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En los últimos años, el interés por llevar un estilo de vida más saludable ha aumentado. De acuerdo a los datos recopilados por el estudio WIN World Survey (WWS) de 2019, elaborado por el Instituto DYM en colaboración con WIN International, un 65% de los españoles se muestra preocupado por llevar una vida saludable, siendo este interés mayor en las mujeres, donde un 68,2% afirma sentirse preocupado por sus hábitos, que en los hombres, donde un 62,5% tiene esta preocupación.
Este interés por llevar un estilo de vida más sano ha hecho que muchas personas hayan introducido cambios en sus hábitos y costumbres para ajustarlos a los tres principios básicos que, de acuerdo a los expertos, son imprescindibles para tener una buena salud: hacer ejercicio de manera regular, descansar correctamente y llevar una dieta equilibrada rica en frutas y verduras.
Algunos de estos cambios, como es natural, han afectado a la alimentación, y cada vez son más quienes leen el etiquetado de los productos para encontrar las opciones más saludables que llevarse a la boca, ya sea en la comida, en la cena o incluso en el desayuno. Por ejemplo, opciones como la bollería, las galletas o los cereales, que todos hemos consumido alguna vez con nuestro café mañanero, se han visto desplazadas por alternativas menos calóricas, como las gachas de avena, el porridge o las tostadas.
Las tostadas son, precisamente, uno de los desayunos más populares de nuestro país, gracias, sobre todo, a la amplia variedad de posibilidades que admite: que si con tomate, que si con azúcar, que si con queso de untar, etcétera.
En este amplio abanico de opciones, sin embargo, encontramos dos ingredientes con una popularidad que sobresale sobre el resto: el aceite de oliva y la mantequilla. Pero ¿cuál de las dos opciones es más saludable?
A la hora de decidir cuál de las dos alternativas es más saludable, debemos tener en cuenta que existen dos tipos de grasas en el mundo: las de origen animal y las de origen vegetal.
Por norma general, los alimentos de origen animal suelen presentar una mayor cantidad de grasas saturadas que los alimentos de origen vegetal, que suelen presentar grasas insaturadas.
Las grasas saturadas son, junto con las grasas tras, una de las menos beneficiosas para la salud, ya que aumentan el colesterol malo y reducen el bueno. Sin embargo, existen alimentos de origen animal que pueden ser saludables, y alimentos de origen vegetal que, pese a la teoría, pueden no ser tan beneficiosos como parecen a primera vista.
En el caso de la mantequilla y el aceite de oliva, encontramos, precisamente, dos alimentos con dos orígenes distintos. La mantequilla, por un lado, es un alimento de origen animal que presenta un contenido en grasas saturadas de más del 70%. El aceite de oliva, en cambio, es un producto de origen vegetal que presenta un porcentaje reducido de grasas saturadas.
En base a esto, el aceite de oliva sería la opción más saludable para acompañar nuestras tostadas. Pero ¿cuál es la alternativa menos calórica? En este caso, la realidad es que la mantequilla presenta menos calorías que el aceite (en una ración de 10 gramos de cada producto, la mantequilla tiene 9 gramos de grasa, mientras que el aceite 10), pero a la hora de decantarnos por una u otra opción es importante que tengamos en cuenta que hay grasas más saludables que otras.
Esto supone que un producto con menos calorías puede ser, en realidad, menos beneficioso para nuestra salud que uno que tenga un aporte calórico un poco más alto. Por eso, si lo que buscas es mejorar tu alimentación, lo recomendable es que te decantes por el aceite de oliva como acompañante de tus tostadas, ya que sus propiedades nutricionales son mejores que las de la mantequilla. Eso sí: a la hora de verterlo, ten mesura y no te pases.