Sheryl Crow: "Adopté a mis hijos después de haber tenido cáncer de mama y todo cambió"

  • La cantante estadounidense recorre una vida plagada de altos y bajos en su nuevo documental, 'Sheryl'

  • "Creo que tus hijos te eligen a ti. Están aquí para enseñarte también. Ellos son mis mejores maestros", asegura la artista

  • "Con suerte, este documental nos ayudará a que, como mujeres, aceptemos nuestra edad y nos sintamos orgullosas de ella"

Fue una de las reinas de la MTV en los años 90, ganó nueve Grammys y despachó más de 50 millones de discos gracias al éxito de hits como 'All I wanna do' o 'If it makes you happy', pero no todo fue color de rosa para Sheryl Crow. También ha sido víctima del machismo de la industria, del acoso de los tabloides a raíz de su relación con el ciclista Lance Armstrong y del cáncer de mama. De hecho, vencer a la enfermedad le ayudó a tomar su decisión más importante. "Adopté a mis hijos después de haber tenido cáncer de mama y todo cambió", ha contado en una entrevista en Apple Music 1 con motivo de 'Sheryl', el documental que repasa su vida.

La cantante de 60 años cree que es el momento adecuado para revisitar un recorrido vital plagado de hitos y de baches. Confía en que el documental "tenga repercusión entre las personas que han tenido problemas como los que yo he tenido con la depresión y la manía, los altos y bajos. Y también, con suerte, nos ayudará a que, como mujeres, aceptemos nuestra edad y nos sintamos orgullosas de ella, y no sintamos que tenemos que ir a arreglarnos la cara para parecer más jóvenes y ser más agradables de ver o más perfectas o cosas así".

El lado oscuro de la industria musical

Hija de una profesora de piano y de un abogado, Crow nació en Misuri (EEUU) en 1962 y tuvo muy claro desde el principio que lo suyo iba a ser la música. Fue profesora en un instituto mientras dedicaba las tardes a tocar en una banda de versiones de rock. A mediados de los 80 decidió probar suerte en Los Ángeles, pero tuvo que sobrevivir como camarera hasta que le llegó la oportunidad como corista de Michael Jackson en la gira de 'Bad'. Conoció entonces el lado oscuro de una industria en la que si eras mujer tenías que pagar ciertos peajes para hacer carrera.

Crow cayó en uno de esos agujeros que han jalonado su camino, una depresión que la apartó provisionalmente de la música, pero supo volver de ahí más fuerte, ya en la treintena, reconvertida en cantautora rockera. Las listas de ventas se rindieron a sus pies y su popularidad se mantuvo intacta durante todos los 90. Pero llegó un momento, a punto de cumplir 40 años y aún sin hijos, en el que se preguntó "¿Qué estoy haciendo?". "Me encontré con Chrissy Hunt y ella me dice 'Esta no es toda tu vida, solo es tu trabajo, tómate un tiempo libre'. Y así lo hice, me organicé una gran fiesta de 40 años, y ese fue el año más fantástico. Me di cuenta de que podía hacer todo".

Vencer al cáncer de mama

El cáncer de mama vino después, en 2006. Los médicos lo cogieron a tiempo. "Después de que me lo diagnosticaran me mudé de Los Ángeles porque los paparazzi entraban en mi salón e intentaban captarme en mi momento más bajo. Salí de eso haciendo un pacto conmigo misma: no voy a coger esta experiencia y tratar de producir algo. La música es un bálsamo, pero hubo un punto en el que para mí, era más que un bálsamo. Era como una boya salvavidas. Tuve que buscar la manera de que eso no fuera lo que me diera autoestima. Es algo difícil cuando conectas tan profundamente con tu trabajo, que tienes que decir, vale, si no sólo soy mi trabajo, entonces ¿quién soy?", se sincera en en Apple Music 1.

Nuevo volantazo vital: adopta sus dos hijos, Wyatt y Levi, en 2007 y 2010 respectivamente. "Adopté a mis hijos después de haber tenido cáncer de mama y todo cambió, y ahora estoy más convencida que nunca, se lo digo a la gente todo el tiempo. Creo que tus hijos te eligen a ti, eligen su camino cuando llegan, y si eres realmente consciente y estás ahí presente con ellos, están aquí para enseñarte también. Ellos son mis mejores maestros. También me ponen los pies en la tierra y me reprimen todo el rato".

"No cambiaría ni una sola cosa"

Como madre soltera y sin necesidad de mantenerse en la primera línea de forma continua, Crow admite sentirse encantada con esta parte de su vida: "No cambiaría ni una sola cosa, hay algo realmente liberador en…cómo decirlo…en no ser relevante".

Y apunta una última sobre las enfermedades mentales: "Soy demasiado reflexiva para pensar en suicidarme. Si tienes a tu lado a alguien, aunque solo sea una persona, eso ya es como una familia. El hecho de que mi madre apareciera en mi puerta y me dijera: 'Sé que no me quieres aquí, pero vas a levantarte y vas a poner un pie delante del otro y vas a buscar ayuda'. He tenido muchos momentos de esos en mi vida, no sé, me voy a poner a llorar…pero tengo que decir que la verdad es que soy afortunada".