Con responsabilidad y pocas calorías: las bebidas alcohólicas que menos engordan

El alcohol debe tener una presencia moderada en nuestra vida por los peligros que tiene para nuestra salud, por no hablar de que, con el paso de los años, las resacas son peores, pero ese ya es otro tema. Además, las bebidas alcohólicas en general engordan y fomentan ese crecimiento de tripa que, ahora que llega el buen tiempo, estás intentando evitar. Sin embargo, con este solecito, no hay nada como una terracita el fin de semana con los amigos o un viernes de afterwork en los que cae alguna copa refrescante que, dependiendo de como la combines, va a sumar unas cuantas calorías.

Pero claro, no todas las bebidas nos engordan igual, hay algunas que no tiene una carga calórica tan grande y que nos refrescan de la misma manera. Esto, claro está, siempre que lo consumamos con moderación. ¿De qué bebidas se trata?

Las que menos engordan

Una de ellas es el vino que, debido a su elaboración, contiene una serie de compuestos que actúan como antioxidantes naturales. No obstante, hay que tener cuidado, porque dependiendo de su fermentación, y por tanto de su cantidad de azúcar, el aporte calórico puede ser mayor o menor. Entonces, ¿cuál engorda menos? Por sus características generales, sería el vino tinto.

También están en esta lista la sidra, el cava y el champagne. El primero se produce a partir de la fermentación de la manzana y cada vez es más popular por oda la geografía española, aunque probablemente no se sepa que su aporte calórico es bastante bajo. En cuanto al cava y el champagne, son bebidas que contienen azúcares, aunque una baja carga calórica que puede cambiar dependiendo de la variedad.

La cerveza, a pesar de que puede hincharnos un poco, no tiene tantas calorías como pensamos. Aquí dependiendo de nuestro paladar podemos jugar un poco, porque la cerveza negra contiene algo más de alcohol, pero al tener un sabor más fuerte, hace que nuestro consumo sea más lento o nos bebamos tantas cañas.

Otra de las bebidas es el whisky servido con hielo. No porque sea una bebida con pocas calorías, más bien por el modo de consumo que se hace, mucho más pausado y relajado en que el principal objetivo es saborear bien la bebida y disfrutarla al paladar a la perfección, por lo que no hay un consumo excesivo.