Ligar a los 50: ¡se puede y se debe!

  • Las nuevas tecnologías son clave para conocer mujeres y hombres maduros

  • Más del 50% de los solteros de 50 años busca alguien afín

Quizá pienses que haberte separado hace poco o ser viudo con solera son motivos de peso para quedarte en casa cogiendo polvo. Pasados los 50, ligar puede parecer un deporte de riesgo solo al alcance de la gente millennial. Además, ellos están al día. Usan de forma nativa aplicaciones rápidas como Tinder o Badoo, centradas en el contacto inmediato (match) y los encuentros casuales. Apuntar y disparar.

Pero no deberías venirte abajo: la suma de los métodos tradicionales a la seducción 2.0 te facilita mucho la tarea. Si a esto le sumas tu vida llena de experiencias y esa sabiduría que te ha dado la edad, verás los resultados rápidamente.

Amor 2.0

Sí, aplicaciones para ligar, esa tecnología extraterrestre. Tengas 20 o 50, esta es la forma más rápida, directa y sencilla de conectar con otra persona con tus mismos gustos e intereses.

Las hay para todo tipo de perfiles. Para los adultos funcionales de cierta edad y experiencia, Meetic, E-Darling o Ourtime son las mejores opciones. Son para “solteros exigentes”, como reza la página web de una de ellas. No fomentan la rapidez y el ligoteo instantáneo, sino la calma, la lentitud de la buena seducción.

Instrucciones para el amor

Aunque mucha gente pueda pensar que abrirse un perfil y funcionar en estas webs es demasiado complicado, en realidad es más fácil que la receta de la mayonesa. Solo te harán falta dos o tres fotos y una descripción concisa, que te refleje tal y como eres. Hay algunos aspectos importantes que debes tener en cuenta para transmitir confianza a la otra parte. Primera regla: solo una fotografía no es suficiente, parece que escondes algo o que no te ha dado el sol desde 1980.

Distínguete de otros en la descripción. Todo el mundo quiere conocer a alguien enseguida, pero muchos no saben que la precipitación o una comunicación genérica no sirven de mucho. Un mensaje con un componente personal es mucho mejor que un clon de un clon en el que saludes y luego te quedes callado. El “Hola, ¿qué tal?” lleva matando libidos cientos de años.

No hay que tener miedo. Explora el perfil y las fotografías de la otra persona en busca de ese detalle que dé la clave para iniciar una conversación. Recuerda: la empatía, tu edad y tu experiencia son las mejores consejeras para saber cómo llamar a esa puerta (y de nuevo, una pista: comentar algo de su aspecto físico no es de muy buena educación).

Si quieres saber más, la plafatorma Ourtime ha elaborado su propia guía para que los maduritos interesante se inicien en el flirteo 2.0.

Más allá del match

Es cierto que las nuevas tecnologías han hecho posible conocer mujeres y hombres maduros de una forma rápida, efectiva, pero de ningún modo es la única manera que tienes para encontrar pareja. ¿Qué ha quedado del salir a la calle con tu labia como arma?

Para los que prefieren el cara a cara antes que el match digital en un entorno agradable, el speedating o ‘cita rápida’ puede sacarles del letargo. Nació en la década de los 90 en Estados Unidos y su popularidad no ha dejado de crecer. La dinámica es sencilla. Encuentros breves de cinco minutos en un ambiente agradable. Los participantes rotan de mesa en mesa, y en cada encuentro (no más de cinco minutos) hay una oportunidad de conocer a alguien. En Madrid, Cita 2 o Bezzdaling los organizan de continuo.

Si prefieres el cara a cara, el ruido suave de la música y el cubata en la mano, en la capital existen multitud de bares y clubs con una clientela interesante que frisa los cuarenta años. Boite, El doblón, La carroza, La posada de las ánimas. Lugares más que recomendables para coincidir en edad y en gustos y alejarse del ruido de internet.

Jamás te recomendaríamos que te compraras un perro como excusa para encontrar de nuevo el amor, pero si ya eres un amante de los canes y sacas a tu mascota todos los días, una muy buena idea es acudir a tu parque de siempre y entablar conversación con los locos y locas de los animales que pululan por allí. Quién sabe, quizá tu yorkshire haga buenas migas con ese pastor alemán.