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Los efectos colaterales del coronavirus pueden ser sorprendentes. El confinamiento vivido en la pandemia ha provocado un boom de intervenciones de cirugía estética por dos causas fundamentales. En primer lugar, el teletrabajo ha permitido quedarnos más en casa, lo que ha facilitado cualquier convalecencia. En segundo lugar, el auge de las reuniones on-line, el verse 'desde fuera' a través de una pantalla, ha hecho que seamos más conscientes de nuestro físico y nuestros defectos. La 'cara de Zoom', como ya la denomina algún experto, está haciendo que muchas personas se animen a pasar por el quirófano.
La novedad es que ya no es cosa de mujeres. "Los hombres han pasado a estar muy pendientes de su aspecto. Antes no se les exigía. Ahora, de una manera no imperativa, se ve un interés. Las mujeres, además, opinan sobre los hombres. Y ellos se sienten aludidos al tiempo que sienten menos vergüenza hacia el hecho de someterse a cualquier tratamiento. Se someten a ellos según sienten o no mayor presión social", asegura el doctor Artur Díaz Carandell, cirujano maxilofacial experto en cirugía estética facial, en feminización facial y en injerto capilar del Instituto de Benito.
¿Cómo ha evolucionado la cirugía estética masculina en esta década? "Aparte de la otoplastia (operación para eliminar las orejas de soplillo) y la rinoplastia, lo que más se pedía hace 10 años son las operaciones de párpados", afirma el doctor Díaz Carandell. Si antes las operaciones de estética, en el caso de los hombres, estaban más vinculadas a corregir defectos, una década después lo que prima es la cirugía para luchar contra el envejecimiento.
Aunque es cierto que las operaciones de estética se han generalizado entre hombres y mujeres, en el caso masculino hay dos perfiles de pacientes, por lo menos en lo que respecta a la cirugía estética facial: "los homosexuales son los principales clientes. Se cuidan muchísimo más que el resto. Después están los hombres de 50 ó 60 años que tienen una pareja más joven y no quieren desentonar", explica este facultativo.
En ambos casos -en realidad, en todos los casos- hay que ser conscientes de lo que podemos pedirle a una intervención de cualquier tipo. Y ahí también es importante la figura del médico. "Los profesionales estamos para pedir ponderación. A mis pacientes siempre les digo que las técnicas quirúrgicas tienen unos resultados concretos porque la visión de la mente del paciente no es la real. Alguna culpa de esto también la tienen las fotos que se publican con los 'antes' y 'después', tomadas de manera que inducen a error", explica Artur Díaz Carandell.
"Entre las intervenciones que más hacemos ahora es el browlift o levantamiento de cejas y el lifting, algo que antes se hacía de manera mucho más esporádica", explica este cirujano.
Pero, sin duda, las intervenciones 'estrella' son los trasplantes capilares y la cirugía de mentón. El trasplante capilar ha vencido todas las resistencias y es algo totalmente normalizado. Ahora mismo, se comparan centros, precios, resultados, procesos... Se habla con toda naturalidad de quién, dónde, cómo se hace, cuántas molestias acarrea el proceso y cuánto cuesta.
Con la cirugía de mentón se busca proyectar esta parte del cuerpo para lograr un rostro más masculino. "Quizás ahora hay más demanda de este tipo de cirugía. El objetivo es crear ángulos mandibulares. Hay mucha demanda de mentoplastias", afirma el facultativo.
"Las personas quieren tener cada vez más mejor presencia. En los hombres, la cirugía estética se ha ido incrementando en todos los rangos de edad, de los diez y algo hasta los 60 años. Tiene que ver con la auto-imagen y con el deseo de estar bien con uno mismo", señala el doctor Orestes Fernández, director de la Unidad Corporal del Instituto de Benito. ¿Únicamente se ciñe al propio bienestar? El facultativo matiza aquí su respuesta: "se busca la belleza un poco por salud y un poco por coquetería. La silueta es una herramienta de seducción. De ahí, el boom de los gimnasios", afirma.
En el aspecto corporal, la evolución de los últimos diez años no ha sido tan acusada como en la cirugía facial. "Hace diez años la mayor demanda eran ginecomastias (reducción de mamas) y liposucciones, especialmente de abdomen y flancos. Ahora se mantiene más o menos igual, con mayor presencia de la high definition; es decir, marcar las líneas de transición del abdomen o six pack", señala este experto.
En opinión de Orestes Fernández, las ginecomastias, que pueden darse en personas con sobrepeso, con problemas hormonales o en caso de ejercicio extremo (por ejemplo, entre culturistas), no solo solucionan defectos físicos. "A más edad, si hay aumento de peso, y según elasticidad, las mamas pueden aumentar de tamaño y ceder. En ese punto, algunos hombres se sienten bastante acomplejados; a veces sus propios hijos gastan bromas que terminan siendo motivo de preocupación para el paciente, que llega a experimentar cierta sensación de feminización", concluye el facultativo.