Plátano rojo de Canarias: descubre los beneficios de la nueva variante del plátano de toda la vida

  • El plátano rojo es la nueva variante exótica de las fruterías

  • Este fruto proviene de Canarias y tiene un sabor que recuerda al de los frutos rojos

En los últimos años, las secciones de frutería de nuestros supermercados han ido incorporando distintas variedades de lo más exóticas. Nombres como el lichi, la papaya o la popular pitaya, también conocida como fruto del dragón, se han ganado un hueco en nuestra cesta de la compra gracias a sus múltiples beneficios, y si antes encontrarlas era casi una odisea, ahora basta con bajar a nuestro super de confianza para conseguirlas.

La última novedad que ha llegado a nuestras tiendas ha sido el plátano rojo, una fruta que, a diferencia de otras muchas, no ha cruzado todo el Océano para desembarcar en el país, sino que llega directamente desde Canarias.

Allí, esta variante lleva varias décadas cultivándose y puede encontrarse con facilidad en las tiendas, donde Alcampo las ofrece, pero su baja producción ha impedido que diese el salto a la península.

Ahora, sin embargo, gracias a un acuerdo firmado entre la cadena de supermercados y el grupo de producción y distribución de frutas Eurobanan, la situación cambiará, y podremos encontrarla en los establecimientos de la compañía francesa, aunque, eso sí, de forma temporal. Pero ¿de dónde viene esta fruta y cuales son sus beneficios?

El origen del plátano rojo

A pesar de que el plátano rojo pueda resultarnos completamente novedoso, lo cierto es que en el mercado internacional podemos encontrar un gran número de variedades, entre las que destacan tres: la grand nain, la gros michel y la cavendish.

Sus orígenes no son muy distintos al de los plátanos y bananas que estamos acostumbrados a consumir. Al igual que ellos, este fruto es originario del sudeste asiático y goza de una enorme popularidad en América Latina, donde se le conoce por un amplio listado de nombres, como tafetán, guineo morado o colorado, entre otros.

A Canarias, esta variante llegó hace relativamente poco, en la década de 1982, gracias a la iniciativa del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), que decidió traer semillas procedentes de Martinica, una isla de las Antillas Francesas. Desde entonces, ha ido ganándose un hueco en el archipiélago, donde, además de comerse solo, se ha incorporado a distintas elaboraciones.

¿Cuáles son sus beneficios y en qué se diferencia del plátano de toda la vida?

Lo primero que llama la atención de este fruto es, indudablemente, su piel exterior, que destaca por un brillante tono rojizo en el que podemos encontrar detalles morados, anaranjados, marrones y rosados, pero las diferencias no acaban ahí.

Al contrario, esta variedad se desmarca tanto en su tamaño como en su textura y sabor. Más pequeña que el plátano común, esta fruta tiene una piel más dura y una pulpa mucho más suave. Su interior mantiene la tonalidad amarilla, aunque en ocasiones puede presentar un tono rosado pálido, y tiene un sabor dulzón muy característico que recuerda a los frutos rojos y, en concreto, a la frambuesa.

No obstante, a pesar de sus diferencias, el plátano rojo comparte algunos de los nutrientes y beneficios de la variante amarilla. Rica en betacaroteno, este fruto es un antioxidante con un alto contenido en vitaminas A, E y C que puede ayudarnos a mejorar nuestro sistema inmunológico. Además, aporta potasio, fibra y magnesio, por lo que puede aliviar problemas de digestión, fortalecer nuestro sistema cardiovascular y mejorar nuestro estado de ánimo.

El plátano rojo ha llegado a nuestra península con una partida de más de 1.000 kilos con la que Alcampo comprobará el interés del mercado, por lo que habrá que ver si acaba convirtiéndose en un habitual de nuestras tiendas. Eso sí, si quieres probarlo, prepara tu bolsillo, ya que es mucho más caro que la variante amarilla: cuesta 3,95 euros el kilo.