Es martes por la mañana. Tus hijos van tarde y, aunque están en plena adolescencia, para echarles una mano antes de ir al instituto, les preparas el desayuno. Son de leche con galletas. Llenas las tazas y, con mucha prisa, metes ambas en el microondas. Un minuto. Start. Se acaba el tiempo, se sientan en la mesa y se quejan de que su bebida sigue fría y el colacao no se deshace bien dentro. ¿Cómo puede ser? ¿Qué ha ocurrido para que el electrodoméstico no haya funcionado? Intentar calentar varias cosas a la vez no siempre es tarea fácil, es más, si metes dos boles dentro, uno al lado del otro, tienes muchas posibilidades de que sea una simple pérdida de tiempo. Te explicamos por qué.
No lo niegues, sacar algo del microondas y encontrarte con partes templadas o frías también te resulta frustrante. Las ondas de estos electrodomésticos apenas penetran de 2 a 4 cm alrededor del bol o taza que coloques en su interior. Al poner dos juntas, la parte en la que una queda pegada a la otra no dejará que el calor llegue bien y, por eso, el líquido de su interior no se calentará de forma uniforme y necesitarás mucho más tiempo para conseguir la misma temperatura, posiblemente hasta el doble.
En resumidas cuentas, que lejos de ahorrar tiempo, lo que conseguirás es tardar exactamente lo mismo que si lo hicieras una por una. No obstante, sí que existe una forma de conseguir que si introduces dos recipientes dentro del micro, cojan temperatura ambos de forma homogénea: crear diferentes alturas. Como te hemos explicado, este electrodoméstico funciona por ondas, si consiguen calentar el recipiente sin encontrarse nada que lo impida, el calor se distribuirá uniformemente.
Existen, por un lado, rejillas que están pensadas precisamente para esto, para conseguir una doble altura dentro. Otra opción es colocar la primera taza y, junto a ella, un bol boca abajo sobre el que pondrás la segunda taza. Así, de forma escalonada, ambas bebidas se templarán por igual. También te servirá con otra taza vacía colocada igual que el bol y sobre la que colocar la que está llena de leche.
Al igual que calentar la leche dentro del microondas no supone ningún riesgo, hacer lo propio con el café. Esto ocurre por los compuestos volátiles que lo forman y que empiezan a desaparecer al exponerse a altas temperaturas. Cuando alentamos el café es como si volviéramos a cocinarlo. Su esencia se basa en ácidos y compuestos que reaccionan al calor volviéndose más amargos.
Sin embargo, si le damos la potencia justa y el tiempo adecuado, este efecto apenas lo notará nuestro paladar. Para media taza lo ideal son 45 segundos al 80% o 90% del máximo de potencia que permite tu microondas, ampliando otros 30 segundos si el café sigue frío al sacarlo del electrodoméstico. Si vas a tomarlo con leche, es mejor que calientes primero la leche y luego le añadas el café para que este no pierda su esencia y sabor.