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Sacar tiempo para cocinar no siempre es fácil. Sobre todo si tenemos hijos o vivimos a unas cuantas manzanas de nuestro lugar de trabajo. Por eso, cada vez son más populares las técnicas culinarias como el batch cooking, un método de cocina que consiste, básicamente, en preparar toda la comida de la semana en solo dos horas.
Este concepto, que literalmente vendría a significar “cocinar por lotes”, propone que utilicemos un día para elaborar una gran cantidad de comida que guardaremos en nuestra nevera y congelador para ir consumiéndola a lo largo de la semana, reduciendo así el tiempo que pasamos frente a los fogones y el gasto que hacemos en alimentación. Además, también nos permite planificar mejor nuestras comidas para ayudarnos a comer de manera más sana y equilibrada.
Aparte del batch cooking, hay quien, a la hora de plantarse frente a los fogones, decide elaborar grandes cantidades de un mismo plato para guardar las sobras y ahorrarse un día de cocina. Sin embargo, siempre que vayamos a almacenar comida en nuestra nevera, debemos tener en cuenta los tiempos de caducidad de cada alimento, porque, de lo contrario, podríamos acabar padeciendo molestos problemas intestinales.
Lo primero que tienes que saber antes de almacenar elaboraciones en la nevera es que la comida debe guardarse una vez hayan transcurrido dos horas desde el momento en el que la hayas preparado. Además, es recomendable que la guardes siempre en un tupper hermético, de cristal o, en su defecto, plástico, y que mantengas los alimentos cocinados lejos de los frescos para evitar contaminación cruzada.
A la hora de guardar alimentos ya cocinados en la nevera, podemos hacer tres distinciones: aquellos que tienen corta duración, aquellos con una duración media, y aquellos que pueden aguantar incluso más de una semana.
Los alimentos de corta duración son aquellos que deben consumirse cuanto antes, ya que pierden sus propiedades muy pronto. En este grupo encontramos:
Los alimentos con una duración media, en cambio, son aquellos que pueden permanecer entre tres y cinco días en la nevera sin perder sus propiedades. Estos son:
Finalmente, en el grupo de alimentos que más pueden aguantar en la nevera encontramos el huevo cocido, que puede mantenerse en buen estado durante una semana, la leche, que puede aguantar más de cinco días, la mantequilla, que puede durar hasta un mes, y los dulces y turrones, que, una vez abiertos, pueden llegar a aguantar hasta dieciocho meses en buen estado. Casi nada.