseño.
Y para terminar con otra de las firmas más top que se pueden encontrar en el mundo relojero. Montblanc Tradition es pura elegancia, con un diseño clásico pero adaptado a la actualidad con esos toques tan personales como los números romanos en los que destaca entre ellos el XII en lo alto de la esfera. El cristal abombado de zafiro es prácticamente imposible de rayar, convirtiéndose así en un reloj capaz de enamorar a cualquier coleccionista de la relojería.