La importancia de las copas: la guía definitiva de lo que tienes que tener en el armario para cada vino

La importancia de las copas: la guía definitiva de lo que tienes que tener en el armario para cada vino
Fellini decía que un buen vino es como una buena película y debe dejarte en la boca un sabor a gloria. Por eso todo cuenta, también las copas. (Dale al play)
  • Mantelería, cubertería y vajilla. Y para el vino, vasos corrientes de cristal. ¿Quién lo va a notar?

  • Te adelantamos que el recipiente donde echas esta bebida, sí influye en su sabor. Según donde lo tomes, apreciarás el vino mejor o peor.

  • Blanco, tinto y rosado tienen sus peculiaridades. Las copas deben adaptarse a ellas. ¿Qué debes hacer? José Moro te lo cuenta en el vídeo de este nuevo episodio de 'Vino, vidi, vici'

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Todo a punto para la cena de esta noche con tus amigos. Ellos tienen un paladar exquisito; y eso solo significa que toca currárselo un poco más. Por eso elaboras una lista con una sofisticada selección de vinos y unos deliciosos aperitivos para maridarlos que le van al pelo. ¿Qué puede fallar? Pones en la mesa lo mejor de tu casa: mantelería, cubertería y vajilla. Y para el vino, unos vasos corrientes de cristal. ¿Quién va a notarlo? Seguramente, el gusto delicado de tus invitados. Si no le has dado a las copas de vino la importancia que se merece, quizás ya vaya siendo hora. Te adelantamos que el recipiente donde echas esta bebida sí influye en su sabor. Blanco, tinto y rosado tienen sus peculiaridades y las copas deben adaptarse a ellas. En el vídeo, José Moro te cuenta lo que hacer a partir de ahora para dejar ese sabor a gloria del hablaba el director italiano, Federico Fellini.

Con una o dos manos en el cáliz de la copa, como si fuera un balón de fútbol; o con la palma de la mano hacia arriba, quedando el cuello entre los dedos. Es probable que hayas visto a gente sujetar la copa de vino de esa manera. Ambas formas son incorrectas. La manera adecuada de coger una copa de vino es por el mástil o el tallo. ¿Por qué? Muy fácil: para que nuestra temperatura corporal no entre en contacto directo con el caldo. Además, si lo hacemos así, tampoco dejaremos plasmadas nuestras huellas en el cuerpo de la copa.

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