De la Ribera del Duero a las Rías Baixas: cinco rutas por España para iniciarte en el enoturismo
Una forma de conocer España más allá del turismo convencional es a través del enoturismo, que une la tradición vinícola de cada zona con la gastronomía, las costumbres y la cultura
El turismo no solo es sol y playa que, por mucho que nos encante, puede resultar repetitivo. Por eso mismo muchas personas plantean sus vacaciones en relación a sus gustos personales y aficiones, como puede ser el deporte, la cultura o la gastronomía. Pero España cuenta con un tipo de turismo que cada vez se explota más por una simple razón: su calidad. Hablamos del enoturismo, viajar para conocer la cultura del vino de un lugar concreto gracias a la visita de bodegas, vinotecas o en catas de vinos. En España hay muchas rutas del vino que te permiten conocer con más detalle el origen de cada caldo, su proceso de elaboración y su historia. Si estas deseando iniciarte en esta aventura, te presentamos cinco rutas españolas para iniciarte en el enoturismo.
Ruta del vino Ribera del Duero
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Uno de los vinos más característicos de España es el Ribera del Duero que se produce en el interior de España, en algunas de las provincias de Castilla y León. Este vino se caracteriza por la uva tempranillo de la que se consiguen vinos rosados, tintos, crianzas y grandes reservas. Al introducirte en Castilla y León, junto a vinos tintos, la mejor gastronomía con la que se puede acompañar es la propia de la zona, desde el cordero lechal hasta los embutidos más reseñables, como la morcilla o el chorizo. La bodega de Pago de los Capellanes, la de Portia o Comenge son solo algunas de las que no puedes saltarte si quieres degustar algunos de los mejores vinos españoles.
Ruta del vino de las Rías Baixas
En plena Galicia se encuentra esta ruta en la que el vino predominante es el albariño, un vino fresco y suave, aunque también se pueden encontrar otros tipos de vinos. El mejor complemento para un albariño son los productos del mar, pescados frescos y los mejores mariscos, alimentos típicos de la gastronomía gallega que complacerán como nunca a tu paladar. En Pazo Baión se encuentra una de las fincas más espectaculares de viñedos que es imprescindible visitar, aunque no dejes de pasar por otras como la bodega Granbazán. Una forma de descubrir una Galicia totalmente desconocida para muchos.
Ruta del vino del Penedés
La experiencia en esta ruta es completamente distinta. Además de adentrarte en una Cataluña repleta de viñedos, el vino blanco no es lo único que se produce, también grandes cavas que se podrán catar en las bodegas. La bodega Ca N’Estella es una de las más especiales al ser gestionada de forma familiar que ha ido pasando de generación en generación. Visitar Penedés es conocer de cerca todo el proceso vinícola, pudiendo hasta pasear entre los campos de viñedos o despertar cada mañana en una casa rural rodeados de ellos. Desde luego, una ruta más que especial para cualquier amante del vino.
Ruta del vino de la Rioja Alta
La Rioja es una de esas zonas españolas que directamente se asocian con los vinos, es más, en la Rioja Alta se encuentra la producción de algunos de los vinos más prestigiosos de toda España. Aunque su fuerte son los tintos y los reservas, también se producen vinos blancos de lo más suculentos. Todos los caldos están hechos en bodegas enormes, muchas de ellas centenarias, pero también existe una gran producción por parte de pequeños agricultores. El senderismo es uno de los grandes atractivos de esta ruta, que permite unas vistas espectaculares sobre los viñedos. Pero sin duda, los museos especializados y las catas de vino son el plato fuerte para cualquier visitante.
Ruta del vino de la Ribera del Guadiana
La provincia de Badajoz conforma esta ruta en la que hay un punto clave: Almendralejo, localidad que fue declarada Ciudad Internacional del Vino donde se encuentra el Museo de las Ciencias del Vino. La visita a las bodegas se complementa con las catas a los caldos más reseñables de la zona que se acompañan de la gastronomía extremeña más especial. Esta ruta de enoturismo permite conocer una cara desconocida de Badajoz, más ligada a sus tradiciones, su naturaleza y su cultura. Además, si tienes la oportunidad no hay que perderse un baño de vino o cualquier otro tratamiento de vinoterapia sobre tu piel.