Museo, y también restaurante: los mejores lugares para disfrutar de arte y gastronomía al mismo tiempo

Arte y gastronomía, ¿qué más se puede pedir? Pasar unas horas embrujado por las obras expuestas y después sentarse a digerir lo visto degustando platos exquisitos. En Uppers hemos aprovechado el verano para disfrutar de un coctel cultural y culinario hasta seleccionar cuáles son los mejores restaurantes en museos. La propuesta se compone de cinco opciones de establecimientos abiertos dentro de estos espacios expositivos que ofrecen servicio de desayuno, brunch, comida, merienda o cena. Todos merecen la pena y rematar la visita al museo con la reserva de una mesa.

Gracias a la privilegiada ubicación en altura de casi todos estos restaurantes son increíbles miradores de las ciudades donde se encuentran como Granada, Cuenca o Madrid. Además, algunos chefs han creado deliciosos menús con guiños a las obras de arte más emblemáticas del museo y otros incluso brindan la posibilidad de acogerse al maridaje sin alcohol, una oportuna propuesta para los que prefieren comer sin vino o pretenden seguir pateando la ciudad.

1. Las Terrazas del Thyssen

Las Terrazas del Thyssen es el espacio gastronómico del Museo Thyssen-Bornemisza localizado en el Paseo del Prado 8 de Madrid. La única pega es que solo abre de jueves a domingo. Ciertos platos de su carta están inspirados en las obras que nadie puede perderse de las salas, pero también se preparan cócteles ideados a medida de la exposición permanente oportuna. La experiencia no solo es culinaria ya que muchos de los fines de semana el restaurante se ameniza con música en directo y conciertos. Por otro lado, está la opción de reservar la visita de la colección y una mesa después para degustar un menú.

2. NuBel

A un corto paseo del Thyssen está el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en concreto en la calle de Argumosa 43 de Madrid. Aquí se abrió NuBel, un restaurante con una increíble cúpula roja diseñada por Joean Nouvel, de moderna y colorida decoración, donde las formas redondas y mullidas en todo, no solo en mesas y sillas, llaman mucho la atención. En este espacio tan singular cada día de 9:30 a 14:00 hay un brunch que los sábados y los domingos llega acompañado de un DJ. La carta presenta los tradicionales bocados de Madrid a los que se les ha dado una nueva inspiración: el bocata de calamares en versión brioche con alioli o las bravas con emulsión de huevo frito.

3. Nerua Guggenheim

Tras la capital hay que mirar al norte para entrar en el Nerua Guggenheim, el restaurante minimalista pero puntero en propuestas gastronómicas del Museo Guggenheim Bilbao en la Avenida Abandoibarra 2. La carta presenta productos cocinados con maestría y creatividad que proceden del mar Cantábrico y de la huerta y de la granja del entorno. Tiene una estrella Michelin y la misma guía apunta que “el chef Josean Alija busca rescatar los sabores de la cocina vasca desde la innovación, enriqueciendo la propuesta con platos que encandilan por sus fondos y sus matices vegetales”. También es muy aplaudida la elección de probar el menú con un maridaje sin alcohol.

4. Restaurante Arriaga

El restaurante Arriaga no se encuentra en el País Vasco sino en Andalucía, sin embargo, sus lazos con el norte quedan patentes en la base de sus modernas recetas y en las jornadas de la gastronomía vasca que celebran cada año. La sala resulta inolvidable por las impresionantes vistas que se pueden contemplar desde cada mesa: la ciudad de Granada, la Vega y la Sierra. Está en la última planta, a unos 60 metros de altura, del Centro Cultural CajaGranada Memoria de Andalucía de la Avenida de la Ciencia 2.

La Guía Michelin recomienda el Restaurante Arriaga por su propuesta, centrada en dos menús degustación, que “plantea una cocina tradicional actualizada que bebe de las raíces locales, con pequeños guiños a otras culturas y esmeradas presentaciones”.

5. Natura Restaurante Bistró

El Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha de Cuenca en la calle del Río Gritos 5, también tiene su espacio gastronómico con unas vistas preciosas. En una de sus azoteas se abrió el Natura Restaurante Bistró, moderno y acogedor que propone una “carta bien elaborada” y una “buena presentación” de los platos “con sabores que llaman la atención”. Sin duda, un lugar para hacerse a la idea desde las alturas de la magia que esconde la ciudad de Cuenca.