Lo que haces mal con el sándwich mixto: Rafuel te chiva sus trucos para alcanzar la perfección con los bikinis

  • El pan de molde es el peor enemigo de un buen bikini

  • Ni jamón cocido de un euro ni queso en tranchetes: los ingredientes que sí debes utilizar

  • Rafuel nos explica por qué es mejor la placha que la sandwichera: todo es cuestión de tiempo

Si el bueno, bonito y barato pudiese aplicarse a una receta de cocina, sería a la del sándwich mixto. Pan crujiente, queso cremoso, jamón calentito… solo tres ingredientes que pueden trasladarte a tu niñez en cuestión de segundos. Tus hijos y nietos lo adoran como merienda, pero por mucho que lo intentes no consigues que quede perfecto, al menos no como cuando lo pides en un restaurante. Pese a ser aparentemente sencillo, tiene sus trucos. Hemos hablado con Rafuel, el instagramer de 65 años famoso por sus bikinis, tortillas y arroces, para que nos diga paso a paso cuáles son los mejores ingredientes para conseguir el diez.

Pan: olvida el inglés y vete al italiano

Como base de cualquier bocadillos o sándwich, el pan es uno de los elementos básicos de esta receta. Pese a que normalmente lo hacemos con el mítico pan de molde que encontramos en cualquier supermercado, el chef asegura que no es, ni de lejos, la mejor opción. "Yo utilizo pan de leche italiano, es uno de los más populares del país y, como todos, está muy bueno. Sobre todo, es muy diferente, tiene una calidad brutal. No debemos dejarnos llevar por el monopolio que tiene el pan inglés, su calidad es mala y este, además, tiene una caducidad mucho más larga", nos explica el chef.

La margarina no es mantequilla

Intentar hacer un sándwich mixto sin echar una pizca de mantequilla es como saltar a la comba, con tu nieta, sin cuerda: imposible. La dieta y la receta se riñen en este punto, pero utiliza un buen pedazo por ambos lados para conseguir ese tono dorado tan característico. "Siempre con una buena mantequilla, es fundamental para dar en el clavo con el sabor. Mejor sin sal y hay que ser generosos, un buen cubito es necesario, nada de raspar un poquito por cada cara".

La guerra al tranchete en plástico

Parece que hacer un sándwich mixto es sinónimo de coger el jamón más barato del supermercado junto al queso en tranchetes que viene envuelto en plástico. Así es imposible conseguir un resultado mínimamente gourmet. "Debemos escoger cualquiera que se funda bien y tenga calidad. Uno de mis favoritos es el Arzúa Ulloa, el resultado es espectacular. Con la cantidad de productos buenos que tenemos en este país, utilicémoslos. Cualquiera de los que vengan de los Pirineos son una opción maravillosa".

Jamón, ¿por qué solo york?

Tradicionalmente este emparedado se realiza con jamón cocido, pero la originalidad, gracias a los embutidos que tenemos aquí, es mucho mayor. "Cuando tenía 13 o 14 años, siempre merendaba en el bar de debajo de mi casa. Cada tarde me pedía un sándwich mixto y descubrí que, si cambiaba el jamón cocido por ibérico, el resultado era mucho mejor. Tanto triunfó mi idea que en el local terminaron poniéndole nombre: Rafaela. Ahora lo preparado con cualquier cosa, con mortadela está brutal, por ejemplo".

A fuego lento, revoltosa

La sandwichera es de esos electrodomésticos que generación tras generación ha estado en cada casa, en todas las cocinas. Sin embargo, para Rafuel, no es un imprescindible y se arriesga a afirmar que es mejor una plancha o sartén para hacer de esta receta algo excepcional. "La prisa es el peor enemigo de este sándwich y de la cocina en general. No es un plato que salga espectacular en dos minutos, la clave es el fuego lento. Los pasos son muy importantes: primero el pan, cuando esté dorado añadimos el queso y dejamos que funda. Por último y jamón para que se atempere y en un par de minutos lo tenemos para servir".

El truco del chef

En esta temporada tenemos un producto muy sabroso que se puede perfectamente adquirir en mercados locales. Hablamos de la trufa de verano. Con un sabor similar a la negra, pero de a un precio más asequible y sencillo de encontrar. Laminada muy finita y colocada entre el jamón y el queso fundido, convertirá tu sándwich en una verdadera delicia, digna de los paladares más selectos.

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