La historia de Cartier: el rey de los joyeros que consiguió enamorar a la realeza

  • A pesar de comenzar de forma humilde, pronto se encumbró como una de las joyerías más sofisticadas del mundo

  • Referencia relojera y joyera, no ha dejado indiferente siquiera miembros de la realeza

Sus relojes y joyas son conocidos a lo largo del mundo, pero no todos conocen la historia de ese elegante accesorio que llevan puesto. Cartier, por mucho que ahora mismo esté encumbrada en la cima de la alta joyería, comenzó su andadura de forma humilde y, poco a poco, consiguió la relevancia y el poder que tiene hoy como maestro joyero innovador pero guardando en todos y cada uno de sus productos su esencia, más que evidente cuando en 1847 se abrió aquel modesto taller de joyería que sería el comienzo de una gran historia.

Louis François Cartier fue quien en 1847 abrió ese taller tras haber sido años antes ayudante de Picard, pero cuando su maestro murió Cartier se puso a los mandos del negocio que estaba en la Rue Montorgueil, dando inicio a lo que hoy conocemos como Cartier pero con un largo camino hasta llegar a nuestros tiempos. El negocio iba bien gracias a que se trasladaron a una zona más lujosa y sobre los 70 fue cuando Alfred, hijo de Louis François Cartier, comenzó a hacerse cargo de la compañía, pero parece ser que quienes lograron despuntar el negocio fueron los hijos de este: Louis, Pierre y Jacques.

Louis Cartier, su gran evolución

Especialmente con Louis Cartier se dio un gran salto en cuanto a diseño, sin perder esa esencia clásica pero consiguiendo romper con la estética más conservadora para dar rienda suelta a diseños muchos más creativos y representativos del siglo XIX y principios de XX. Con su negocio ya instalado en Rue de la Paix, una de las calles más lujosas y exclusivas de París, Cartier comenzó a escalar y pronto se convirtió en una referencia mundial abriendo una sede en Nueva York y otra en Londres, una para cada hermano, donde la realeza británica pronto se convirtió en cliente habitual de la joyería, de ahí eso de “un joyero de reyes, el rey de los joyeros”.

Pronto llegó también su incursión relojera cuando con Maurice Coüet crearon aquellos relojes misteriosos con un funcionamiento que era una incógnita. Aún así, su hazaña relojera más mediática fue cuando en 1904 Louis Cartier le dio a su amigo Alberto Santos Dumont, aviador brasileño, el reloj de pulsera que tanto necesitaba para mirar la hora durante sus vuelos y naciendo así los primeros relojes de pulsera. El Santos-Dumont, con sus formas geométricas y sus tornillos, sigue siendo a día de hoy, más de 100 después, uno de los grandes iconos de la marca.

Jeanne Toussaint, “La Pantera”

Desde que a principios del siglo XX la pantera apareciese por primera vez en un reloj de mujer de la marca el felino se ha convertido en un sello de referencia de la marca. Pero quien más elevó a la pantera fue Jeanne Toussaint, una de las mujeres más influyentes en el París de la época, y quien se contrató para el diseño de bolsos, pitilleras y otros complementos femeninos donde la pantera comenzó a ser un habitual. Sus colecciones fueron tan exitosas que en 1933 fue elevada a directora creativa de Cartier.

Tras el fallecimiento de Louis Cartier a finales de los 40, Toussaint, a la que ya se la conocía como “La Pantera”, continuaba a los mandos de la creación de nuevos accesorios, como un encendedor, una evolución del lujo que los directores posteriores recogieron inteligentemente para continuar desarrollando productos exclusivos bajo la marca Cartier, desde perfumes hasta las gafas más codiciadas.

La realeza, su clientela habitual

Wallis Simpson, duquesa de Windsor, fue una de las celebridades que más se dejó atraer por el encanto de la joyas Cartier, encargando un broche que fue el primero en tener la pantera en tres dimensiones a finales de los años 40, aunque también dejó ver al felino en otras joyas, como una pulsera.

La casa real británica ha continuado luciendo joyas Cartier y quizá en los últimos tiempos la duquesa de Cambridge haya sido su máximo exponente, primero luciendo el día de su boda con el príncipe Guillermo la tiara Halo que el rey Jorge VI, aún siendo duque de York, encargó en su momento para su esposa. Una tiara que también ha lucido la mismísima reina Isabel o la princesa Margarita. Aunque si nos dejamos llevar por la actualidad, Kate Middleton tiene el reloj de Cartier Ballon Bleu, un obsequio de su marido por su aniversario de bodas.

Otra celebridad de la realeza que lució joyas Cartier fue la mismísima Grace Kelly, pues el príncipe Raneiro le regaló dos anillos de compromiso de la firma joyera. Uno tenía una banda de diamantes y rubíes que se alternaban para simbolizar la bandera de Mónaco, mientras que el segundo estaba repleto de diamantes de 10 quilates.

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