De la percha al soplete: siete formas de abrir una botella de vino cuando no tienes sacacorchos

  • En la caja de herramientas encontrarás muchos utensilios para descorchar

  • Una percha, un cuchillo, un soplete de cocina... son otros recursos para extraer el tapón

  • Si el corcho se rompe debes filtrar el vino con una tela limpia de hilo o lino para retirar los residuos

En cualquier cocina que se preste hay un sacacorchos, pero todo puede pasar. Basta que hayas hecho una mudanza para que desaparezca o que alquiles una casa en la playa y que el salitre lo haya dejado inservible. En Uppers tenemos un “MacGyver” que nos ha explicado cómo abrir una botella de vino sin sacacorchos para sacarnos del apuro. Una cosa es esperar al día siguiente para conseguir uno nuevo, descorcharla y degustarlo. Otra es haber comprado almejas para cenarlas a la marinera y no poder incorporar a la salsa su imprescindible vasito de vino blanco.

Una nota para los más jóvenes: MacGyver era el protagonista de una serie de televisión de los ochenta que capítulo tras capítulo se dedicaba a corregir las injusticias del mundo usando la inteligencia y el ingenio en vez de armas de fuego.

Estas son nuestras estrategias para descorchar una botella sin sacacorchos:

1. Recurrir a la caja de herramientas

Necesitas un martillo, un tornillo largo con cabeza plana y un destornillador de estrella o plano igual que el tornillo. Primero introduce el tornillo con la ayuda del destornillador en el centro del corcho hasta que queden unos dos centímetros libres sobre el tapón. Hazlo con paciencia para clavarlo en el centro y que no se tuerza a medida que lo metas. Después usa las garras o parte trasera del martillo para extraer el tornillo. Agarra fuertemente la botella y levanta con suavidad el martillo hasta extraer el corcho. También puedes utilizar unos alicates y tirar del tornillo.

2. Usar una hembrilla y un palillo chino

Una hembrilla es un tornillo que acaba en un gancho circular. Tienes que introducirla en el centro del corcho y que sobresalga solo su gancho. Mete dentro de este gancho el palillo chino y tira también suavemente hasta descorchar.

3. Utilizar un cuchillo

En este caso necesitas un cuchillo de mesa con punta afilada y sierra para meterlo con cuidado en el centro del corcho unos centímetros. El siguiente paso es girarlo para extraer el tapón. En caso de que notes resistencia, gira la botella de modo que el cuchillo se mantenga firme. Cuando el corcho empiece a tener movilidad ya puedes girar el cuchillo tirando gradualmente hacia arriba.

4. Golpear la botella contra la pared

La intención no es hacer añicos la botella y desperdiciar el líquido. Por tanto, envuelve su base en trapos de cocina o en una toalla pequeña y golpéala contra una pared con firmeza, sin brusquedad y varias veces. En cada golpe el corcho irá saliendo. Cuando casi esté fuera será necesario terminar de extraerlo a mano.

5. Al calor de un soplete

Los muy “cocinillas” seguro que tienen un soplete de cocina con una potencia suficiente. Primero quita el envoltorio de la parte superior de la botella. Sin dirigir la llama al corcho, calienta el aire que hay entre el tapón y el vino. El incremento de la temperatura del aire interior hará que aumente de volumen y genere presión sobre el corcho. Debes ir girando la botella para distribuir el calor sujetándola por la parte más ancha. Presta atención por si el corcho saliera disparado.

6. Con una percha metálica

Estirar la parte que hace de gancho para convertir la punta en otro gancho, pero más pequeño. En concreto, en un anzuelo. Lo siguiente es introducir el metal entre el vidrio y el corcho hasta el final para después tirar de él hasta lograr descorchar.

7. Colar el tapón

Este es el truco que menos nos gusta porque no es nada recomendable para los vinos de alta calidad. Sin embargo, es el método más fácil y seguro. Consiste en meter el corcho dentro de la botella con una condición: sin que se rompa. Para ello, hazte con una cuchara grande de cocinar de madera y con su mango presiona de manera firme y con suavidad el tapón hasta bajarlo completamente. A continuación, vacía el líquido en un decantador usando como colador una tela fina de hilo o de lino limpia, así no caerán los posibles restos del corcho.