El truco para recuperar el pan duro y que quede como recién salido del horno

El pan es uno de esos alimentos que no suelen faltar en casa. Ya sea en su versión más tradicional, con harina de trigo, como en alternativas que emplean harina de centeno, arroz o maíz o incluso en versiones más modernas que añaden frutos secos, pasas o incluso aceitunas, el pan es un alimento que suele acompañarnos en las comidas y cuyo consumo sigue siendo especialmente notorio en todo el mundo. 

Aunque a todos nos gusta disfrutar de un pan recién hecho, crujiente por fuera e increíblemente tierno y esponjoso en su interior, muy pocos son los que soportan un pan duro y seco. Aun así, es muy habitual que, tras comprar una o dos barras en la panadería, parte de ellas acaben completamente duras porque no hemos podido terminar de comerlas. 

En estas situaciones, lo normal es que el pan que nos haya sobrado acabe en la basura, ya que creemos que ya no hay nada que podamos hacer con él. La realidad, sin embargo, es que el pan duro puede reutilizarse en distintas elaboraciones, desde para conseguir pan rallado hasta para hacer migas o torrijas, e incluso puede llegar a recuperar sus características originales. Y lo mejor: de forma muy rápida y sencilla. Por eso, antes de desperdiciar comida, te animamos a seguir este truco para conseguir que el pan quede como si acabase de salir del horno: increíblemente sabroso. 

¿Cómo recuperar el pan duro?

Aunque este truco puede utilizarse tanto con barras enteras como con mitades que hayan sobrado, lo mejor es utilizar un pan que no haya sido rebanado, ya que los resultados serán mucho mejores. 

En cualquier caso, lo primero que debemos hacer para recuperar nuestro pan duro y que parezca que acaba de salir del horno es humedecerla por los lados para que se ablande ligeramente. Para ello, podemos poner directamente la barra bajo el grifo, de forma que se humedezcan los extremos y asegurándonos de que el interior no absorba demasiada agua, o llenar una jarra y mojar la barra en ella por ambos extremos, siempre con cuidado de no humedecerlos demasiado. 

Una vez le hayamos dado un poco de agua, lo siguiente que debemos hacer es precalentar el horno a unos 230ºC durante unos cinco minutos. Transcurrido este tiempo, tendremos que meter la barra y bajar la temperatura a 150ºC. Tras esto, esperaremos entre unos cinco y quince minutos, dependiendo del tamaño de la barra y de cómo de tostado nos guste el pan. 

Cuando haya pasado este tiempo, podremos sacar la barra del horno. Al hacerlo, descubriremos que ha quedado como nueva: crujiente por fuera y tierna por fuera. 

En caso de que no dispongas de horno, o de que no quieras encenderlo por el miedo al gasto que pueda suponer, también puedes utilizar un microondas para recuperar tu pan duro. En este caso, lo que haremos será humedecer un paño y envolver nuestra barra con él. Tras esto, introduciremos la barra en el microondas y lo calentaremos a máxima potencia durante unos diez o treinta segundos, dependiendo de su tamaño. Para evitar errores, en este proceso se recomienda abrir el microondas cada diez segundos y comprobar el estado del pan, ya que así evitaremos pasarnos. 

Independientemente del método que utilices, en ambos casos se recomienda consumir el pan cuando todavía esté caliente, ya que así se aprovechará al máximo y no se desperdiciará comida.